Quentin Tarantino: la violencia está en nosotros

Dice que este violento western será su antepenúltima película y que lo rodó en 70 mm. para eludir la piratería en internet, aunque no pudo evitar que se filtrara la versión digital de 15 minutos menos que es la que se estrenará aquí el 14 de enero.

Quentin Tarantino: la violencia está en nosotros

La octava película de Quentin Tarantino, “Los 8 más odiados” (“The Hateful Eight”, en el original), es casi una declaración de principios pero también una batalla que parece perdida: la férrea defensa del celuloide contra la tecnología digital.

El director filmó “Los 8 más odiados” en Ultra Panavisión, el mismo gran formato, hoy casi extinguido, de la película “Ben-Hur” (1959) y otras pocas cintas épicas de la década de 1960.

Y es esta versión de 70 mm., que además dura 185 minutos (3 horas y cinco) la que estrenó en algunas salas especiales de los Estados Unidos, semanas antes de que la versión digital en formato más pequeño y de poco menos de 3 horas llegue a las salas comerciales.

Incluso para Tarantino, quien acaba de recibir su estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood, es una empresa muy ambiciosa lanzar una película de semejante duración (la versión completa tiene un intermedio de 10 minutos) en un formato que pocos cines conservan y que, en algunos casos, ni siquiera saben cómo usar.

Es también por eso que el propio realizador debió aceptar versionar la película en digital y hacerla algo más corta, como condición para ser aceptada por los actuales complejos multicines.

Tensiones y controversias

El propio Tarantino define a “Los 8 más odiados” como “un western entre demócratas y republicanos”.

La película, que se ambienta unos pocos años después de la Guerra de Secesión que enfrentó al Norte y al Sur estadounidenses, se centra en un ex soldado de la Unión y ahora cazador de recompensas (Samuel L. Jackson) que termina refugiado, durante una intensa tormenta de nieve, en una cabaña en medio de la nada junto a otra variedad de personajes sospechosos entre los que se cuentan: otro cazarecompensas y su prisionera (Kurt Russell y Jennifer Jason Leigh), un verdugo (Tim Roth), un vaquero (Michael Madsen), un general confederado (Bruce Dern), un mexicano (Demian Bichir) y un supuesto sheriff (Walter Goggins).

Todos estos personajes se verán forzados a compartir la cabaña a medida que la tormenta va tomando la montaña y a la espera de que cese.
La convivencia, por supuesto, irá aumentando las presiones y descubriendo que no todos son quienes dicen ser, en un ámbito donde las mentiras, el misterio, el racismo y los enfrentamientos políticos van de la mano.

-El gran tema de su película parece ser, básicamente, la supervivencia del racismo.

-Sí, la película habla sobre un país desgarrado, con secuelas raciales que la propia guerra civil no logró resolver y que, de algún modo, continúan hasta hoy. En realidad, el film trata el tema de la “supremacía blanca” y hay alusiones, aunque no de manera premeditada, a crímenes de odio racial actuales como los ocurridos en Ferguson o Baltimore en 2014 o hasta la masacre de la iglesia de Charleston en la que un blanco asesinó a disparos a nueve fieles afroamericanos en la iglesia metodista de esa ciudad de Carolina del Sur en junio de 2015.

Mientras rodábamos la película, este tipo de cosas seguían pasando y hacían que el tema se volviera más y más relevante, aunque nunca quise aprovecharme de ello.

El propio Tarantino, de 52 años, también ha quedado en medio del debate político luego de que asistiera en octubre a una manifestación en Nueva York contra los abusos y asesinatos de civiles desarmados, en su mayoría hombres negros, por parte de la policía estadounidense.

Los departamentos policiales y el gremio en Nueva York, Los Ángeles, Filadelfia y Nueva Jersey incitaron a boicotear el estreno del film luego de que el director los llamara “asesinos”.

-¿Cómo fue esa reacción de los grupos policiales?

-Uno tiene todo el derecho de criticar a los servidores públicos, agentes del orden en este caso, cuando considera que han actuado mal. No creo que todos los policías sean corruptos, pero sí que sufren de un racismo que es inherente a la institución. Habría que hacer una revisión sobre la forma en la que se comporta la policía y la manera en que se criminaliza todavía hoy a los jóvenes negros.

El hecho de que los gremios policiales se hayan retractado parece sugerir que se dieron cuenta de que su reacción contra mí fue excesiva y que no estuvo bien. Fuera como fuera, no iban a cerrar mi boca si es lo que pretendían.

-Volviendo a la película, todo transcurre prácticamente dentro de un ámbito cerrado, como en "Perros de la calle" (el debut de Tarantino como director en 1992).

