La ruta provincial 190 es la vía de comunicación más rápida para llegar a la distante localidad de Punta del Agua, en San Rafael. Son 190 kilómetros y se accede a través del departamento de General Alvear. Hay otro ingreso por la 179 (155 km desde San Rafael), que incluye el paso por el distrito sanrafaelino Las Malvinas, pero prácticamente esta ruta está intransitable la mayor parte del año por falta de mantenimiento o por los difíciles terrenos medanosos cruzados por arroyos secos que en días de lluvia son verdaderos torrentes de agua.
Los casi 1.200 habitantes de este lugar están resignados. Pasó casi un año y medio para que la Dirección Provincial de Vialidad limpiara un puente en el arroyo Punta del Agua que estaba sobrepasado por el agua e impedía su cruce a pie y hasta en vehículos, ya que su cauce había crecido considerablemente. Este puente está a escasos 200 metros del centro cívico.
La realidad es que el problema solo se debía a que el gran caño que cruza la ruta estaba taponado por raíces (conocidas comúnmente como “champas”). Hoy el arreglo deberá ser mayor porque esa estructura, al haber estado colmada de agua por mucho tiempo, ha cedido y deberá ser reemplazada.
Esta hermosa población, rodeada de cerros y con el fondo inconfundible allá a lo lejos del cerro El Nevado (3.833 msnm), tiene una vida propia de sacrificios y privaciones con la carga de que se consideran “argentinos en territorio extranjero”. Es que gran parte del pueblo está en lo que se consideran tierras usurpadas, ya que la propietaria del lugar es una empresa italiana manejada por Vittorio Latofolla, dueño de aproximadamente 20 mil hectáreas (incluido el centro cívico) y algunas otras partes de este centro urbano rodeado de manantiales y cultivos, la principal actividad económica.
“Ese tema está planteado y creemos que en algún momento tendremos una solución”, dicen los habitantes.
La cruzada para lograr el arreglo de la ruta la iniciaron precisamente los propios vecinos porque en muchos casos los chicos que van a las escuelas existentes en el lugar, una primaria y una secundaria técnico agraria, no podían cruzar a pie el arroyo.
El respaldo se los dio una radio comunitaria de la zona, propiedad del Movimiento Campesino Indígena: la FM 89.1 El Nevado dirigida por Juan José Bravo. El reclamo se viralizó por las redes sociales y cuando Los Andes llegó al lugar, ya habían máquinas y personal de la DPV trabajando en resolver en pocas horas de trabajo la incomodidad que preocupó por un año y medio a los habitantes. Al mediodía del jueves el agua había sido encausada y se iniciaban los trabajos de reparación del puente.
Cabe destacar que en la zona también funciona una escuela hogar dirigida y mantenida por la congregación de monjas bernianas (en homenaje a Antonia Bernia), llamada Villa Angélica. Ellas fueron las que lucharon por las comunicaciones telefónicas hace algunos años, y lo lograron. Personal y Movistar instalaron una antena que les permite hoy mantener una mínima conexión con el resto del mundo.
Suma de necesidades
Nelson Ugarte, regente del anexo de la Escuela 4-198, y el secretario de la escuela agrotécnica, Sergio Gerlero, brindaron varios detalles sobre la difícil realidad que vive la comunidad en general y la educativa en particular.
Sólo existen tres frecuencias de ómnibus que comunican -a través de General Alvear- a esta localidad con Agua Escondida, en Malargüe.
La empresa La Unión es la que presta el servicio los lunes, miércoles y viernes. Una frecuencia de ida y otra de vuelta. “Esto no es suficiente”, sostuvieron los educadores, porque los profesores, especialmente de la secundaria, no pueden hacer coincidir sus horarios y días con esos recorrido.
Esto hace que muchos de ellos deban afrontar fuertes costos de transporte contratado o el mantenimiento de sus propios vehículos, que sufren constantes daños por las condiciones de las rutas.
Se habla de que cada viaje les cuesta aproximadamente 3.800 pesos, valor que deben multiplicar por los días que viajan al mes y dividirlo por persona (son 24 profesores). En total: cerca de 60.000 pesos por mes. Esto les insume casi la totalidad del dinero que reciben por lo que se denomina “zona”.
Otros optan por una alternativa: alquilar un alojamiento en el pueblo. La empresa de transportes, por su parte, está dispuesta a ampliar sus servicios siempre y cuando se arregle el tema de los subsidios.
Los directivos escolares también hicieron referencia a la necesidad de contar con un edificio propio (funcionan en un ex albergue municipal cedido por la comuna sanrafaelina) y de independizar el funcionamiento de la escuela con la sede central en el distrito Las Malvinas.
Además, el terreno donde realizan algunas de las prácticas agrícolas está cedido en comodato por un particular, porque la escuela no tiene comodidades para esas actividades.
También está inactiva por falta de baterías una estación meteorológica (que serviría de práctica) atendida por Agrometrix. Hasta el momento no han tenido ninguna explicación sobre por qué no se ha reemplazado esa batería.
La escuela secundaria de Punta del Agua tiene 54 alumnos entre varones y niñas, que concurren de lunes a jueves. En tanto, la albergue tiene el régimen donde los chicos son trasladados por un transporte semanal que hace el recorrido por la casi intransitable ruta 179. Hasta ahí los chicos son llevados desde los puestos; el recorrido previo generalmente lo hacen montados a caballo.
Otra de las dificultades que deben enfrentar los lugareños es el cierre de las oficinas del Registro Civil. Tiene edificio propio pero desde hace largo tiempo fue retirado el personal y nunca más se reactivó la atención, por lo que cualquier trámite debe realizarse en General Alvear (a 90 km) o en San Rafael (155 km).
"Argentinos en tierras extranjeras"
Punta del Agua tiene una problemática de vieja data y es que una gran parte del radio urbano está en terrenos privados, técnicamente “usurpados”. Lo paradójico es que especialmente en esta situación está todo el centro cívico: el centro de salud, el Registro Civil, la escuela primaria y la policía.
Ya han sido varios los intentos de los propietarios italianos de desalojar el lugar aunque ha primado el sentido común y esperan, según algunos trascendidos que se manejan en el lugar, una propuesta por parte de las autoridades correspondientes. Ahora está en construcción un SUM municipal, edificio que servirá para atender múltiples necesidades comunitarias.
Por todo esto, sus habitantes aseguran sentirse “argentinos en tierras extranjeras”.