Putin quiere un mayor poder nuclear de Rusia

El mandatario fijó las prioridades de su ejército para 2017. Busca sistemas antimisiles capaces de atravesar las defensas existentes. Reforzará vigilancia de fronteras.

Putin quiere     un mayor poder nuclear de Rusia

El presidente ruso, Vladimir Putin, fijó las prioridades de su ejército para 2017, recalcando la necesidad de aumentar la capacidad nuclear de su país y la vigilancia en sus fronteras.

“Hay que reforzar la capacidad militar de las fuerzas nucleares estratégicas, sobre todo con la ayuda de sistemas de misiles capaces de atravesar sistemas de defensa antimisiles existentes o futuros”, dijo el presidente ruso ante cientos de oficiales de sus ejércitos.

El jefe de Estado hizo estas declaraciones tras un año en el que su aviación ha sido clave para facilitar los avances del gobierno de Bashar al Assad en Siria, y a pocas semanas de que Donald Trump acceda a la Casa Blanca.

Moscú espera la investidura de Trump el 20 de enero para rebajar las tensiones que mantuvo con la administración de Barack Obama en los dos últimos años, a causa de los conflictos de Ucrania y Siria.

Rusia se muestra preocupada por la instalación en Rumania y en Polonia de elementos del escudo antimisiles estadounidense, que Moscú denuncia como un intento de reducir su capacidad de disuasión nuclear.

Unas acusaciones desmentidas por Washington, que asegura que el escudo trata de proteger Europa ante una posible amenaza iraní. El aumento del arsenal nuclear ruso no es una novedad.

En junio de 2015, Putin anunció el despliegue de 40 nuevos misiles balísticos intercontinentales, capaces de “atravesar los sistema de defensa antiaérea más sofisticados”, después de que Washington planeara instalar armamento pesado en el este de Europa.

Estados Unidos asegura querer tranquilizar a los países bálticos y otros Estados de Europa del Este, muy preocupados por las intenciones de Moscú desde la anexión de Crimea en 2014.

Pero el aumento de la presencia de la OTAN en sus fronteras es percibido como una amenaza por Rusia.

Putin acusó en junio a la organización trasatlántica de querer conducir su país a una “frenética” carrera armamentista y de romper “el equilibro militar” en vigor en Europa desde la caída de la URSS.

A finales de 2014, la nueva doctrina militar de Rusia, cuyo gasto militar alcanza ahora el 21% de su presupuesto -aunque sigue siendo muy inferior al de Estados Unidos-, ya designaba la expansión de la OTAN como una amenaza fundamental para la seguridad del país.

“Hay que prestar atención a cualquier cambio en el equilibrio de fuerzas y de la situación politico-militar en el mundo y, sobre todo, en las fronteras rusas. Y corregir a tiempo nuestro planes para eliminar las posibles amenazas contra nuestro país”, dijo Putin ayer.

El país ha llevado a cabo una costosa modernización de sus fuerzas armadas en los últimos años, y ha desplegado tropas adicionales en el “flanco” oeste de Rusia, frente a las instalaciones militares europeas de la OTAN.

La doctrina militar del Kremlin no menciona, sin embargo, en ningún caso la posibilidad de un “ataque preventivo” con el uso de misiles nucleares. Moscú se reserva el derecho a utilizar su arsenal en caso de agresión contra ella o sus aliados o en caso de “amenaza sobre la existencia del Estado” ruso.

El presidente consideró que se había llevado a cabo un “60%” de la modernización de las fuerzas nucleares rusas, compuesta por bombarderos estratégicos, misiles balísticos intercontinentales y submarinos nucleares.

Rinden último homenaje a embajador asesinado

Rusia rindió ayer un homenaje nacional a su embajador asesinado en Turquía, un crimen que Ankara atribuye al movimiento del predicador Fethullah Gülen, aunque Moscú considera que es pronto para identificar a los responsables.

El féretro de Andrei Karlov, repatriado el martes a Rusia, está expuesto desde primera hora de la mañana en el vestíbulo del ministerio ruso de Relaciones Exteriores, al lado de una bandera rusa y rodeado de la Guardia de Honor.

El presidente Vladimir Putin, el primer ministro Dimitri Medvedev, el jefe de la diplomacia rusa Serguei Lavrov y el conjunto de la élite política acudieron a depositar flores en el ataúd de Karlov.

El diplomático, de 62 años, “fue víctima de un acto terrorista cobarde y terrible”, mientras ejercía su deber profesional, declaró Lavrov ante la esposa y el hijo del embajador asesinado en Turquía.

Putin concedió el miércoles el título de héroe de Rusia a Karlov a título póstumo por su “valentía” y su “gran contribución” a la política extranjera rusa.

El mandatario asistirá este jueves a una misa en la catedral de Cristo Salvador en Moscú.

El asesinato del diplomático por un policía turco en una galería de arte el lunes en Ankara fue denunciado por Rusia y Turquía como una “provocación” destinada a minar las relaciones que ambos países están restableciendo tras casi un año de crisis.

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