Fernanda, una joven entrerriana de 21 años, sufrió un accidente automovilístico luego de salir de una fiesta que la dejó paralítica. Ahora, lejos de quedarse en el dolor, busca transmitir un mensaje contra el consumo de alcohol antes de conducir.
La noche en que su vida cambió, la chica iba como acompañante en un automóvil Volkswagen Bora, cuyo conductor se durmió al volante, según indicó El Once de Entre Ríos.
El vehículo se fue a la banquina y al encontrarse con una alcantarilla -que le hizo de rampa para volar hasta 39 metros por el aire- cayó de punta y dio varios tumbos hasta quedar completamente destrozado.
Fernanda fue la más afectada por el accidente. Hace dos meses está internada en la habitación 311 de Neurología, del hospital San Martín de Paraná.
Su mamá, Norma Zahuán, detalló que "se quebró la columna, se le soltó la médula, le colapsó un pulmón y estuvo muy grave".
También contó que se fracturó la clavícula, las costillas, que tiene clavos en la muñeca y "no va a caminar más, sólo maneja desde la cintura para arriba".
“La mayoría quedamos afectados, hoy yo estoy tirada en una cama y él (el conductor del auto) está allá como si nada”, expresó Fernanda.
"A esa gente que toma y maneja, le diría que siempre hay más personas alrededor de uno, que no viven solas, que tienen familias y que pueden salir perjudicadas", dijo la joven estudiante de 2° año de Psicología desde el hospital.
“No nos cuidó, manejó a lo que daba el auto”, dijo en referencia al conductor.
La mamá de Fernando reiteró el pedido de su hija: "Ellos (los jóvenes) no tienen conciencia de lo que les puede pasar, tampoco piensan en sus familias, no tienen miedo. Que piensen en sus padres que la pasamos mal".