A quien corresponda

A quien corresponda

ada vez que aprendo sobre nuestra historia, ya sea en la escuela o lo que escucho de los mayores, me convenzo más de que en la Argentina no hay lugar para los hombres grandes, honestos, con ideales y ganas de hacer las cosas bien. La mayoría terminó en el exilio, pobres, en soledad, o en el peor de los casos con un balazo en el corazón.

Muchas veces escuché que esta clase de personas, en cualquier parte del mundo y momento histórico, son despreciadas o desaprobadas por los suyos, llegando a ser reconocidos después de muertas. Pero nosotros, encima, nos damos el lujo de defenestrarlos al hablar “de lo que nadie sabe” o de “lo que la historia no contó”.

¿Qué cambia el bien que una persona haya hecho a su patria el hecho de que fuera mujeriego? No estoy justificando nada pero no comprendo a los historiadores o los que dicen serlo, que se animan a hablar así y manchar la dignidad y el honor de hombres a los que les debemos tanto. Lo cierto es que, como dice un profesor, para poner a un país de rodillas se le cambia su historia.

Los pueblos que olvidan sus tradiciones, pierden la conciencia de sus destinos, y las que se apoyan sobre sus tumbas gloriosas, son las que mejor preparan el porvenir. Dr. Nicolás Avellaneda.

M. Fernanda de Rosas - DNI 40.220.763

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