La fiscal Anabel Orozco quiso renunciar a su cargo cuando saltó la polémica por sus viajes, cuyas faltas fueron justificadas con certificados médicos. Lo hizo para evitar ser condenada y así retirarse con una jubilación de privilegio, la que tienen estos magistrados.
Sin embargo, el gobernador Alfredo Cornejo no le aceptó la renuncia y pidió que sea juzgada. “Alguna vez tiene que haber una sanción para un funcionario judicial que se portó mal. La renuncia es un alivio, en cuanto a que no sigue ejerciendo su cargo, pero no lo veo como una sanción. Así que en ese marco me gustaría evaluarla más”., dijo el radical cuando estalló el caso.
Hoy, su situación la define un jury de enjuiciamiento. Y si Orozco es destituida por haber usado una licencia por enfermedad para un viaje de placer, perderá el beneficio jubilatorio del 82% móvil que le corresponde como magistrada y se podrá jubilar con un retiro similar al del resto de los empleados públicos.