El maquinista del tren que descarriló el miércoles en Santiago de Compostela y causó 79 muertes, fue imputado ayer por "79 delitos de homicidio todos ellos cometidos por imprudencia", y quedó en libertad bajo control judicial, anunció el Tribunal Supremo de Galicia.
Francisco José Garzón Amo, de 52 años, es sospechoso de no frenar a tiempo el día del accidente cuando entraba en una curva peligrosa con limitación de velocidad a 80 km/h.
Tras declarar cerca de dos horas ante el juez Luis Alaez en Santiago, el maquinista fue "imputado por 79 delitos de homicidio y una pluralidad de delitos de lesiones, cometidos todos ellos por imprudencia profesional", anunció el tribunal en un comunicado.
Francisco José Garzón quedó en libertad por estimar el juez que no existe "riesgo de fuga ni de destrucción de pruebas".
El maquinista deberá presentarse todas las semanas en el tribunal, no podrá abandonar el territorio español durante seis meses sin autorización judicial y le fue retirado su permiso de conductor de tren por el mismo lapso, añadió el tribunal.
El maquinista fue detenido el jueves "por presuntos delitos de homicidio imprudente" cuando se encontraba hospitalizado con heridas leves. Este domingo llegó al tribunal en un coche policial y esposado.
Garzón es sospechoso de no frenar a tiempo en un tramo en el que la velocidad máxima autorizada pasa de 220 a 80 km/h, antes de una curva peligrosa donde se produjo el accidente, a 4 km de la estación de Santiago.
El accidente dejó 79 muertos. 70 heridos seguían hospitalizados este domingo, 22 de ellos en estado grave.
Su comparecencia ante el juez instructor Luis Alaez se produjo pocas horas después de que la conserjería de Sanidad de Galicia elevara el balance de víctimas mortales a 79 por "el fallecimiento de una de las personas ingresadas".
Con dos investigaciones abiertas, una judicial y la otra administrativa, las autoridades señalan de momento al maquinista, detenido el jueves al anochecer, acusado de "homicidio por imprudencia" por no frenar a tiempo en una curva limitada a 80 km/h.
El accidente se produjo el miércoles a las 20.42 (15.42 argentina) cuando el tren procedente de Madrid, un modelo híbrido que puede circular por vías convencionales y de alta velocidad, trazaba un pronunciado viraje a 4 kilómetros de la estación de Santiago.
En ese tramo, la vía no está equipada con un sistema de frenado automático en caso de que el convoy exceda la velocidad máxima.
Según la hoja de ruta del tren, de la que el diario El Mundo reproduce un extracto ayer, el convoy, que sale de un tramo donde puede circular a 220 km/h, debe reducir su velocidad a 80 km/h al llegar a la delicada curva, llamada de A Grandeira.
Pero, según el periódico, "lo sorprendente es que este itinerario deja en manos del conductor el momento y la manera de empezar a desacelerar antes de llegar a la estación. Es decir, Garzón tenía que decidir cuándo frenar para entrar en la curva de A Grandeira a 80 km/h. Nada le decía cómo ni dónde hacerlo".