El programa Catedrales del Vino tuvo su relanzamiento anoche en la Enoteca, en el marco de las diferentes actividades que se organizan por el mes del Arquitecto.
Esta iniciativa había sido presentada en noviembre del año pasado por la gestión anterior y reconocida como una buena propuesta. Se da un nuevo impulso en la actualidad.
Apunta a difundir la arquitectura de las bodegas de Mendoza: tanto la estructura edilicia como sus jardines en tanto conforman de manera integral la experiencia del vino.
Los establecimientos incluidos abren sus puertas para recibir a los visitantes a quienes se les brinda información no sólo sobre la elaboración del producto sino que se suma el valor agregado de lo cultural, lo histórico y lo arquitectónico.
Se trata de una propuesta del Colegio de Arquitectos (Camza), Bodegas de Argentina y el Ente Mendoza Turismo. “Permite poner en valor el trabajo del arquitecto en la parte vitivinícola, que muchas veces pasa desapercibido”, destacó Ramiro Fernández, secretario del Camza.
Las diferentes alternativas arquitectónicas en esta actividad comenzaron a tomar relevancia las últimas décadas ya que antes el acento estaba más puesto en lo industrial y en un vino más masivo. Con los años se fue apuntando a destacar las particularidades de cada producto sumando la veta sensorial. En este sentido “el edificio también tiene que ver con el espíritu del vino”, consideró.
Marcelo Montemayor, director de Promoción Turística del Ente señaló que el turismo del vino ha tenido un crecimiento sostenido los últimos 15 años. De las 1.200 bodegas que hay en la provincia, 130 tienen apertura turística, lo cual consideró un número importante.
Explicó que en este lapso han variado su oferta y pasaron de una degustación, a sumar una alternativa más integral como alojamiento, turismo aventura entre los viñedos y gastronomía, que implican vivir la experiencia del vino.
“Tenemos que estar orgullosos de nuestras bodegas”, subrayó Sergio Serrato del Camza quien consideró que Mendoza está viviendo un “momento increíble en enoturismo” y forma parte de las 9 capitales del vino del mundo.
Varias de las construcciones han recibido premios internacionales. Resaltó que “los mendocinos también tienen que visitar las bodegas, no sólo los turistas”.
La arquitecta Eliana Bórmida, declarada madrina del programa contó que cuando hizo sus primeras incursiones a mediados de los años 80, los empresarios del vino no tenían pensado para nada trabajar mancomunadamente para instalar el producto como se hace ahora.
Por aquel entonces daban sus primeros pasos en el mercado internacional y se dieron cuenta de que era necesario traer especialistas externos para que conocieran la calidad de la elaboración.
Pero las bodegas “tenían las paredes cubiertas con azulejos color turquesa, que eran fáciles de manguerear y se dieron cuenta de que esa imagen iba a desmerecer el producto”.
Hasta ahora se han declarado 26 establecimientos como catedrales del vino, lo cual implica que cumplen con ciertos parámetros que han sido evaluados por un grupo de especialistas.
A partir de octubre estarán disponibles las bases para una segunda convocatoria. A cambio, estas bodegas ofrecen descuentos en sus productos y servicios. Los guías recibirán capacitación de la dirección de Patrimonio Cultural de la provincia.
Madrina de honor
En el acto realizado ayer se nombró a la arquitecta Eliana Bórmida como madrina del programa ya que se la reconoce como una de las profesionales que más ha hecho por fortalecer el desarrollo de esta actividad en el plano vitivinícola.
Por tal motivo recibió además una distinción. “No existe en el mundo una universidad de Arquitectura que enseñe a hacer bodegas. Tenerlo aquí es algo excepcional”, dijo en referencia a la Universidad de Mendoza.
Justamente en el marco de las actividades que se realizan este mes, ayer se presentó una muestra de maquetas de alumnos de quinto año de esta carrera que en el subsuelo de la Enoteca estará disponible todo el mes. Durante ese tiempo habrá una propuesta similar en la Nave Cultural.