-Sí, es como “Perros de la calle” pero en género western. Aunque también me quise meter con el género de misterio estilo Agatha Christie, como en “Diez negritos” o “Asesinato en el Orient Express”, que ocurren en ámbitos cerrados.

La película muestra un cóctel de guiños cinematográficos, con todas las influencias a las que el director de “Kill Bill” ya nos tiene acostumbrados. Pero en el caso de “Los 8 más odiados” se trata, además, de su película más larga y una especie de anacrónica defensa nostálgica del celuloide versus la tecnología digital.

-Su película se presenta en dos versiones, una de más de tres horas en fílmico que sólo tendrá un reducido estreno local y otra en digital, de dos horas cincuenta, que será la que se distribuya a mayor escala. ¿Por qué dos versiones?

-Básicamente son la misma película. Yo quise rodarla en gloriosos 70 mm, a la usanza de aquellas grandes producciones épicas de los años 60 y en celuloide, principalmente para evitar la piratería (ver Trayecto con obstáculos) pero también por un gusto personal. Por eso si uno va al cine a ver la versión completa es como si estuviera viendo a Plácido Domingo en la Ópera de París o “La Bohème” en la Scala de Milán o incluso a Pacino en Broadway.

Está la obertura y el intermezzo, eso es todo lo que se hace esa noche. En cambio la versión digital es un poco más accesible para el público y está menos encantada consigo misma. Pero artísticamente y en todos los demás sentidos, es la misma película.

-Esta es quizá su película más teatral y en la que el suspenso va aumentando lenta y deliberadamente.

-En realidad fue pensada como una obra de teatro, literalmente. Y todavía tengo la idea de hacerla sobre un escenario. No sé si ahora o de aquí a tres años, primero debo recorrer el mundo con la película y ver si aún tengo ganas. De hecho ese es el plan.

-¿Cómo cree que recibirá el público una película tan claustrofóbica, de ritmo más bien moroso y en la que predominan los diálogos a la acción?

-Las reacciones del público son impredecibles. En realidad cuando hago una película sólo pienso en hacerla lo mejor posible y no en cómo la aceptará la gente. Yo no soy un despreocupado cuando se trata de mis socios financieros, pero creo que me he ganado el derecho de hacer las cosas a mi manera. Realmente creo que es una gran película y sería buenísimo que también fuera popular.

Estoy muy orgulloso de ella, pero si no termina conectando con el público eso no me romperá el corazón, estaré un poco desilusionado, pero no me romperá el corazón.

-¿Qué hay de cierto en eso de que piensa retirarse del cine como director?

-Tengo esa idea, la de retirarme después de mi película número 10. Es decir que todavía me quedan dos películas más por hacer. Y esa misma idea es la que me incentiva para que mis dos últimas películas sean buenísimas, de lo mejor de mi filmografía.

-La tercera entrega de "Kill Bill", ¿podría ser una de esas películas restantes?

-Es una posibilidad, aunque no una probabilidad.

Trayecto con obstáculos

El camino que recorrió el film "Los 8 más odiados", desde antes de comenzar su rodaje en enero de 2015, fue bastante complicado.

A principios de 2014, Tarantino estuvo a punto de abandonar el proyecto luego de que el guión de la película se filtrara en Internet (el portal Gawker ofrecía descargarlo en PDF y Tarantino le inició una demanda de más de un millón de dólares por infringir los derechos de autor).

Poco después el cineasta decidió seguir adelante con el proyecto y realizó una lectura pública del texto filtrado, acompañado por los actores Samuel L. Jackson, Kurt Russell y Michael Madsen, en una sala de Los Ángeles que se llenó a 200 dólares la entrada.

Luego de esto realizó importantes modificaciones y reescribió todo el capítulo final.

La batalla de Tarantino contra los medios digitales se incrementó cuando, unos meses más tarde, también se filtraron en las redes las primeras imágenes del film antes de que apareciera el trailer oficial.

Es así que el director de "Tiempos violentos" decidió dar un paso más y filmar "Los 8 más odiados" en un formato complicado de piratear como es el de 70 mm, aunque para ello debió asumir que esas copias serían proyectadas en un número limitado de salas.

Su lucha contra la digitalización, sin embargo, no fue tan exitosa desde el momento en que debió aceptar que esa versión de 70 mm terminara igualmente digitalizada, con menos duración, para su exhibición en las multisalas de todo el mundo.

Esto es lo que ha provocado que ahora la película (en su versión de dos horas cincuenta) haya sufrido el pirateo y pueda descargarse desde varios sitios de Internet en copias limpias y libres de marcas.

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