En un mundo en el que los nuevos saberes quedan obsoletos en cuestión de segundos y las empresas están envueltas a ritmo acelerado en sus negocios, la capacitación profesional constante no es una opción, sino que ha pasado a ser una obligación para todos los profesionales. El reto es, entonces, volver a las aulas y adoptar una actitud de aprendizaje constante.
Las universidades y entidades empresariales han salido este año con una oferta robusta de capacitación, que abarca desde especializaciones técnicas de cada área de trabajo hasta desarrollar habilidades específicas de crecimiento personal.
Pero, ¿cuánto cuesta este año acceder a una capacitación de posgrado? Al igual que el arco de propuestas, la provincia muestra pagos desgranados en forma mensual, con cuotas de $ 3.700 mensuales, o directamente anual, hasta de $ 20 mil.
Los valores y las metodologías de cursado son amplias, hay modalidades semi presenciales y cursados en aulas. En los precios y sus formas de pago también las entidades educativas ofrecen una gran flexibilidad, pagando en cuotas mensuales, las que en su gran mayoría se mantienen durante el año.
Desde la Universidad Maza, la doctora Viviana Catalano, vicerrectora Académica, afirmó que sus capacitaciones de posgrado tienen un costo de $ 20 mil por año. “Hay que tener en cuenta que una especialización dura 18 meses y una maestría lleva 24 meses más el período de elaboración de tesis”, aclara la autoridad académica de la Universidad Maza. En ese caso, la casa de altos estudios aumentó sus cuotas con respecto al año pasado en un 20%.
También remarcó que las especializaciones más demandadas por los profesionales están centradas en el área de salud, en docencia universitaria y en gestión de los recursos humanos.
Ahora bien, si se trata de compañías las aguas están divididas.
“En el ámbito de las micro, pequeñas y medianas empresas, y también en el ámbito de los emprendimientos de pequeños productores, la demanda se centra en aquellas habilidades y contenidos que tienen que ver con la conducción de la empresa y el manejo de personal, esto motivado por el crecimiento de las mismas, que dejan de ser una pequeña organización donde el dueño es también parte de la planta operativa. Cuando la firma muta a un dueño que debe tomar un rol gerencial, tomar decisiones sobre el personal y, en algunos casos más exitosos, comenzar con la exportación de sus productos o servicios, las capacitaciones más demandadas tienen relación con el desarrollo de habilidades gerenciales, estrategias de mercado, gestión del recurso humano, logística, manejo e interpretación de datos para la toma de decisiones y la gestión de la comunicación corporativa”, explicó Catalano.
La facultad busca atender con sus carreras y cursos de posgrado el entorno competitivo local e internacional, que demanda profesionales altamente formados, con herramientas sólidas y prácticas de aplicación inmediata, se trate de organizaciones públicas, mixtas o privadas. “Aquí los ejecutivos buscan especializaciones en coaching, emprendedorismo, planes estratégicos y tableros de control, ventas, liderazgo y negociación. Y nosotros respondemos generando cursos, conferencias y diplomados enfocados en cada una de estas temáticas”, resume Catalano.
En el caso de la Universidad del Aconcagua, las especializaciones que piden los ejecutivos deben contar con muchas actividades prácticas, para que puedan bajar a la realidad los contenidos teóricos estudiados en las carreras de grado. También se buscan metodologías de aprendizaje novedosas y con utilización de sistemas virtuales, logrando de esta manera actualizarse a lo solicitado por la sociedad actual.
En el área de las Ciencias Económicas, por ejemplo -que abarca las carreras de licenciatura en administración, licenciatura en economía y contador público nacional-, las especializaciones más demandadas son: actualizaciones en normas contables e impositivas, normas internacionales en información financiera, herramientas y habilidades gerenciales, economía aplicada para la toma de decisiones, formulación económica y financiera de proyectos de inversión, compras, logística, calidad y organización por procesos, y gestión de organizaciones de salud.
La visión estatal
En el ruedo de las capacitaciones profesionales hay entidades educativas, como la Universidad Nacional de Cuyo, que gozan de prestigio propio. Justamente en el campo de las ciencias económicas perciben una permanente búsqueda de los profesionales, no sólo de la tradicional actualización técnica, sino también de la incorporación de herramientas que faciliten el acceso a nuevas tendencias.
“Buscan cómo adecuar los enfoques financieros y de gerenciamiento al desarrollo sustentable, la calidad y la responsabilidad social empresaria. Simultáneamente, en la esfera del sector público, detectamos idénticos objetivos a través de la incorporación de herramientas de apoyo a las mejores prácticas de gobierno y transparencia”, señaló Esther Lucía Sánchez, decana de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Cuyo.
En la casa de altos estudios las cuotas son mensuales y promedian $ 2.700, totalizando entre $ 18.000 y $ 36.000 anuales, depende del nivel y extensión de las carreras, ya sea doctorado, maestría, especializaciones y cursos
En la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), otra oferta educativa buscada por los profesionales, los valores para sus posgrados, por año, son de entre $ 13.200 a $ 20 mil.
