Vladimir Putin fue investido ayer para un cuarto mandato presidencial que le mantendrá en el poder hasta 2024, tras 18 años al frente de Rusia como jefe de Estado o de gobierno.
Poco después de la ceremonia, Putin propuso de nuevo a Dmitri Medvedev como primer ministro, una candidatura que debería ser aceptada sin problemas por la Duma, la cámara baja del parlamento.
“Considero mi deber y el sentido de mi vida hacer todo lo posible por Rusia, por su presente y por su futuro”, declaró después de prestar juramento con la mano sobre la Constitución en una ceremonia solemne en el Gran Palacio del Kremlin, en Moscú, en presencia de los presidentes de ambas cámaras del parlamento ruso y del tribunal constitucional.
Putin, decidió a poco de asumir un nuevo mandato una serie de medidas para aumentar la calidad de vida en Rusia, entre ellas extender la expectativa de vida a los 78 años, informó hoy el Kremlin.
En 2017, los rusos alcanzaron en promedio una edad de 72 años. El objetivo es que para 2024 este promedio sea de 78 años.
Además, Putin quiere impulsar el crecimiento demográfico del país de 144 millones de habitantes y reducir la pobreza a la mitad en su cuarto mandato.
En términos educativos, Rusia quiere llegar a ocupar un puesto entre los diez países líderes y obtener un lugar entre las cinco economías mundiales más grandes. En 2017, el país más grande del mundo quedó en el puesto 12.
Putin, reelegido presidente en marzo con el 76,7% de los votos, el mejor resultado desde su llegada al poder en el año 2000, es más que nunca el hombre fuerte de Rusia, de nuevo en primera línea internacional al precio de tensiones con los países occidentales.
“Soy particularmente consciente de mi responsabilidad colosal ante cada uno de vosotros, ante Rusia”, afirmó Putin durante la ceremonia. “Haré todo lo posible para aumentar el poder, la prosperidad y la gloria de Rusia”, aseguró ante los diputados, senadores y personalidades del mundo cultural reunidos en el Kremlin.
También dio las gracias al pueblo ruso por su “apoyo sincero” y dijo que el pueblo “es importante no solo para defender nuestras propuestas en la escena internacional sino también (...) para los cambios positivos profundos en el interior del país”.
“Si un dirigente defiende los intereses de su país, que se quede en el poder hasta el fin de sus días”, dijo Maxim Kuznetsov, un repartidor de Moscú, horas antes de la ceremonia, a la que Putin acudió con con una limusina de fabricación rusa.
Sustituye el Mercedes por un auto ruso
Durante su cuarta investidura como presidente de Rusia, Vladimir Putin presentó ayer al público su nuevo vehículo oficial, fabricado en Rusia y bautizado como “Cortege” (escolta de honor).
Se trata de un vehículo de lujo de serie, encargado en 2012 en el marco de un proyecto que también incluye SUV y monovolúmenes. La serie Cortege acaba con una tradición de décadas, puesto que desde los años 90 el Kremlin privilegiaba exclusivamente autos de lujo de la alemana Mercedes.
Aún así, la tecnología alemana se encuentra también en la nueva serie de vehículos rusos. Según los medios, Porsche y Bosch colaboraron en el desarrollo del motor.
El nuevo vehículo de alta gama, que tiene 600 caballos, es ideal para el presidente ruso, dijo un experto en coches de la agencia Tass, y ha superado todas las pruebas necesarias para garantizar la seguridad de Putin.
El pueblo también podrá disfrutarlo ya que a partir del otoño se podrán realizar los primeros encargos de la serie Cortege.