La Campaña Internacional por la Abolición de las Armas Nucleares (ICAN) ve el Nobel de la Paz como un llamamiento a continuar trabajando por el desarme nuclear en el mundo, que se ve de nuevo amenazado "por el fantasma de un conflicto nuclear", declaró la organización tras conocer el premio.
Además, anunció que destinará la dotación económica del premio -de nueve millones de coronas suecas (unos 940.000 euros) a reforzar la lucha contra las armas nucleares, dijo hoy su directora ejecutiva, Beatrice Fihn en Ginebra. El Nobel dará alas a ese trabajo, señaló.
El objetivo es conseguir que todos los países firmen el Tratado de Prohibición de Armas Nucleares de la ONU, que 122 Estados aprobaron en julio y firmaron en una ceremonia en septiembre, pero entre los que no está ninguna de las potencias nucleares. Entrará en vigor cuando 50 países hayan concluido el proceso de ratificación, lo que la ICAN espera ocurra antes de finales de 2018.
"Seguiremos trabajando con empeño en su implementación total. Toda nación que busque un mundo en paz libre de la amenaza nuclear debe firmar y ratificar de inmediato este acuerdo decisivo", había comunicado la organización en Internet tras recibir el galardón.
En tiempos de tensiones globales, "una retórica impetuosa" podría llevar "horrores increíbles", alertó. "El fantasma de un conflicto nuclear" acecha de nuevo, advirtió Fihn. "Si alguna vez ha habido un momento en que las naciones deben declarar un rechazo claro a las armas nucleares, es ahora". "El desarme no es un deseo, sino una urgente necesidad humanitaria", dijo la directora de 34 años.
Hace pocos días Fihn había tuiteado: "Trump es un idiota", algo que hoy lamentó entre risas. Pero matizó: "La elección de Trump intranquilizó a mucha gente". Es inquietante que sea alguien que toma decisiones rápido sin escuchar a los expertos quien pueda decidir sobre el uso de armas nucleares, explicó. No debería haber nadie en situación de poder destruir el mundo entero, añadió.
"Damos las gracias humildemente al Comité Nobel. Esta distinción aclara el camino que ofrece el tratado de prohibición para conseguir un mundo sin armas nucleares", había dicho antes la coalición integrada por 468 organizaciones no gubernamentales de 101 países que tiene su sede en Ginebra.
"La creencia de algunos Gobiernos de que las armas nucleares son una fuente considerable y legítima de seguridad no sólo es errada sino también peligrosa", alegó. "Todas las naciones deben rechazar totalmente esas armas antes de que puedan volver a ser utilizadas".
El Comité Nobel premió a la organización "por su trabajo para llamar la atención sobre las catastróficas consecuencias humanitarias de cualquier uso de armas nucleares".
El mayor éxito de la ICAN fue la campaña por conseguir la firma del Tratado de Prohibición de Armas Nucleares que 122 países aprobaron el pasado julio. El texto prohíbe la producción, posesión, utilización y el almacenamiento de armas nucleares, pese a la resistencia de las potencias atómicas y sus Estados aliados.
Sin embargo, es más bien algo simbólico, pues ninguna de las potencias nucleares que reconocen la posesión de estas armas -Estados Unidos, Rusia, Reino Unido, Francia, China, India y Pakistán- lo ha ratificado. La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) indicó que sus miembros no se sumarían a este tratado.
El tratado ofrece una "alternativa fuerte y urgentemente necesaria a un mundo en el que podría imponerse la amenaza de las armas de destrucción masiva y que realmente ha escalado", defendió la organización.