Analistas, economistas y representantes de bancos rechazan la medida del Gobierno de empujar a los bancos a tomar deuda del Tesoro, al considerar que sería repetir errores de la crisis del 2001. Concretamente, el Ejecutivo evalúa la posibilidad de que las entidades financieras compren bonos del Tesoro con incentivos de encajes y tasas, a cambio de reducir los pases en el BCRA.
La liquidez con la que cuentan hoy los bancos de los depositantes están mayormente encajados en el Central a través de encajes y pases. El Gobierno planea reducir la posición de pases en la autoridad monetaria para que los bancos financien al Tesoro con la compra de títulos públicos. Para analistas, economistas y representantes de bancos consultados por El Cronista, una medida de este tipo ensuciaría la hoja de balance de los bancos al tener que incorporar un riesgo crediticio que compromete la salud de los depósitos.
Fuentes del BCRA indicaron que la idea de la entidad "es que los bancos deriven a financiar al Tesoro parte de lo ocioso que tienen". Por su parte, el presidente Alberto Fernández insistió el lunes en que el Gobierno trabaja en un sistema para que los bancos canalicen fondos en títulos públicos argentinos.
"Tenemos que buscar el modo en que la gente vuelva a creer en la inversión en los bonos argentinos. Para eso, tenemos que lograr un sistema de títulos públicos que sea atractivo para ahorrar. En eso estamos trabajando", dijo en una entrevista radial. De esta manera, se busca derivar los fondos de liquidez de los bancos que hoy están colocados en Leliq para que vayan a financiar al Tesoro.
El jefe de inversiones de un banco local alertó sobre los riesgos de esta clase de medidas sobre el sistema financiero.
“Cuando las medidas relacionadas con las inversiones son unilaterales y obligatorias, nunca llevan a buen puerto. Nuestras inversiones tienen como principal objetivo cuidar los depósitos de nuestros clientes y para ello seleccionamos los créditos minuciosamente", subrayó.
Por ello, destacó que "que la crisis no afectó nunca la capacidad de devolución de los depósitos así como tampoco los del sistema financiero".
"Obligar a los bancos a incorporar riesgos innecesarios nos puede llevar a una crisis todavía peor. La crisis de 2001 dejó como experiencia que no se le puede cargar en la hoja de balance del banco un riesgo soberano ya que si este defaultea, corre riesgos de que se caiga también el sistema financiero en su totalidad. No queremos depender del riesgo crediticio del soberano. Es gravísimo", alertó.
Repetir errores del 2001
Hay un rechazo cuasi total de esta medida por parte de los analistas. En un contexto en el cual el Gobierno lucha para no caer en default, aunque con las probabilidades realmente incrementadas, obligar a los bancos a tener títulos al borde de un estado de cesación de pagos sería generar mayores riesgos para el estado de los bancos y por lo tanto pondría en riesgo la salud de los depósitos y de la totalidad del sistema financiero.
Gabriel Caamaño, director de la consultora EcoLedesma, no le ve beneficio alguno a la medida a la vez que le ve muchos costos adicionales.
"Se trata de una medida expansiva ya que sacas pesos de los encajes y los mandas a financiar déficit y así se empieza a comprometer de forma mucha más directa el patrimonio del sistema financiero y la liquidez que hay detrás de los depósitos. Eso va a impactar en la percepción de riesgo de los depositantes. Creo que es preferible que siga emitiendo y me parece que es para armar una ficción de que se financian en pesos voluntariamente y forzar una curva local", comentó Caamaño.
Por otro lado, el economista remarcó que a esta medida le faltan otras aristas claves para hacerla consistente.
"Así, como plan en sí mismo, no sirve. Es para construir una ficción. Y tiene riesgos de resultar contraproducente. No está claro que forme parte de un plan mucho más amplio y consistente, con presupuesto, régimen monetario-cambiario definido y sin caer en default" señaló.
Diego Falcone, Head Estratega de Cohen, coincide con Caamaño al considerar que la medida es un error ya que deteriora el balance de los bancos
"Hoy los bancos tienen una liquidez del 64%, es decir, los depósitos están invertidos entre Leliq y pases, más encajes en un 64%. Por cada peso, 64 centavos son de disponibilidad inmediata. Esto se debe a lo contractiva que está siendo la oferta de crédito de Argentina. En la medida en que te crecen más los depósitos que los créditos, se observa un sector que toma pesos del público y los deposita en el BCRA, esterilizando. Esto es lógico en una etapa de crisis en el cual los bancos achican balances", explicó.
Ahora bien, el head de estrategia de Cohen considera que de implementarse esta medida, sería repetir errores del 2001.
"Cambiar los pases al 11% por un título publico estaría bien aunque depende de qué título público y qué liquidez va a tener. En un sector público que va al default o que por lo menos eso se espera, esta medida no luce correcta ya que va a deteriorar la calidad crediticia y el balance de los bancos. De la crisis de 2001 aprendimos justamente que no hay que tocar a los bancos, no obligarlos a tener títulos públicos de modo que si quiebra el estado, que no quiebre el sistema financiero. Creo que de esta manera estamos yendo por lo último que nos quedaba del aprendizaje del 2001", alertó.
Finalmente, Fernando Marull, economista y director de la consultora Marull y Asociados, también entiende que es una mala medida.
"Es una mala medida por varios motivos. Por un lado es expansiva y desesteriliza, es decir, saca la liquidez que ya está en el Banco Central y busca para dársela al fisco y Tesoro para que éste siga gastando. Otro punto por el cual es una mala decisión es porque va a generar mayor exposición al sector público, por lo que subirá el temor sobre solvencia del sistema bancario", proyectó.
Por Julián Yosovitch