Las peritos que evaluaron hace nueve días a Fabián Tablado, quien hace 24 años mató de 113 puñaladas a su pareja Carolina Aló y recuperará la libertad el próximo viernes, concluyeron que presenta sus facultades mentales normales.
Sin embargo, aunque opinaron que no está en condiciones de ejercer la responsabilidad parental sobre sus hijas mellizas, informaron hoy fuentes judiciales.
El informe lleva la firma de las dos médicas psiquiatras que el 17 de febrero se entrevistaron y evaluaron la salud mental de Tablado cuando lo trasladaron del penal de Campana donde cumple su condena a la Asesoría Pericial de San Isidro.
“La primera conclusión es que Tablado no presenta trastorno psicótico ni psico orgánico y sus facultades mentales encuadran dentro de la normalidad”, reveló hoy una fuente judicial.
Pero por otro lado, y teniendo en cuenta cuál era el objetivo de esta pericia, las mismas especialistas consideraron que Tablado “actualmente no cuenta con recursos yoicos necesarios para ejercer la responsabilidad parental” sobre sus hijas mellizas de 11 años.
El peritaje había sido ordenado por el juez de Ejecución Penal de San Isidro Alejandro David, a pedido del fiscal del mismo fuero, Rodrigo Caro.
El objetivo planteado por el fiscal era determinar si ante su inminente liberación, Tablado representaba un peligro para sí, para terceros y, en especial, para su ex mujer, la docente Roxana Villarejo -a quien había amenazado de muerte, lo que le valió otra condena-, y sus hijas.
“Hay pautas de alarma en cuanto al ejercicio de parental. Este informe es coherente con lo que dice la oficina pericial de la unidad carcelaria de detención, respecto a que Tablado presenta una baja tolerancia a la frustración y que ante ello puede pasar al acto”, afirmó una de las fuentes de la causa.
Como en 48 horas, cuando Tablado cumpla su pena y salga en libertad, la Justicia Penal de San Isidro ya no tendrá injerencia sobre él, el juez David le remitió este informe a la jueza de Familia 2 de Tigre, Silvia Sendra, quien ahora tendrá la responsabilidad de evaluar si toma algún tipo de medida preventiva de resguardo para impedir el contacto entre el femicida y su ex mujer y sus hijas, quienes viven en el mismo distrito.
El seguimiento del caso también estará en manos de la Dirección de Género del Municipio de Tigre, el servicio local de Promoción y Protección de Derechos del Niño y a la Asesoría de Menores.
Al enterarse de la conclusiones sobre el asesino de su hija, Edgardo Aló, padre de Carolina, opinó que "este peritaje fue comprado" y adelantó que está convencido que "un psicópata como Tablado va a tener otra muerte".
El 18 de febrero último, Aló organizó una marcha a la puerta del juzgado de Ejecución Penal de San Isidro, donde lo acompañaron familiares de otras víctimas de femicidio, para entregarle al juez David más de 100.000 mil firmas que recolectó a través del sitio web change.org en apoyo a una petición para que no sea liberado.
El crimen de Carolina Aló (17), uno de los casos más resonantes de la historia criminal argentina, ocurrió el 27 de mayo de 1996 en la casa de la familia Tablado, ubicada en Albarellos 348 de Tigre.
Hasta allí la pareja fue a la salida del colegio nocturno que cursaban, tuvieron relaciones sexuales, discutieron por celos y Tablado, por entonces de 20 años, persiguió a Carolina por varios ambientes de la casa y la mató de 113 puñaladas aplicadas con cuatro armas blancas halladas en la escena: una cuchilla de cocina, dos cuchillos de mesa Tramontina y un formón de carpintería.
En prisión, Tablado se casó en 2007 con Villarejo y tuvieron mellizas, pero la relación no prosperó, se separaron, y en 2013 fue condenado a otros dos años y seis meses de prisión por “coacción” tras amenazar de muerte a su ex y a la madre de ella.
La Justicia lo declaró reincidente y le fijó una pena única de 26 años y 6 meses de prisión, que debía agotarse en 2022.
Pero el beneficio de la derogada Ley del "2x1" y los cursos que hizo en prisión como "estímulo educativo", hicieron que la pena del femicida se dé por concluida el próximo 28 de febrero.