¿Es correcto que durante más de 8 años las salas de ensayo del Teatro Independencia sean facilitadas gratuitamente y utilizadas por una sola institución privada de arte en danza que cobra cuotas por la educación que allí se imparte?
¿Existe un instrumento legal que habilite el usufructo económico de un bien del Estado por casi una década en beneficio particular?
Cuando cualquier instituto, academia, ballet, asociación, etc necesita ensayar en las salas del teatro o dictar un curso, debe completar solicitudes, firmar comodatos y otros trámites administrativos, los que incluyen el pago de los aranceles correspondientes publicados en el Boletín Oficial.
Además, debe ofrecer un cupo de becas para que el teatro distribuya, en el caso de que la actividad no sea gratuita.
También deben adecuarse a las escasas posibilidades de horarios que ofrece, dado que son muchas las instituciones y asociaciones mendocinas y pocas las salas.
¿No perjudica acaso esta desproporción entre oferta de salas y demanda de ellas el hecho de que casi 3 mañanas completas se otorgue este espacio público, exclusivamente a una sola institución?
¿Cuáles son los criterios de equidad y justicia para el espacio cultural?
Por otro lado, las instituciones que dependen de la Dirección General de Escuelas deben presentar para su habilitación un contrato de alquiler legitimado por autoridad competente, como así también los seguros correspondientes que cubrirán los accidentes y un certificado de habitabilidad.
Si no hubiera contratos de alquiler, convenios actualizados, resoluciones municipales de habilitación edilicia, acceso igualitario a los bienes del Estado mediante un instrumento legal, etc, ¿quienes serían los responsables a cargo ante una situación de riesgo para los jóvenes que concurren a estudiar una carrera oficial en danza? ¿El Estado o lo privado?
Últimamente nos sorprendemos con angustia de muchas circunstancias sucedidas en la educación y en el hacer artístico - cultural de Mendoza.
Cuando las cosas no están en orden, no son claras, no respetan derechos y garantías constitucionales ni criterios de igualdad pueden ocasionar graves consecuencias.
Quizá mucho de lo sucedido sea el corolario de acciones pasadas, pero creemos firmemente que hoy es momento de cambiar y por ello sería muy bueno recomenzar con el uso de las salas del Teatro Independencia, patrimonio mendocino, para todos.
Daniela Pizzolatto
DNI 26.986.075