En el caso de los jóvenes profesionales, las especializaciones más demandadas están relacionadas al área de higiene y seguridad, como así también a negocios, debido a las herramientas que brindan las carreras que permiten una rápida salida laboral. Pero si se trata de ejecutivos con interés en desarrollar e impulsar más su trabajo, las elecciones apuntan hacia la maestría en administración de negocios (MBA) y la Especialización en Redes de Datos que ofrece esa universidad.
Los otros privados
Andrea Heil, a cargo de la capacitación académica de la Fundación Universitas, remarcó que la inversión educativa tiene sus propias reglas. "Nosotros tenemos un sistema de cuota fija para las carreras terciarias que hoy tiene un valor de $ 81 mil dividido en 36 cuotas de $ 2.250. A diferencia de algunas universidades que tienen valores variables que siguen actualizándose al ritmo de la inflación anual, nosotros hace unos 5 años nos movemos con un valor fijo y va quedando igual mes a mes, independientemente de la inflación", detalló Heil.
En cuanto a las especializaciones, desde Fundación Universitas poseen una instancia destinada a la capacitación profesional para la que no se necesita tener un título de grado, basta tener experiencia profesional. Esos programas varían, de acuerdo a la cantidad de horas, entre los $ 4 mil y $ 15 mil, de acuerdo a la cantidad de horas y la especialidad del curso; mientras más especifica es la materia que se dicta el precio es progresivamente mayor.
Paralelamente, este año han lanzado una maestría que se sitúa en los $ 3.500 por mes. “Vienen profesionales que tienen un negocio o buscan y quieren ascender en su carrera, sobre todo en las multinacionales”, apunta Heil.
En cuanto a ADEN Alta Dirección, su encargada académica, Sandra Castellanos, no reveló datos de precios referidos a sus capacitaciones de posgrado, por considerarlo no relevante. Sí admitió que sus aranceles con respecto al año pasado habían tenido un aumento de 30%.
Con respecto a las especializaciones relacionadas con habilidades blandas, Castellanos contó que la entidad educativa tiene para ofrecer dos caminos: habilidades directivas es uno, y este año han agregado, siguiendo las inquietudes manifestadas por el mercado de ejecutivos y profesionales de empresas, coaching ejecutivo.
En la arena de las capacitaciones para directivos y empresarios, este año han reforzado su capacitación en la Federación Económica de Mendoza (FEM). La diplomatura tiene un valor que varía entre $ 10 y $ 12 mil. Si la empresa es miembro de la Federación, el beneficio es de hasta el 50% del costo de la formación, quedando así en $ 6 mil, que pueden ser pagados en cuotas.
En el caso de la entidad empresarial las cuotas de este año con respecto a 2015 tienen una variación de un 15%.
Las diplomaturas más demandadas son las concernientes a la gestión de recursos humanos y habilidades gerenciales.
“Los ejecutivos buscan herramientas directivas y de gestión blanda, como planificación estratégica, liderazgo, conducción de personas, manejo de indicadores de gestión. En realidad piden programas que les ayuden a gestionar, a ser más eficientes y reducir sus costos empresariales”, concluyó Monserrat Bahamonde, una de las capacitadoras a cargo de la FEM.
Según la consultora Paula Molinari, directora de whale.com especializada en desarrollo y procesos de cambio, en un artículo publicado en Iprofesional, indica que cada vez más las organizaciones, independientemente de su tamaño, necesitarán de líderes que piensen distinto.
“Frente a los grandes cambios, las compañías en sus capacitaciones incluyen aportes de otras disciplinas, con el fin de ampliar la visión estratégica y generar innovación, por ejemplo charlas de especialistas en innovación, de físicos, de biotecnólogos. El objetivo es abrir las cabezas y aprender a pensar distinto”, explica la especialista.
La gran ironía es que para enfrentar el futuro será necesario que los líderes de las empresas aporten una gran cuota de innovación. Y nuevamente Molinari llama la atención señalando que todas las investigaciones sobre las fortalezas y debilidades en los niveles ejecutivos dicen que este es justamente el elemento que más escasea.
“Los grandes cambios de paradigmas imponen, en primer lugar, gerentes muy abiertos, con capacidad de aprendizaje y captación de las nuevas tendencias, y con coraje suficiente como para repensar los modelos de negocio y dejar de lado, muchas veces, las fórmulas que hicieron exitosas a las empresas en el pasado para adoptar otras poco seguras”, detalla Molinari.
En un mundo empresarial que exige cada vez más anticipación e innovación, los gerentes deberán saber cómo generar respuestas novedosas y capacidad de adaptación. Y es ahí donde la capacitación debe apuntar al cambio de época, que justamente precisa que la capacidad de aprendizaje sea otra actitud a desarrollar.