Más de dos semanas en la oscuridad, una semana en el hospital y ahora nueve días en el monasterio: 11 de los 12 niños del equipo de fútbol rescatado de una cueva y su entrenador participaron hoy en una ceremonia preparatoria para su ingreso unos días en distintos monasterios budistas.
El acto se celebró en Chiang Rai, la capital provincial. El tiempo en el monasterio servirá para "limpiarlos" de sus experiencias negativas, en este caso el miedo y los sufrimientos durante los 17 días que pasaron bajo tierra. En el budismo forma parte de estos preparativos el rapado del cabello.
Para los adolescentes, que tienen entre 11 y 17 años, es una experiencia nueva, mientras que su entrenador, de 25 años, vivió en el pasado un tiempo como monje. Solamente falta uno de los menores, que es de religión cristiana.
El equipo fue sorprendido el 23 de junio por una súbita inundación cuando se encontraba en la cueva del norte del país y quedó atrapado a unos cuatro kilómetros de la entrada. Con ayuda de un equipo internacional de rescate se consiguió sacarlos en una operación que muchos consideraban imposible y que mantuvo en vilo al mundo durante días.
Al inicio de la ceremonia los niños rodearon tres veces un santuario en uno de los muchos templos de Chiang Ra, todos vestidos de blanco. Los casi 70 millones de tailandeses son en su inmensa mayoría de religión budista y es habitual que los adolescentes o adultos ingresen un tiempo en el monasterio.
En el acto se homenajeó también al buzo de la Marina Saman Kunan, que murió cuando colaboraba en los preparativos para el rescate. Oficialmente el ingreso en el monasterio será el miércoles pero esta tarde les cortarán el pelo.
No se sabe aún cuándo tendrán que volver a la escuela, ya que contrariamente a lo que se había previsto inicialmente, siguen en casa con sus familias. Las autoridades tailandesas pidieron que se los dejara tranquilos un tiempo y salvo por dos grandes canales de televisión estadounidenses, la mayoría de los medios lo cumple.