Pumas: en busca de la recuperación

Fernández Lobbe, Petti, Creevy y Senatore fueron los jugadores que terminaron con golpes ante Nueva Zelanda. El único complicado para llegar al viernes es Senatore.

Pumas: en busca de la recuperación

Los cuatro Pumas lesionados tras el encuentro ante los All Blacks continúan en franca evolución, según dejó trascender el asistente técnico José Santamarina en la conferencia de prensa brindada en la embajada Argentina en Londres.

Sin embargo, estaría en duda para el choque ante Georgia el rosarino Leonardo Senatore, quien sufrió un traumatismo en la pierna izquierda, sin lesión ósea, con contusión muscular. Un caso parecido es el de Guido Petti, con traumatismo cervical tras recibir un golpe al momento de apoyar el único try albiceleste. Se seguirá su evolución durante la semana, pero en principio llegaría.

Menos delicado parece lo de Juan Martín Fernández Lobbe, quien sufrió la luxación interfalángica del meñique derecho, sin lesión ósea, y también lo del capitán Agustín Creevy, quien sufrió una lumbalgia post partido. Ambos llegarían sin problemas al segundo partido del torneo.

La mala noticia del día fue la citación de Mariano Galarza a declarar por juego sucio. Según el comisionado Murray White, el segunda línea violó la regla 10.4 de World Rugby y deberá defender su posición ante el tribunal disciplinario de la entidad.

El plantel, en la lluviosa jornada de ayer, hizo sólo trabajos regenerativos y retomará los entrenamientos hoy en el Haileybury School, de la localidad de Ware.

Mañana por la mañana el equipo realizará otra práctica y luego el entrenador Daniel Hourcade confirmará el equipo que jugará ante Georgia.
Esa misma tarde el plantel partirá rumbo a Cheltenham, donde se alojará a la espera del partido del próximo viernes a las 12.45 hora argentina ante Georgia en el Kingsholm Stadium de Gloucester.

Argentina es el único equipo sin extranjeros en sus filas

Argentina puede presumir de ser la única selección del Mundial de rugby en la que sus 31 jugadores nacieron en el país al que representan. Los otros 19 equipos participantes tienen algún miembro nacido fuera de sus fronteras.

“Creo que es parte de nuestra idiosincrasia, de nuestra cultura deportiva. Si miras las selecciones argentinas de otros deportes, solo juegan argentinos, no solo en el rugby”, señaló el pilar Ramiro Herrera.

El que más extranjeros tiene es Samoa, con trece de sus jugadores nacidos en Nueva Zelanda, seguido de Tonga y Gales, donde hay muchos ingleses, con doce. Japón y Escocia tienen once, Francia diez, Australia, Italia y Estados Unidos nueve, Canadá, Irlanda y Nueva Zelanda cuentan con cinco, Rumania cuatro, Inglaterra y Fiyi tres, y Namibia dos.

Los que menos tienen son Georgia, Sudáfrica y Uruguay, que cuentan con uno. En el caso de los Teros se trata del pilar nacido en Argentina, Alejo Corral.

“El argentino es muy exitista y muy competitivo en muchos deportes y busca el carácter y la identidad del país. Me parece un orgullo, que muestra la esencia del país. Esta muy bueno”, añade Herrera.

Rugby entre veteranos de Malvinas

Con un balón bendecido por el papa Francisco, veteranos británicos y argentinos de la guerra de las Malvinas se reencontraron ayer, 33 años más tarde, para disputar un partido de rugby cerca de Londres.

El estadio del club inglés Esher, a media hora de la capital británica y en el país que acoge el Mundial de rugby, fue escenario de un duelo que pretendía ayudar a cerrar heridas y que fue organizado por la Fundación Rugby Sin Fronteras. “Fue una guerra innecesaria y no les guardo ningún rencor, el rencor daña a las personas”, explicó Horacio Gatas, un veterano argentino.

“Quise aprovechar la oportunidad de encontrarme 33 años después con la gente que combatió contra mí, siguiendo órdenes como yo, y estrecharles la mano”, añadió.

Argentinos y británicos jugaron mezclados en los dos equipos, a los que se sumaron familiares y amigos. Los veteranos llevaban un brazalete distintivo y, como superan los 50 años, el partido se acortó a dos tiempos de 20 minutos.

El equipo azul, que jugaba como local, venció al rojo por 20 a 5. Al final, como es de rigor en el rugby, se celebró el tercer tiempo para tomar unas cervezas todos juntos.

“La belleza del rugby es lo que viene luego: hablamos, bebemos y reímos”, explicó el doctor David Jackson, de 57 años, que abandonó el ejército británico para hacerse médico y especializarse en el tratamiento del estrés postraumático que él mismo sufrió.

“Me di cuenta hace muchos años que todos los que luchamos en aquella guerra éramos hijos o maridos de alguien, fuimos agentes de tiempos políticos y decisiones políticas", añadió.

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