Puertas abiertas a la cultura popular

En Mendoza hay poco más de un centenar distribuidas por los departamentos y son grandes contenedoras sociales. Dicen que la falta de edificio propio y el sostenimiento de personal para tener horarios estables son sus principales pr

Puertas abiertas a la cultura popular
Puertas abiertas a la cultura popular

El reglamento indica que las puertas siempre deben estar abiertas. Y con esa impronta, las bibliotecas populares transmutan en verdaderos centros culturales y son el faro de la comunidad en donde están enclavadas.

En Mendoza, según datos del gobierno y de la federación de bibliotecas populares, hay unas 110 distribuidas por diferentes departamentos, la mayoría de ellas en zonas rurales o en barrios de pocos recursos económicos. De ellas 50% tienen personería jurídica y la otra mitad están constituidas de hecho.

Las bibliotecas populares nacieron en 1.870 inspiradas por Domingo Faustino Sarmiento, quien como presidente logró que el Congreso de la Nación aprobara el proyecto de creación de la Comisión Protectora de Bibliotecas Populares, a través de la Ley 419.

En 1.986, una nueva norma legal cambiaría la denominación la Comisión Nacional Protectora de Bibliotecas Populares (Conabip) y creó el Fondo especial para bibliotecas populares. Este fondo es el que asiste con más de 300 mil pesos a la mayoría de las bibliotecas populares con personería jurídica de la provincia. También son asistidas por la Coprobip.

Crecimiento sostenido

En el contexto de la inauguración de bibliotecas públicas que el gobierno de Francisco Pérez ha impulsado en cada uno de los departamentos de Mendoza, las Bibliotecas Populares, con sus problemas específicos, están viviendo una etapa de crecimiento sostenido desde 2010.

Cabe aclarar que no debe confundirse biblioteca popular con pública, ya que las primeras son una asociación civil, autónoma, creada por vocación solidaria de un grupo de vecinos de una localidad, y está dirigida y sostenida por sus socios. En tanto, las segundas son, fundamentalmente, gestionadas por el gobierno provincial de manera íntegra.

Ernesto Arroyabe es el presidente de la Federación que nuclea a las bibliotecas populares en Mendoza, las cuales, desde su punto de vista, experimentaron un período muy malo hace doce años, pero que desde ese momento, la actividad, el crecimiento y la vida de las mismas se ha vuelto muy activa.

"En todas hay actividades diarias. Hemos participado en la feria del libro en el Espacio Julio Le Parc y estamos firmando convenios con Osep para poder llegar a sus afiliados. Por otro lado, estamos poniendo en marcha un convenio con el sistema de responsabilidad penal juvenil", explicó Arroyabe.

Un breve recorrido

Por cuestiones de espacio, es difícil contar la historia de cada una de las bibliotecas populares que cubren el territorio provincial. Pero es importante señalar que de las 97 que existían en 2011, hoy encontramos 110.

La primera de Mendoza surgió en 1911 y, bajo el nombre "Juan B. Alberdi", aún funciona en Luján de Cuyo. Su presidenta es Raquel Aznar y la institución cuenta con 40 mil ejemplares. El problema que tiene esta entidad es que por todos los servicios que presta a sus socios posee una necesidad imprescindible de ampliación de su edificio que, aunque es bastante nuevo, ya no alcanza para albergar todas las actividades que ofrece.

Hace unos meses, Los Andes se hizo eco del reclamo de los miembros de la biblioteca Jesús Nazareno, de Guaymallén, quienes reclamaban un lugar para la institución ya que se les acababa el contrato de alquiler y le pedían al municipio poder operar en un edificio que la comuna estaba levantando en el predio que ellos ya tenían prometido para funcionar. Felizmente este reclamo llegó a buen puerto y hace unos días abrieron sus puertas.

Como puede apreciarse, el "edificio" es una de las problemáticas comunes de todas las bibliotecas populares. Así lo señaló Arroyabe: "No tener edificio es parte de las dificultades genéricas, al igual que sostener el personal de atención con horario estable".

