¿Qué dejará el viaje de Trump?

El mandatario estadounidense estará hoy en Japón y luego visitará Corea del Sur, China, Vietnam y Filipinas.

¿Qué dejará el viaje de Trump?
¿Qué dejará el viaje de Trump?

Tras una primera escala en Hawai, donde participó de un homenaje por el ataque a Pearl Harbor de la Segunda Guerra Mundial, el presidente Donald Trump llegan hoy a Japón a bordo del Aire Force One en una estratégica gira por cinco países de Asia.

El periplo podría incluir un encuentro con Vladimir Putin en Vietnam, donde tendrá lugar la cumbre del  Foro de Cooperación Económica de Asia Pacífico (APEC), la semana próxima.

El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, comentó que no se descarta una reunión entre los dos líderes mundiales. "La relevancia de cada encuentro de un presidente de Rusia y de los Estados Unidos para todos los asuntos internacionales apenas se puede sobreestimar", dijo.

Putin y Trump participarán del APEC el 11 y 12 de este mes en Hanoi.

Pero antes, Trump, a quien acompaña su esposa Melania,  tendrá otra agenda que lo llevará, tras la escala en Hawai, a Japón, donde permanecerá dos días. Después vendrá  Corea del Sur el 7, China el 8, y finalmente Vietnam y Filipinas los días 10 y 12, respectivamente. Estará de vuelta en su país el 14.

La crisis norcoreana

Al margen de las relaciones comerciales, el otro gran tema en su agenda será sin duda la crisis con Corea del Norte, el país que no visitará, y con el que mantiene un vertiginoso pulso nuclear, como sostuvo el diario español El País.

Aunque en las últimas semanas la tensión se ha atenuado, las continuas pruebas de armas del régimen de Pyongyang, incluyendo una prueba nuclear el pasado 3 de setiembre, y la retórica beligerante del propio Trump han elevado el nerviosismo regional hasta niveles inéditos desde el fin de la Guerra de Corea (1950-1953).

Pyongyang, por su parte, denunció hace unas horas el vuelo de  cazabombarderos por la zona, antes incluso de que el Pentágono confirmara su despliegue y lo consideró como un intento de "amenazar y chantajear" al régimen. Pero, por si fuera poco en las aguas del Pacífico occidental EEUU ha reunido sus más poderosos portaaviones, varios submarinos, destructores y acorazados, conformando la mayor concentración de la Armada estadounidenses en el área en la última década.

También hay que considerar que por donde pasa el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, pierde amigos y aliados. Eso ocurrió durante su primer viaje  internacional por Arabia Saudita, Israel, Bélgica e Italia en donde los desencuentros provocaron desconfianza y mucha incomodidad.

Todavía están en la memoria de muchos las fotos con Emmanuel Macron y el papa Francisco en donde la rigidez era extrema y el empujón al primer ministro de Montenegro, Dusko Markovi, en la reunión de la OTAN de  mayo pasado.

Durante esa reunión de jefes de Estado de países miembros de la Organización del Atlántico Norte, Trump no sólo regañó a sus socios sino que no mostró compromiso colectivo.  Las palabras finales del republicano no eran las que ellos tenían ni el texto correspondía con el que altos funcionarios de la administración (McMaster, Mattis y Tillerson)  habían hecho circular entre la prensa y los diplomáticos aliados.

Al escuchar a su jefe, todo el esfuerzo que habían realizado para reafirmar su compromiso con sus socios se perdió y ellos quedaron desautorizados públicamente. Hoy el mandatario está inmerso en un nuevo desplazamiento internacional. Trascendental pues estará dominada por la escalada verbal mantenida con el régimen norcoreano de de Kim Jong-un.

El viaje actualmente en curso es el primer desplazamiento del presidente estadounidense a la región desde que fue electo hace un año.

Con índices de aprobación en niveles inusualmente bajos, ¿se las ingeniará el presidente de 71 años para dejar atrás los últimos episodios de la investigación sobre la presunta colusión de su equipo con altos funcionarios rusos para influir en la elección presidencial? ¿Renunciará a sus tuits matinales durante las casi dos semanas que durará el viaje?

La Casa Blanca ha puesto énfasis en la duración de la gira asiática -la más larga de un presidente estadounidense desde la de George H.W. Bush en 1991- como prueba del compromiso de Trump con la región.

No obstante, las dudas sobre este punto no son pocas, sobre todo en el terreno económico, después de la decisión del republicano  -a los tres días de asumir el cargo- de abandonar el Tratado de Libre Comercio Trans-Pacífico, que disgustó a varios de sus firmantes, Japón en particular.

