La conducción de la CGT está empeñada en no terminar el año con la imagen de divisiones internas que hagan temer una eventual fractura, después de las diferentes posiciones que quedaron expuestas estos días ante la reforma previsional finalmente convertida en ley por Diputados.
De allí que la urgencia está puesta por estas horas en la realización de una reunión del máximo nivel de la que pueda surgir un mensaje y un compromiso de unidad capaz de "oxigenar" políticamente al triunvirato de conducción, por lo menos hasta mediados de 2018.
"Limar diferencias internas, prevenir fracturas y darle continuidad al triunvirato". En estos términos describió ante este diario los objetivos de esa próxima "minicumbre" uno de los que trabajan en su concreción.
La responsabilidad de hacer el encuentro recayó en dos de los llamados "independientes", el sector de mejor diálogo con el Gobierno: Andrés Rodríguez (estatal, Upcn) y Gerardo Martínez (construcción, Uocra); el tercero es José Luis Lingeri (obras sanitarias, Aysa).
La fecha de esa "minicumbre" será el martes próximo, en un lugar aún por definirse, según dijo aquella fuente el viernes pasado. Será una suerte de "mesa chica": estarán los triunviros Juan Carlos Schmid (marítimo), Héctor Daer (sanidad) y Carlos Acuña (estaciones de servicio), más los "independientes" y los "gordos" (el mercantil Armando Cavalieri y el sanitarista Carlos West Ocampo).
Y "ampliada", con los predecesores de los triunviros, a la vez que inspiradores de esa conducción colegiada surgida del congreso unificador de agosto de 2016: el metalúrgico Antonio Caló, el (¿aún?) camionero Hugo Moyano y el gastronómico Luis Barrionuevo, cada uno de los cuales encabezó su propia central hasta diciembre de 2015.
De esa reunión se espera que surja la ratificación de los triunviros, cuya autoridad quedó fuertemente afectada por cuestionamientos internos a raíz de la posición definida de urgencia ante la reforma jubilatoria y los distintos comportamientos adoptados.
Se trata de llegar con este esquema de conducción por lo menos hasta mayo próximo, dijo aquella fuente. La razón: para entonces habrá finalizado la negociación de la mayoría de las paritarias, que presumen serán reñidas dada los distintos presupuestos de inflación: entre 10 y 12 por ciento, prevé el Central, contra 17 del Ministerio de Hacienda.
Pero hay también una razón de peso y de carácter internacional para pretender llegar a esas fechas. Como todos los años, a fines de mayo se realiza en Ginebra la reunión anual de la OIT (esta será la número 107). Llegar a ella con una CGT dividida sería una señal de debilidad; más aún cuando el secretario internacional de la central, Gerardo Martínez, preside el L20 (Labour 20), el capítulo laboral del Grupos de los 20 cuya presidencia ocupa el gobierno de Mauricio Macri hasta diciembre próximo.
Pero antes son muchas las "diferencias a limar", que quedaron al descubierto desde el jueves 14 hasta alcanzar su expresión máxima el martes mismo de la sanción de la reforma previsional.
Ante el resto del consejo directivo, el metalúrgico Francisco "Barba" Gutiérrez renunció como secretario de interior de la CGT después de criticar los disímiles comportamientos sectoriales en el paro de actividades contra la reforma y el comunicado que el mismo lunes 18 de los incidentes difundió la central en el que cuestionaba la violencia de grupos minoritarios en la plaza del Congreso (a la que la UOM había concurrido a protestar, con Caló y Gutiérrez a la cabeza) y no lo hiciera con respecto a las fuerzas de seguridad.
Al día siguiente, el miércoles, la UOM avaló institucionalmente la renuncia y la salida de los metalúrgicos de la conducción en una reunión de todos sus secretarios generales. "Somos más cegetistas que nunca", se encargó de reafirmar el jueves Caló. Aunque se haya bajado del secretariado, el emblemático sindicato industrial que conduce no se irá de la CGT.
"Siempre respaldamos a la conducción", apuntó Caló, quien sin embargo no dejó de deslizar sus críticas por el comportamiento de otros máximos dirigentes en medio de un paro de 24 horas a partir del mediodía del lunes, resuelto la mañana de ese día, en una medida sin antecedentes en el país: "Cada uno se tiene que hacer cargo de sus actos. No se entendió eso de hacer un paro a las 12 del mediodía. Cuando se cortaba al mediodía, siempre, era para movilizar". Las diferencias internas podrán limarse temporariamente, pero lo cierto es que a estas alturas hay sectores bien diferenciados, en función de su relación con el Gobierno.
Misa por "la paz y el diálogo"
Una misa por "la paz y el diálogo" reunió ayer en una parroquia de Merlo a referentes de organizaciones sociales y sindicales. Oficiada por el obispo auxiliar de Merlo-Moreno, monseñor Oscar Eduardo Miñarro, la misa fue en la parroquia de Nuestra Señora de la Merced.
Participaron Juan Carlos Schmid, secretario de la CGT; Esteban Castro, secretario de la Confederación de los Trabajadores de la Economía Popular; Daniel Menéndez, responsable de Barrios de Pie; Emilio Pérsico, secretario del Movimiento Evita; el diputado nacional Walter Correa; y Luis Cáceres, secretario de la Unión Obrera Ladrillera.
También estuvieron Juan Pablo Brey, secretario de la Juventud Sindical de la CGT y de Aeronavegantes; y Héctor Amichetti, secretario general de la Federación Gráfica Bonaerense.