Quedó impune la muerte de Enrique Arrieta (23), quien fue asesinado en el barrio Lihué de Guaymallén. Ayer, Lucas "Enano" Aballay (22) y su cuñado, Enzo Quevedo (18), fueron absueltos ante la falta de acusación de la fiscalía, para quien el crimen fue en el ámbito de una "guerra entre bandas".
Ayer, los jueces de la Séptima Cámara del Crimen absolvieron a los dos imputados, siguiendo obligadamente la posición de la fiscal de cámara Susana García, quien no encontró elementos para solicitar una condena. Pero los camaristas indicaron que los dos jóvenes sean investigados por posesión de armas de guerra, que se encontraron en las casas donde fueron detenidos.
La misma posición -la absolución- fue sostenida por el defensor de Aballay y Quevedo, el abogado Marcelo López.
El 30 de enero de 2014, Enrique Arrieta se encontraba en Brasil y Pedro Molina de Guaymallén cuando llegaron dos jóvenes y se inició una discusión que terminaría con la vida de Arrieta. Una bala le dio en la zona hepática y 9 días después murió en el hospital Central.
Según los investigadores, en la escena del crimen se encontraron vainas de un arma calibre 9 milímetros y de otra calibre 38.
Único testigo
El único testigo que afirmó que los imputados le dispararon fue Paola Arrieta, hermana de la víctima. Según los imputados, Paola les disparó a ellos cuando salieron a la calle, tras escuchar disparos.
"Estamos ante una pelea entre bandas. Había una causa anterior por lesiones. Hubo un ataque de varias personas", afirmó la fiscal, indicando que todos los testigos que declararon sostienen que escucharon disparos y sólo Paola Arrieta señaló a los jóvenes que ahora quedaron absueltos.
"No tenemos certezas para determinar que los imputados dispararon contra Arrieta. Estamos frente a personas con actitudes conflictivas pero esto no nos da certezas", sostuvo la fiscal García.
En tanto que el defensor López indicó que sus clientes no tuvieron nada que ver en el asunto y que esto podía probarse científicamente: la pericia balística determinó que el disparo que recibió Arrieta se realizó a no menos de 50 centímetros, en tanto que Paola Arrieta ubicó a Aballay y Quevedo a una distancia mucho mayor.