La producción ovina está atravesando tiempos de cambio. Antes era carne o lana y la cosa estaba bastante segmentada: en Patagonia, lana; en el resto, preferentemente carne. Ahora, la genética y nuevas herramientas de manejo, permiten pensar en producciones doble propósito (sin dejar, claro está, de privilegiar en cada región lo suyo).
Desde Chubut y Santa Cruz salen las lanas más finas y cotizadas del mundo que hoy, con el mercado de trajes en caída, tienen como destino prendas para montañismo o outdoor, primera piel y hasta zapatillas. Pero también, recientemente, un frigorífico santacruceño, Faimali, envió las primeras 12 toneladas de carne de cordero patagónico a Japón. Y ya preparan todo para exportar a otro gigante en 2020: China.
En el contexto de la Exposición Rural 2019, se reunió la Mesa Ovina Nacional (MON) y se propuso para 2030 aumentar la producción de carne un 66% (a casi 92.000 toneladas, hoy es de 55.300) y el rodeo un 22% (para alcanzar las 18 millones de cabezas, hoy son 15 millones).
"No estamos apostando a aumentar la producción final sólo a partir del aumento en cabezas, sino que también apostamos a un aumento de la productividad animal, más kilos de lana limpia y más kilos de carne por animal", apuntó durante su disertación el representante de la Federación de Instituciones Agropecuarias Santacruceñas (FIAS), Marcos Williams.
Una mejora en la aplicación de tecnología permitiría que la producción promedio de lana por animal pase de 3,30 a 3,63 kilos y el rinde al peine de 55% a 60%. En lo que respecta a la carne, se prevé un aumento en la participación de las madres del 57% al 65%; que la tasa de extracción pase de 25% a 30%; y el peso promedio por animal aumente de 15 a 17 kilogramos.
Claro que para la adopción de todas estas tecnologías hace falta plata, créditos para invertir, sea en Patagonia, para mejorar los pastos naturales u ofrecer una ración, o en regiones extra patagónicas, para infraestructura, genética o renovación de planteles.
Al igual que en la ganadería bovina, donde el porcentaje de preñez es bajo, en ovinos la señalada está por debajo de la que logran otros países líderes en la materia: "Actualmente tenemos un porcentaje de cantidad de corderos por ovejas servidas que ronda el 62% mientras que nuestros competidores están en el 82% como piso ", contó Williams a la agencia Telam.
Carlos Vila Moret, productor ovino y dirigente de Sociedad Rural Argentina, marcó que podría haber una integración entre lo que se produce en Patagonia y la llanura pampeana: “La Patagonia no tiene la capacidad forrajera para producir un cordero más pesado y por eso imaginamos una integración, ya que se podría traer el cordero a la llanura pampeana a engordar y producir animales pesados para poder aplicar la tecnología de cortes y que ese animal llegue a la góndola en bandejas teniendo así más chances de formar parte de los 112 kilos de proteínas cárnicas que comen los argentinos", explicó Vila Moret.
Vale recordar que la semana pasada el Gobierno Nacional presentó en el marco de la Exposición Rural de Palermo, la campaña “Cordero Argentino, siempre una buena opción”, un programa de promoción que duraría cuatro años y busca incorporar la carne ovina en el consumo de los argentinos.
La apuesta bonaerense
La productora de la zona de Capilla del Señor, Ana Borracchia, destacó que la posibilidad de llegar a la góndola con cortes es una de las cuestiones que los desvelan. Pero para ello, necesitan poder producir animales más pesados y que los frigoríficos les paguen ese diferencial. De lo contrario, no tiene sentido ni es rentable hacerlo.
“En diciembre del año pasado se pagaban los corderos enteros al mismo precio que el año anterior, esto es un problema y hay que cambiar la lógica de formación del precio para incentivar a que los productores puedan aguantar y producir un animal más pesado que luego pueda ser comercializado en trozos en góndola”, esgrimió a Clarín Rural, Borracchia, que participa de la Mesa Ovina Bonaerense.
Alguna vez, el productor y cabañero de la zona de Venado Tuerto, Ariel Manfroi (ganador de varios premios en anteriores explosiones de Palermo), contó que en lo que tenía a su alcance quería difundir que se coma cordero no sólo entero y para navidad y año nuevo, sino durante todo el año y trozado”. De hecho, en algún momento él mismo había hecho ravioles de cordero, empanadas y hamburguesas para vender en la zona.
Entre otros temas por resolver, Borracchia destacó que trabajan en la formalización de las majadas, para conocer, a ciencia cierta, el número de ovinos que tienen. “Porque si no, es imposible afrontar cualquier negocio de exportación o importante, porque no sabemos qué podemos comprometernos a ofrecer”, dijo. Desde la Secretaría de Agroindustria, en 2018 iniciaron una campaña para favorecer que los productores inscriban sus rodeos.
También les preocupa la proliferación de predadores (este es un tema que afecta no sólo a los bonaerenses, sino también a los patagónicos, acosados por la expansión de los guanacos) y la falta de personal que quiera trabajar en el campo. “Las escuelas agrotécnicas no tienen la producción ovina como una materia relevante y eso limita la salida de jóvenes que entiendan lo que hacemos”, argumentó Borracchia.
Más datos
1-Se calculan 120.000-150.000 “tenedores” y productores ovinos en Argentina.
2-Patagonia tiene 9 millones de ovinos (60% del total) y produce el 70% de la lana (32 millones de kilos).
3-Buenos Aires y La Pampa tienen el 22% del rodeo y producen el 21% de la lana (pero en valor, es una lana de menor calidad que la patagónica)