Muchos lo conocían como Nicolás. Otros como Gilad. Lo cierto es que el verdadero nombre del único imputado por los crímenes de Pyrhia Sarusi (63) y Lily Pereg (54) es Gil Pereg, según su documentación presentada al ingresar a Argentina. Sin embargo, en uno de sus tantos emprendimientos fallidos en Mendoza, el hombre de 37 años se había "bautizado" con un extraño y perturbador seudónimo.
En San Martín, el ex militar israelí se hacía llamar "Floda Reltih" y manejaba un local de comidas. A simple vista parecen ser dos palabras al azar y totalmente desconocidas, pero al leerlas de atrás hacia adelante, el significado cambia totalmente: Adolf Hitler. Pereg decidió llamarse como el líder de la Alemania nazi durante el peor genocidio de la historia: el Holocausto.
Tras su fallido paso por el Este provincial, el hombre se mudó a Buena Nueva, Guaymallén, frente al cementerio municipal. El predio, que carece de agua potable y servicios básicos, está rigurosamente vigilado por cámaras y otras medidas de seguridad, además de ser el depósito de 42 armas registradas y adquiridas recientemente a nombre de Pereg.
Durante la tarde del sábado, personal policial realizó un intenso allanamiento en la precaria vivienda del único imputado por el doble crimen de las mujeres israelíes. Muestras hemáticas en una bolsa de cemento y en una remera resultaron cruciales para la investigación, ya que coincidieron con el ADN de las desaparecidas.
Finalmente, los cuerpos de Sarusi y Pereg fueron hallados dentro de una confinada habitación: estaban enterrados y tapados con piedras y tierra.