La sangre tira y los afectos atraen como un imán. El amor siempre es más fuerte y termina por vencer cualquier obstáculo. "Tomé la decisión más acertada de mi vida", confiesa emocionado del otro lado del teléfono el protagonista de la historia. Se trata de Darío Luis Felman, quien hace 10 años viajó con su esposa Patricia a Valencia, la tierra natal de sus hijos, sólo para para disfrutar de la boda de sus hijos Sebastián y Tatiana, disfrutar un mes junto a ellos y pegar la vuelta a su casa de la Sexta Sección.
-No volvieron más...
-Nos retuvieron los hijos y esta ciudad espléndida en la que nosotros habíamos vivido cosas hermosas. Mis tres hijos nacieron cuando yo jugué aquí. En aquél momento fue algo parecido porque vine por un año a préstamo y me quedé siete años. Creo que fue la decisión más acertada que tomé en mi vida.
-¿Es verdad que vendiste todo, hasta las camisetas?
-Sí, al tiempo de tomar la decisión de quedarnos, mi señora viajó a Mendoza y vendió todo en el garage, tipo feria americana. No quedó nada, ni la parrilla del asado. Los amigos se enteraron e iban exclusivamente para llevarse las camisetas. Eso sí, me quedaron los recuerdos.
-¿Cómo es Valencia?
-Un lugar espectacular, muy parecido a Mendoza pero con mar. Tenemos la playa a 15 cuadras, el clima es perfecto y la gente muy cálida. Lo más importante es que estamos rodeados de los hijos y los nietos. En este tiempo de confinamiento se hace difícil y se los extraña mucho. Con mi mujer salimos religiosamente a caminar todos los días a las 20 y pasamos por la puerta de la casa de mi hija, Tatiana, y los saludamos por la ventana. Mi otros dos hijos, Sebastián y Gabriel, también viven aquí en Valencia, pero no tan cerca.
-¿Qué es lo que más extrañás de Mendoza?
-Los afectos, los abrazos, los amigos. El levantarme todos los días para mirar si está el sol, y siempre está porque el clima de nuestra ciudad es espectacular. Los asados especiales de los domingos con la familia, el cafecito de cualquier día de la semana. Aunque estén trabajando, los amigos se escapan de la oficina para tomar el cortadito, eso es lo que más se extraña y es lo más importante. El reconocimiento que te brinda la gente y uno quiere cumplir con todos aunque sea difícil.
La última vez que Darío Felman pisó suelo mendocino fue entre noviembre y diciembre de 2016. En aquella oportunidad fue agasajado por los amigos del barrio en el mítico club Independencia de la calle Rodríguez y Chaco de la Sexta. Además, su amigo gimnasista Oscar Casares lo homenajeó con uno de los reconocidos asados en su quincho.
"Oscar (Casares) es un fenómeno, un apasionado del fútbol, de los recuerdos y de Gimnasia. Le estoy muy agradecido porque con sus homenajes te invita a soñar, a sentirte otra vez protagonista y esa gente es muy importante aunque ellos quieren pasar desapercibidos. Ellos siempre van a estar ahí y hay que darle mucho valor a lo que hacen. En 2019 pasamos unos días espectacualares y prometió volver en marzo de este año, pero con el tema del coronavirus tuvo que postergar el viaje", apunta no sin dejar de recordar a otros dos amigos que ya no están como el "Loco"Fornari y Juan Carlos Forti.
-Ahí en Valencia comentás partidos en radio y TV. ¿Te sentís un periodista?
-(Risas)No, periodista no. Soy un ex jugador que simplemente se divierte comentando los partidos de fútbol de Valencia. Uno da su punto de vista, nada más. Hace cinco o seis años que estoy en Radio Valencia (99.9 FM)y en la tele estoy en el Canal Mediterráneo.
-¿Seguís ligado también al Valencia FC?
-No tengo ningún puesto en el club.Sólo estoy en la Asociación de ex jugadores y siempre hay compromisos, nos movemos para todos lados, hay partidos. Yo no puedo jugar porque no estoy bien de la rodilla, pero uno siempre pone la caripela en toda la ciudad para cumplir con la gente que más necesita. Tambíen participo en la agrupación de peñas en la que siempre los ex jugadores nos dividimos para compartir con las 350 peñas que tiene la comunidad de Valencia. Es muy lindo porque la gente te mata a preguntas, revivimos anécdotas y la pasamos bien.
-¿A esas reuniones va Mario Kempes?
-A veces viaja y se arma una verdadera revolución porque es el máximo ídolo. Cuando el club cumplió 100 años el año pasado se vivió una fiesta espectacular. Como este es el equipo ‘che’, hubo muchos argentinos en la celebración: Roberto Ayala y Kily González...
-¿Fuiste a ver la final de Boca y River en Madrid?
-Sí, fuimos invitados con mi hijo Sebastián.
-¿Te duró la bronca?
-Sí, mucho. Nos fuimos muy tristes y molestos porque, si bien River terminó siendo superior, Boca no lo supo aguantar. Le faltó inteligencia.
-Si bien estás identificado con el Lobo, dirigiste y jugaste en la Lepra. ¿Estás al tanto de la crisis en el club?