El "amigo" Abe

Tras la breve escala en Hawai, el habitante de la Casa Blanca se encontrará hoy  con su "amigo" Shinzo Abe para una partida de golf -en febrero ya había jugado en Florida- y luego mantendrán varias reuniones en las que pondrán de relieve la fortaleza de la alianza entre Estados Unidos y Japón.

En Corea del Sur Trump no se desplazará -a diferencia de muchos de sus predecesores- a la Zona Desmilitarizada que divide a la península coreana, pero tiene previsto pronunciar un discurso que será atentamente escuchado ante la Asamblea Nacional del país.

La capital Seúl espera que la visita de Trump, que se inicia el martes y durará dos jornadas, sirva para reafirmar la alianza con Washington en momentos en que Corea del Norte lleva adelante un programa nuclear y de misiles balísticos en abierto desafío a la comunidad internacional.

"Corea del Sur también quiere estar segura de que Estados Unidos no involucrará prematura o innecesariamente a Corea del Sur en ningún tipo de conflicto militar", afirmó Scott Snyder del Council on Foreign Relations con sede en Washington.

Desde que asumió el cargo, Trump prometió arrasar con Corea del Norte si el régimen de Kim Jong-un amenaza con un ataque. Por otra parte, se ha opuesto a los contactos directos con Pyongyang propuestos por sus asesores y ha enviado una serie de mensajes crípticos, como "¡haremos lo que haya que hacer!", entre otras menciones.

Trump llamará a todos los países a "hacer más" para aislar a Corea del Norte, cuyo programa nuclear es "una amenaza para el mundo entero", indicó antes de abandonar Washington.

Uno de los objetivos centrales de su primera viaje a la región es "fortalecer la decisión internacional para la desnuclearización de Corea del Norte", destacó el general HR McMaster, asesor de Trump en materia de seguridad nacional.

"China está haciendo más. Pero es evidente que no es suficiente, dado que no hemos conseguido la desnuclearización", señaló. "China es consciente de que el asunto no es hacerle un servicio a EEUU, sino que la desnuclearización es de su interés", agregó.

El poderoso Xi Jinping

Desde Seúl el presidente Trump irá a Pekín el miércoles, donde se reunirá con su homólogo Xi Jinping, quien acaba de obtener un segundo mandato y consolidarse como el hombre fuerte del país más poblado del mundo, siguiendo el derrotero que trazara décadas nada menos que Mao.

"Es un hombre poderoso", declaró recientemente Trump acerca de Xi. "Pienso que es una muy buena persona", agregó a pesar de su persistente campaña en contra del desequilibrio del comercio bilateral en favor del gigante asiático.

Trump llegará acompañado de 29 ejecutivos deseosos de cerrar acuerdos y ganar espacios en la economía china. El viernes el republicano participará en Vietnam de la cumbre de la APEC, en Danang, y pronunciará un discurso sobre "una región India-Pacífico libre y abierta", que es esperado con ansiedad por los empresarios.

Con el cierre de su gira en Manila el 12-13 de este mes,  Trump participará con otros líderes del Sudeste Asiático en la cumbre de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean), y se reunirá luego a solas con el locuaz Duterte, cuya sangrienta cruzada contra los narcotraficantes ha suscitado amplias condenas en el mundo.

La "cercanía" con el filipino Rodrigo Duterte

De acuerdo con un alto funcionario estadounidense, Trump, tiene una "relación cálida" con su par filipino, Rodrigo Roa Duterte. “Ambos han hablado e intercambiado cartas y tienen muchas ganas de reunirse por primera vez en persona con Duterte".

El propio Trump había mencionado  su paso por Filipinas durante un encuentro con empresarios en la Casa Blanca. "Vamos a ir a Filipinas, que es un lugar estratégicamente importante donde el anterior Gobierno (de Barack Obama) no era precisamente bienvenido", aseguró el magnate inmobiliario.

La relación entre el Gobierno de Obama y el de Duterte se enfrió a raíz de la polémica "guerra contra las drogas" del líder filipino, en la que se estima que han muerto violentamente más de 7.000 personas, entre ellas más de 3.800 a manos de la policía, y que también ha sido muy criticada por la Unión Europea (UE).

Pero Trump, poco afín a criticar a otros líderes por sus violaciones de derechos humanos, se ha mostrado halagüeño con Duterte desde su llegada al poder, y en una llamada telefónica en abril, le felicitó por su "increíble trabajo" en el combate contra las drogas, según reveló The Washington Post.

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