En las últimas horas trascendió que el Gobierno Nacional reducirá la carga impositiva sobre las compras online en el exterior. Los empresarios locales no recibieron bien la noticia y advirtieron que la medida, en caso de hacerse efectiva, agravará aún más la crisis del consumo interno.
Actualmente existe una franquicia de U$S 25 anuales, por única vez, para las compras que se realicen en el exterior a través del sistema "puerta a puerta". Por sobre ese monto, se debe pagar el 50% del total en concepto de impuestos. Lo mismo sucede con los envíos sucesivos durante un mismo año. Lo que trascendió, es que el Gobierno Nacional tiene planeado ampliar considerablemente ese monto libre de tributos y el rechazo del sector empresario no se hizo esperar.
Al parecer, el Ejecutivo permitirá que se puedan hacer hasta 12 envíos anuales, por un monto libre de impuestos de US$ 50 o US$ 75. El importe no habría sido definido, pero esto implica que se podrían comprar en el exterior hasta US$ 600 o US$ 900, distribuido a lo largo del año, sin tributar (se mantendría el 50% por sobre el excedente).
Asimismo, se estaría analizando la posibilidad de simplificar los trámites. Por el momento se debe aguardar el telegrama de Correo Argentino, contar con Clave Fiscal 3 y completar un formulario online en la página de la Administración Federal de Ingresos Públicos para que se "libere" el producto.
Preocupación empresaria
Ante la información que se dio a conocer en medios nacionales, la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) envió una carta al ministro de Producción y Trabajo de la Nación, Dante Sica, para manifestar su preocupación ante los inminentes cambios en el sistema puerta a puerta para compras por Internet. Es que consideran que se trata de una medida "que va en detrimento del impulso del consumo interno y el fortalecimiento del comercio y la industria nacional".
Por otra parte, en el comunicado, firmado por el presidente de la entidad, Gerardo Díaz Beltrán, plantean que la competitividad del comercio tradicional se ve afectada por la "sideral" carga impositiva, que lo deja "en total desventaja frente a la opción de compra online en el exterior que no pagaría tributo alguno dentro de los límites establecidos". La misma entidad presentó los resultados de su relevamiento mensual, que muestra que en enero hubo una nueva caída de las ventas en los comercios minoristas, de 10% en comparación con igual mes de 2018.
De este modo se cumplen 13 meses consecutivos de baja en las cantidades vendidas. Un dato a considerar es que si bien las transacciones en locales físicos cayeron 11,6%, las online crecieron 4,8%. Adolfo Brennan, prosecretario de Comercio y Servicios de la Federación Económica de Mendoza (FEM), señaló que los comerciantes están teniendo un "goteo" por distintas vías en un contexto recesivo. Y destacó que los negocios físicos tienen costos fijos altos, como el alquiler, el pago de servicios y los salarios de los empleados, por lo que acompañan el reclamo de la CAME.
Asimismo, señaló que muchas de las compras en el exterior se vinculan a tecnología y que no se puede eludir el impacto negativo que esto puede tener en la industria nacional, que registró una caída de actividad de 5% el año pasado. Esto significa la baja más significativa desde la crisis de 2001-2002.
Por su parte, Adrián Alín, presidente de la Cámara Empresaria de Comercio, Industria, Turismo y Servicios de la Ciudad de Mendoza (Cecitys), calificó esta decisión de una medida que va en contra de la pequeña y la mediana empresa. "Afectará a diversos rubros, desde electrónica, indumentaria y calzado hasta las mismas ópticas, por ejemplo, cuando no se trate de lentes recetados", explicó.
Alín coincidió en que los comercios locales no pueden competir con los del exterior porque tienen una carga impositiva muy diferente. Esto, además de otros costos fijos. Para ilustrarlo, indicó que un minimarket en la Ciudad paga $ 10 mil mensuales de alquiler y $ 16 mil de electricidad.
Antecedente
En diciembre del año pasado, la AFIP ya aumentó la franquicia para las compras en el exterior para las personas que viajen por avión o por tierra. En el primer caso, hasta ahora podían ingresar productos por vía marítima o área por US$ 300 sin pagar impuestos, mientras ahora ese límite es de US$ 500 por viajero.
En el segundo, los argentinos que regresen al país por vía terrestre o fluvial podrán traer compras de hasta US$ 300 sin tributar, cuando hasta el 17 de diciembre del año pasado sólo se podían traer US$ 150 libres de impuestos.
Al igual que lo que ocurre con el sistema puerta a puerta, cuando se supera ese límite se debe pagar el 50% del valor de la mercadería que se trae desde el extranjero. Antes de esto, en setiembre, el organismo nacional había permitido que cada persona ingresara un celular o computadora portátil sin tener que declararlos.