En caso de tener una empresa o una pyme y en caso de que el delito se pudiera publicitar, la banda desarticulada hace dos semanas, bien podría haber confeccionado el siguiente texto en su tarjeta promocional: "Robo de autos, autorrobos de todo tipo de rodados, secuestros extorsivos de vehículos, llámenos", y pondrían al final un número de teléfono.
El 24 de agosto, la Unidad Investigativa de Godoy Cruz con gente de Investigaciones, detuvo a siete sujetos -uno de ellos se entregó solo el miércoles- que se dedicaban a todo tipo de delito vinculado con la sustracción de automotores. Todos están en prisión acusados de asociación ilícita, robo agravado por el uso de armas y tentativa de estafas.
El principio
A fines de mayo de este año, una mujer fue asaltada a punta de pistola en la puerta de su casa de Godoy Cruz. Los ladrones, además del Chevrolet Agile, le llevaron su celular. A los dos días, la víctima llamó a su teléfono y contactó con los delincuentes la devolución del auto a cambio del pago de 20 mil pesos. "Se lo dieron desarmado, pero se lo dieron. Fue en La Favorita", explica un investigador.
A partir de la denuncia, los pesquisas comenzaron a seguir a los vendedores del Agile por medio de teléfonos y de seguimientos: todo ocurría en la zona de La Favorita.
Lo que parecía una típica banda de ladrones de autos, comenzó a mutar en otros rubros que tienen que ver con ese delito. "Uno de los casos detectamos mediante un llamado telefónico cómo el dueño de un auto de alta gama, arreglaba el robo de su propio auto con uno de los componentes de la banda. La idea era cobrar el seguro y estafar a la compañía", dijeron desde la fiscalía de sustracción de automotores a cargo de Juan Manuel Bancalari.
Autorrobo
Este mecanismo de autorrobo se repitió siete veces en los dos meses de la pesquisa. Generalmente propietarios de autos caros llegaban a la gavilla a través de intermediarios para acordar la desaparición del vehículo. Tres de los dueños de los autos han sido imputados por el delito de falsa denuncia y enfrentan causas contra las compañías de seguros.
"No son gente vinculada al delito, así que cuando los descubrimos, prácticamente confesaban todo", dijo un pesquisa a la hora de definir al hombre medio que se hacía robar su vehículo y después denunciaba el hecho mediante un fraude.
El arreglo que consistía en que la víctima les daba las llaves de su auto a los ladrones y después hacía la denuncia por el robo inexistente. Los ladrones cobraban un dinero y le aseguraban a su cliente que el auto no aparecía jamás.
"En ese sentido hay que decir que el 30 por ciento de las denuncias de robo de autos corresponden a autorrobos", dijeron en la fiscalía.
El hecho de que los autos de alta gama fueran denunciados como robados estacionados en la vía pública despertaban el recelo de los pesquisas: "Esos vehículos solo andan con la llave original", dicen en tono de advertencia.
Secuestros extorsivos de vehículos
El caso de la mujer con el que se encabeza esta crónica no fue un hecho aislado. Con el paso de la investigación, los pesquisas se dieron cuenta que el mecanismo de "robar el auto y luego pedir rescate" era moneda corriente para la gavilla.
"En esos casos, además del auto se llevaban el celular de la víctima o conseguían el número a través de la póliza del seguro. Así comenzaban el contacto. "A los dos o tres días se comunicaban y quedaban con el dueño del vehículo. Arreglaban el pago por ejemplo en un hipermercado donde un menor de edad era el que recibiría la plata, y la víctima iba a buscar el auto que estaba estacionado en la playa del híper con las llaves debajo de la alfombra", recuerda un pesquisa.
En los casos de esta investigación, las víctimas, a pedido de los delincuentes, no hacían intervenir a la policía.
Mientras tanto, a partir de las escuchas, los efectivos ya se habían familiarizado con la banda, con sus apodos y con el rol que cada uno cumplía.
Una de las presas favoritas de la gavilla eran los humildes remiseros truchos y los fleteros. "Los buscaban porque se trata de vehículos viejos que no cuentan con elementos sofisticados para su búsqueda".
El modus operandi consistía que dos de los sujetos salían de La Favorita -para ellos los llevaban los choferes de la banda- y los dejaban en una esquina céntrica o de la sexta o Quinta Sección ("para generar confianza", según una fuente de la fiscalía). Desde otro teléfono llamaban a las víctima para que los pasaran a buscar y luego los sujetos se hacían llevar hasta La Favorita o a otro sitio.
"Los amenazaban con arma de fuego y lo obligaban a bajarse. De allí se iban hasta una casa en La Favorita donde ya tenían todo preparado en un taller clandestino para proceder al desguace total del vehículo robado".
Detenidos
Hace poco más de dos semanas y después de once allanamientos, se logró la detención de seis integrantes de la banda: uno de ellos, rodeado, se entregó el martes pasado junto con su abogado. En los procedimientos se hallaron varias armas de fuego.
La gavilla era dirigida por un matrimonio: ella accedió a la prisión domiciliaria porque está embarazada. El jefe, de apellido Salivar, cuenta con un antecedente por el robo de 80 mil pesos a su propio suegro. Dos de los apresados se encargaban de trasladar a los ladrones para que salieran a robar o llevaban los elementos de los autos desguazados; "los choferes", los bautizaron los investigadores; mientras que otros dos hacían las veces de 'ladrones de caño' y el restante era custodio de los vehículos sustraídos. Una verdadera pyme.
En detalle
Detenidos: Ramón P., Emanuel R., Alberto S., Andrés S., Néstor D. Franco V., Cintia M. y Damaris C.
Secuestro de armas: 2 escopetas calibre 16, 1 rifle calibre 22, 1 pistolón calibre 14, 1 revólver calibre 32 y una réplica de pistola calibre 9mm.
Vehículos: un Renault Symbol, una camioneta Chevrolet S10 y un Chevrolet Corsa.
Autopartes: de un VW Polo, ruedas de una camioneta Ford y 6 cubiertas.
Teléfonos celulares: varios, que se sospechan eran utilizados para las coordinaciones.
