El presidente ruso, Vladimir Putin, y el mandatario ucraniano electo, Petro Poroshenko, hablaron por primera vez este viernes en un encuentro propiciado por las ceremonias del 70 aniversario de Desembarco en Normandía (Francia).
Esperado, pero incierto hasta el último momento, el encuentro tuvo lugar a mediodía en el castillo de Bénouville, bajo la égida del presidente francés, François Hollande, y la jefa del gobierno alemán, Angela Merkel.
La reunión se realizó poco antes del almuerzo que congregó a los grandes del planeta, venidos a rendir un emotivo homenaje a los soldados aliados que desembarcaron el 6 de junio de 1944 en las playas de Normandía, en las costas del noroeste francés, y que supuso el inicio de la derrota del régimen nazi en Europa.
Putin y Poroshenko, elegido el 25 de mayo, "se dieron la mano y hablaron normalmente", contó una fuente del entorno de la presidencia francesa.
"Se ha podido establecer un diálogo entre los dos sobre posibles medidas para desactivar" la crisis surgida a raíz de la anexión de Crimea por Moscú en marzo y "en los próximos días se hablará de las modalidades de un alto el fuego (entre Kiev y los separatistas prorrusos)", según esta fuente.
Este primer encuentro entre Putin y Poroshenko, que asumirá oficialmente la presidencia de Ucrania este sábado en Kiev, es un "paso frágil" para lograr una solución política a la crisis, agregó la fuente.
"También confirmaron que no existe alternativa para resolver la situación (en Ucrania) otra que métodos políticos pacíficos", añadió Peskov.
Asimismo, Putin se reunió brevemente con su homólogo estadounidense con quien las relaciones no pasan por el mejor momento. Se trató de "una conversación informal, no de una reunión bilateral oficial" declaró Ben Rhodes, consejero adjunto de seguridad nacional del presidente estadounidense.
Según otro alto funcionario norteamericano, Obama pidió a Putin que "calme las tensiones en Ucrania", so pena de agravar el aislamiento internacional de Rusia.
Homenajes emotivos
Los esfuerzos para resolver la crisis en Ucrania, al borde de la guerra civil con los separatistas prorrusos, y los encuentros entre Putin con sus homólogos occidentales --no se habían vuelto a ver desde la anexión de Crimea-- han tenido lugar en el marco de unas conmemoraciones embargadas por la emoción.
Los dirigentes de Francia, Estados Unidos y Gran Bretaña rindieron sentidos homenajes a los veteranos aliados y a los más de 20.000 civiles franceses caídos durante el desembarco y la Batalla de Normandía en varias ceremonias.
En el cementerio de Colleville-sur-Mer, donde reposan unos 10.000 estadounidenses bajo simétricas hileras de cruces blancas, Obama pronunció un emotivo discurso en el que homenajeó a los soldados que lograron quebrar el "Muro de Hitler" y lucharon para cambiar "más que el curso de la guerra, el de la historia de la Humanidad".
En un momento de emoción, los veteranos, incluso los que tienen más de 90 años y tienen dificultades para andar, se levantaron como si respondiera a la orden del comandante en jefe que les brindó un largo aplauso.
"Cuando el mundo les vuelva cínicos, deténganse un segundo y piensen en esos hombres", dijo el presidente estadounidense en varias ocasiones.
"Esta batalla fue también la de los civiles"
"Francia nunca olvidará lo que debe a esos soldados y a Estados Unidos" dijo por su parte el presidente francés y anfitrión de las ceremonias al lado de Obama.
Hollande dijo que el 6 de junio es una "fecha memorable de nuestra historia en la que nuestros dos pueblos se fundieron en el mismo combate, el de la libertad".
Poco antes, Hollande destacó el rol y el martirio de los civiles franceses, entre ellos los cerca de 20.000 que perdieron la vida en los bombardeos y combates contra los soldados alemanes entre el 6 de junio y el fin de la batalla de Normandía, el 22 de agosto de 1944.
Por la tarde, en un discurso solemne pronunciado en presencia de los casi 20 jefes de Estado y de gobierno invitados a la ceremonia, Hollande rindió homenaje a "todas las víctimas del nazismo", recalcó la "contribución decisiva" de la ex URSS en la victoria aliada e insistió en el "deber" de paz de los dirigentes del mundo.
Cerca de 1.800 veteranos y jefes de Estado y de Gobierno de una veintena de países, participan en estas conmemoraciones en las playas de Normandía, Utah Beach y Sword Beach.
En Bayeux, donde tuvo lugar una ceremonia en memoria de los soldados británicos en presencia de la reina Isabel II, los veteranos fueron saludados por una multitud que les dijo: "Thank you!", "Merci!", "Bravo!".
Con las medallas tintineando en su pecho al ritmo de sus pasos, Ken Godfrey, de 89 años, paró para saludar a una mujer que aplaudía a los antiguos soldados.
"Mi recuerdo principal es chapotear en el mar con el agua hasta el pecho", dijo a la AFP este veterano. "Pero no me gusta hablar de combates. Tuvimos sudores fríos. Tuve suerte de haber sobrevivido", dijo.