El panorama es muy distinto a lo que se vivía hace poco más de un mes en uno de los puntos más transitados de Guaymallén. En la unión entre calles Lamadrid y Las Cañas, desde que cortaron las vías para repararlas, ha quedado un desierto vehicular. Se trata de una reparación que varios vecinos consideran necesaria pero que lleva demorada más de lo pensado.
Vecinos y comerciantes concuerdan en que la conexión entre ambas vías llevaba años muy deteriorada y que, con el daño tras las intensas lluvias y la humedad, la reparación no podía demorar más. Así, la última semana de mayo comenzaron las obras y desde el municipio estiman que continuarán por tres semanas más.
Para Agustín Valprela, residente de calle Las Cañas, hace tiempo era necesaria esta obra: “Durante la última parte de la gestión de Lobos se agravó el problema y a eso le sumamos el agua. Se generan muchos accidentes acá. Cuando llueve, ni te cuento. Sí me parece que ésta es una obra pensada mientras antes se hacían parches”. Su mujer Ángeles, concuerda y agrega que es un alivio tener menos tránsito un tiempo. “Salir de acá es complicado pero al menos no tenemos los colectivos dando la vuelta”, reflexiona.
La calle se puede transitar a pie pero hay que esquivar algunos huecos para rejillas, montículos de tierra que hacen de barreras y cintas de seguridad ya en el piso. Otra vecina de Las Cañas, María (80), aprovecha para señalar la suciedad de las acequias y como “desde hace un año” pide la limpieza.
“Ahora hay más tranquilidad, después sufriré el tierral que hagan las máquinas. Lo que sí, bicis y motos se meten por la vereda. No se puede ni caminar”, señaló mientras un ciclista interrumpía la charla.
La excepción al desierto vehicular son las motos y bicicletas que van por las veredas. Algunos vecinos mostraron escalones rotos por donde bajaban y otros pusieron piedras para reducir la velocidad. Grace (58) que vive por Lamadrid colocó piedras pero con poco resultado: “Pasan como quieren. ¡Hasta un auto se metió por la vereda! Eran como las dos de la mañana, con el conductor borracho”.
Durante la conversación con Los Andes, motociclistas pasaron por el sitio como si se tratara de una calle. Ella les dijo con severidad: "Esto es una vereda", a lo que uno de ellos le respondió: "Bueno, ahora es calle". En un momento, un ciclista se bajó de la bici y se acercó caminando. Ella no alcanzó a agradecerle por el gesto que el hombre empezó a patear las piedras y se subió de vuelta.
El corte afecta la economía de los comerciantes como Shirley Gofré: “Las ventas se han reducido más de un 50%. La mayoría de los compradores no tiene cómo llegar o eligen otro local más cercano”.
Según afirma, vecinos reclamaron en el municipio porque después de romper las calles demoraban en comenzar el arreglo. A eso suma que asaltaron un local por las pocas luces del lugar y por estar sin movimiento.
Melisa López, desde su local comercial, concuerda en la sensación de que se ha hecho poco. “Del mes que ha estado roto, dos semanas estoy segura de que no trabajaron. Hace rato tendrían que haber terminado”, afirma señalando el cruce sin ningún obrero.
Héctor Mocayar vende leña en camiones y considera que no le ha afectado mucho el corte por tener su clientela fuera de la zona. “Hacía falta esto. Estaba muy roto y se hacía lento el tránsito. Al menos yo estoy contento con el resultado que se pueda obtener”.
El corte seguirá unas tres semanas más
El secretario de Obras y Servicios de Guaymallén, Marcos Calvente, reconoció que la obra había sufrido una demora de por lo menos dos semanas: “El motivo fue que se encontraron unas alcantarillas en un estado que no se esperaba hallar. Esto originó una obra complementaria y por ello se demoró más”.
Según sus informes, ahora queda esperar el fraguado del hormigón para que se seque y tenga la dureza necesaria para liberar la vía al tránsito. En este punto también afectaron las lluvias, ya que no podían colocar el hormigón con condiciones climáticas adversas.
Como se trata de una reparación especial en la que transitan muchos vehículos incluyendo colectivos, requiere un tiempo especial y por ello estiman que debe esperarse de 21 a 25 días.
En cuanto a otras reparaciones cerca de la zona, Calvente detalló que en un plan mayor están contempladas otras uniones como Las Cañas-Alsina y Uspallata-Paso de los Patos, además de la refacción del puente que cruza el Acceso Sur, en Dorrego.
“Por una cuestión de finanzas, vamos reparando las calles que vemos más deterioradas, arreglando las emergencias. Una vez que salgamos de la emergencia, se mejorarán otras”, asegura.