Uno de los grandes sìmbolos de All Blacks es el back Sonny Bill Williams, una leyenda viviente del campeón mundial vigente de rugby.
Apenas finalizada la final frente a Australia, un niño saltó al campo de juego de Twickenham para acercarse a su ídolo y así burló la guardia de seguridad en el estadio londinense.
Sin embargo, Williams protegió al jovencito - Charlie Lines - y además le regaló su medalla dorada, la cual fue obtenida tras la consagración en la Copa del Mundo Inglaterra 2015.