La noticia ha sido repetida una y otra vez: el Mundial de Fortnite ubicó en el quinto lugar a Thiago “King” Lapp, regalándole la increíble suma de 900 mil dólares. “King” tiene 13 años, la edad mínima para competir, y se midió contra jugadores de todas las edades del continente.
A estas alturas la pregunta es, ¿ha cambiado la percepción que tienen los padres sobre el fanatismo de los hijos a los videojuegos?
También se puede mencionar a Jordan Herzog que recibió su primera consola de manos de su papá y no solo eso, fue su padre quién lo alentó a jugar y hasta lo sacó de la escuela para apoyarlo en su sueño de convertirse en un jugador profesional.
Derrumbar los miedos tecnológicos
Richard Lachman, profesor asociado de la Universidad de Ryerson en Toronto, asegura que “los padres de un niño normal y sano que se preocupan porque los videojuegos de acción vayan a inspirar a sus hijos para cometer un crimen horrible son como los padres de los años 80 que se preocupaban porque sus hijos escuchasen heavy metal. Francamente, los videojuegos no son un problema”.
La Asociación Española del Videojuego (AEVI) ha desarrollado 'The Good Gamer', una campaña que ha tenido un gran impacto al desarrollar un decálogo de buenas prácticas dirigidas a los padres. El primer punto es “juega con tus hijos y entiende su mundo”, para entender qué le gusta y por qué le gusta. “Si le dices a tu hijo que solo juegue durante quince minutos al día y la partida dura media hora, es mejor dejarle jugar una partida cada menos tiempo, de lo contrario puede ser contraproducente”, explican.
¿Se trata entonces de cambiar la manera de ver y accionar ante la pasión de los chicos por los videojuegos?
Algunos psicólogos se han dedicado a analizar y derrumbar algunos de los supuestos aspectos negativos de los videojuegos en la vida de los niños. El primer prejuicio que hay es el hecho de que los niños no se relacionan, pero más que eso, cambian la manera de hacerlo derrumbando barreras geográficas: en los videojuegos se pueden comunicar los jugadores por chat. Pero no solo eso, diversos estudios demuestran que los videojuegos están asociados a temas como la creatividad, el descubrimiento y trabajo de superación que ayuda a la autoestima. Además, se asocian a una mejora en la capacidad de alerta y ayuda en la toma de decisiones, a la hora de resolver problemas y disminución del estrés.
“Los padres, además, pueden hacer uso de aquellas funciones y aplicaciones que les ayudan a tener un control de lo que sus hijos juegan y del tiempo que están frente al equipo”, asegura Angélica Dávila, de Acer, líder en el segmento PC. Actualmente los padres pueden encontrar en el país para los más chicos equipos como las Aspire 3, Aspire 5 y Acer Nitro 5 y aprovechar todas las ventajas del Control Parental de Windows 10, que permite personalizar muchos aspectos para que puedas dejar a tu hijo delante de la computadora sin preocuparte de qué estará viendo o cuánto tiempo ha estado usándolo.
La polémica seguirá servida. Mientras tanto, corresponde a los padres decidir hasta qué punto abren o cierran las puertas al pequeño gamer que tienen en casa.