En este sentido, cabe destacar el caso de la biblioteca Pedro Arce que, ubicada sobre el carril Sarmiento, en Godoy Cruz, cumplió 100 años y se está quedando sin lugar para funcionar pese a contar con un terreno en el barrio Covimet (ver aparte).

Otro caso curioso, es el de la biblioteca de Real del Padre, ubicada en el pueblo atrapado entre San Rafael y General Alvear. Este lugar tiene 90 años de existencia. La biblioteca 80. "Las bibliotecas nacen para la contención social. Es la comunidad conteniéndose a si misma. Han nacido por eso y para eso", dijo el titular de la Federación, Ernesto Arroyabe.

Las hadas del cuento

Sin colaboradores como Luisa Alcántara o Rosalía Astudillo, las bibliotecas populares no existirían. Son las hadas del cuento y como ellas, son cientos los voluntarios que sin recibir dinero a cambio, educan, contienen, informan y ayudan a chicos y grandes que se acercan a las bibliotecas.

Luisa y Rosalía, tienen juntas 40 años de experiencia en las bibliotecas. Al momento de la nota están atrapadas en una selva de los libros que pertenecen a la biblioteca Libros Abiertos, ubicada recientemente en la cuarta sección, pero que tiene seis años de existencia y varios cambios de domicilio en el DNI.

Entre cajas que no han sido desembaladas y mates dulces como un caramelo, cuentan que las bibliotecas populares se han reactivado muchísimo, pero que "los papeles" (los trámites burocráticos) frenan mucho a las bibliotecas.

"Hay que estar en permanente acción, conseguir la personería jurídica, rendir los subsidios que el gobierno te da para seguir manteniendo a la institución. Es difícil", dijo Luisa quien también trabaja de voluntaria hace 14 años en la biblioteca Juventud en Acción, del barrio San Martín, de Capital.

La "Libros Abiertos", que posee unos 5 mil libros, pasó por el barrio Flores, donde abrió y luego se mudó al barrio Soberanía Nacional. Posteriormente, al barrio Flores Sur, también de Ciudad, el barrio Urundel, de Godoy Cruz y actualmente se encuentra entre las calles Patricias Mendocinas y Mosconi, de Capital.

"Abandonás la vida personal por la Biblioteca. Pero que los niños te vean por la calle y te digan -señalándote- que ahí va el hada de los cuentos, no tiene precio", describieron las mujeres, que no abandonan el mate. Y tampoco el amor por los libros.

Las claves

¿Cómo crear una biblioteca popular?

Una vez lograda la motivación de la comunidad, hay que buscar el espacio inicial para comenzar. Ésta es también la etapa de lograr acuerdos con instituciones oficiales o privadas que, de algún modo, y sin interferir en sus decisiones, aporten a la biblioteca en formación. Una vez logrados el consenso y los objetivos iniciales, se deben dar los pasos para constituirse formalmente:

-Asamblea constitutiva de vecinos, aprobación del acta y del estatuto de la biblioteca.
-Primera reunión de comisión directiva y redacción del acta correspondiente.
-Presentación de la documentación en la Dirección de Personería Jurídica: este trámite se repite anualmente con la aprobación de los balances por asamblea y se tramita la vigencia anual de personería jurídica.
-Inscripción en la AFIP (impuesto nacional).
-Tramitar exención de impuesto a las ganancias.
-Inscripción en la Dirección General de Rentas (impuesto provincial).
-Tramitar exención impuestos de Rentas.
-Abrir cuenta bancaria a nombre de la biblioteca popular.
-Asociarse a la Federación Mendocina de Bibliotecas Populares (Femebip).
-Presentarse ante Coprobip.

Ya incorporada al circuito provincial, en una segunda etapa la organización recibirá asesoramiento para unirse a la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (Conabip). Más información en Coprobip, Ministerio de Cultura, Av. Españay Gutiérrez, planta baja, teléfono 0261 4495848, correo electrónico: coprobip@mendoza.gov.ar.

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