-No estoy muy al tanto, pero en Independiente han pasado y van a seguir pasando esas cosas mientras no haya una política institucional y deportiva seria. Cuando hay una planificación se tiene que respetar y no saltarte a la torera todo lo que se planea. En el fútbol, los únicos que pueden inventar cosas son los jugadores. Es una pena porque siempre Independiente ha especulado de la cantidad de gente que acarrea y no se puede vivir de eso. Cuando yo jugaba en Valencia, la recaudación ocupaba el 70 por ciento del presupuesto y hoy creo que corresponde no supera el 5%. Y eso que hoy tiene un promedio de 40 mil personas por partido. El fútbol ha evolucionado, pero parece que los directivos no.
-¿Te gusta lo que se está haciendo en Gimnasia? ¿Creés que va por el mismo camino que Godoy Cruz?
-A mí me parece bárbaro. Tienen que pegar un saltito de calidad porque todo ha crecido. Mendoza se ha hecho grande, entonces ¿por qué el fútbol se va a quedar atrás? Teniendo las posibilidades que tienen San Martín, Independiente, Gimnasia, los equipos grandes de Mendoza, tienen que dar un paso adelante pero con orden. No pegar un pasito de esos que pegan todos, de cien metros y después retroceden trescientos años para atrás. Uno tienen que planificar y respetar esos planes.
-¿Te quedó algo pendiente en tu carrera?
-Ser campeón del mundo con la Selección. Cuando pasé de Boca a Valencia sabía que me alejaba. Soy un agradecido al fútbol porque me dio todo. Si mañana volviera a nacer, sería jugador de fútbol.
Ese partido del Valencia que aceleró la pandemia
A Darío Felman le tocó vivir de cerca las graves consecuencias que trajo para España y la comunidad valenciana en particular el encuentro entre Atalanta y Valencia, por la Champions League, jugado el 19 de febrero en el Estadio San Ciro, de la ciudad italiana de Milán, que fue calificado como "una bomba biológica", por la cantidad de contagios de Covid-19 que ocasionó. "Fue una locura porque hubo 40 mil personas y se contagió mucha gente. Es más, mis amigos y colegas de otra radio, Kike Mateu, Juan Carlos Villena y Rubén Ciraolo, un rosarino ex jugador de Newell's, contrajeron la enfermedad y asustaron a todos, pero gracias a Dios ya están bien. También se enfermó el Loco Gatti, me preocupé mucho por su salud e incluso hablé con su hijo, Lucas. Gracias a Dios, el Loquito también ya está recuperado", cuenta Darío.
Once Corazones, una “familia” con más de 50 años
Hay un equipo de amigos que ocupa un lugar muy especial en la vida de Darío Luis Felman. Se trata de Once Corazones, un "club de barrio" compuesto por ex jugadores mendocinos que comparten algo más que la pasión por el fútbol y los asados todos los sábados dede 1963. "Han pasado jugadores que ni te cuento", explica antes de contar que durante los diez años que lleva viviendo en España se ha dado "el gusto de recibirlos y traerlos a jugar aquí a Valencia durante cinco o seis veces seguidas y ahora hay planes para 2021". Son todos ex futbolistas: Antonio Vergara, Roberto Chavero, Sergio García, Roberto y Raúl Rogel, Guille Botacaulli, Roberto Irañeta, Martín Romero y los hermanos González, entre otros.
Anecdotario de un grande
Bordolino. Así fue apodado por la revista partidaria "Así es Boca". Era un vino mendocino muy conocido y prestigioso en esa época.
La mejor inversión. Con el primer premio grande que cobró en Boca le compró una casa a su mamá en la calle Chaco de la Sexta.
Amuleto. Fue protagonista de los centenarios de sus tres clubes:Boca, en 2005 -era AC-, Gimnasia en 2008 y en 2019 del Valencia.
Clave. Felman convirtió goles importantes para la historia del Valencia. Hizo el gol ante Valladolid que metió a a su equipo en la final de Copa del Rey 1979; contra el Nottingham Forest marcó un gol vital de cabeza en la ida de la final de la Supercopa de Europa; y convirtió el golazo contra el Barcelona en la Copa, que valió el 4-0 de la clasificación.
Perfil de un ganador
Fecha y lugar de nacimiento: 25/10/1951, en Mendoza.
Edad: 68 años
Puesto: delantero.
Trayectoria como jugador: Gimnasia y Esgrima (1970-71; 1972-73; 1974-75 y 1984-86); Leonardo Murialdo (1971-72); Independiente Rivadavia (1973-74); Boca Juniors (1975-77); Valencia de España (1977-83).
Títulos como jugador. Gimnasia y Esgrima: Liga Mendocina de Fútbol 1969 y 1974; Torneo Regional 1972 y 1984. Boca Juniors: Metropolitano y Nacional 1976; Copa Libertadores e Intercontinental 1977. Valencia CF de España: Copa del Rey 1979; Recopa de Europa 1979-80 y Supercopa de Europa 1980.
Trayectoria como entrenador: En Mendoza dirigió a Atlético Palmira en la B de la Liga Mendocina y a Independiente Rivadavia, en dupla con Leopoldo Jacinto Luque, en el Torneo Argentino A, en la temporada 2003-2004. Luego fue asistente técnico de Jorge José Benítez en Boca Juniors (2004-05); Deportivo Quito de Ecuador (2006) y Municipal de Guatemala (2007-08). En el Xeneize ganó la Copa Sudamericana 2004.
En la Selección Argentina jugó el día del debut de Diego Armando Maradona, el 27 de febrero de 1977, en la Bombonera, ante Hungría (5-1).
Familia. Está casado hace 45 años con Patricia, tiene tres hijos (Sebastián, Gabriel y Tatiana) y seis nietos: Gael, Greta, Carla, Ariadna, Jara y Matías.