Recientemente profesionales del grupo de trabajo Historia y Conservación Patrimonial -Incihusa-Conicet- CCT Mendoza (ex Cricyt) realizaron un amplio como exhaustivo registro de puentes antiguos de la provincia de Mendoza, con un equipo conformado por especialistas en arquitectura, historia, arte, turismo e ingeniería. Los ejes que articulan su labor, son la investigación histórica con particular atención en la cultura material, el análisis y la valoración del patrimonio cultural, tangible e intangible.
Por un lado, llevan adelante estudios sobre la historia cultural del arte, la arquitectura y el urbanismo en distintos ámbitos geográficos, vinculando agentes, saberes, prácticas y producción. Por otro, incursionan en torno de la valoración de edificios, sitios, paisajes y sistemas patrimoniales, y su vinculación con el turismo cultural.
Los Andes publicó -en nota de la sección Opinión- un resumen de la investigación de meses de recorrer la geografía del territorio e inventariar añejos pasos, pesquisa vial que encabezó el ingeniero civil José Alejandro Gómez Voltan.
Los puentes son elementos de infraestructura fundamentales para el desarrollo de zonas agrícola-industriales de la región, testimonio de otras épocas.
En general son obras que, como explican los técnicos, no surgieron como consecuencia de una planificación previa, sino que se fueron construyendo con posterioridad a la ocupación de las zonas.
Generalmente cuando se habla de patrimonio, cultural y arquitectónico nos remitimos a monumentos, edificios, expresiones de arte pictórico y escultórico y otros bienes, pero aquí los autores remiten a infraestructuras de vinculación, algunas lamentablemente perdidas para siempre.
En una apretada cronología Gómez Voltan hace referencia a los puentes de la época hispánica hasta la primera mitad del siglo XIX, que eran de madera, en ocasiones simples troncos que se dejaban caer apoyados entre ambas márgenes de un curso de agua; en menor medida los hubo de calicanto. Posteriormente, fueron construidos de maderos canteados, como los puentes sobre el río Tunuyán, en Rivadavia y el distrito Santa María de Oro.
Recién a fines del siglo XIX, con la llegada del ferrocarril, aparecen los puentes de hierro. Varias de estas obras permanecen en uso, como el puente de Luján de Cuyo, sobre el río Mendoza, y la traza de la ruta provincial 15, que fue “rejuvenecido” recientemente, pero que ameritaría estudios más profundos para determinar la condición de su estructura.
A comienzos del siglo XX aparece en Mendoza el cemento portland (importado) y rápidamente comienza a usarse en puentes. Son éstos, junto con los de hierro aún en pie, los que el estudio sugiere vigilar, cuidar y periódicamente hacerles una intervención de mantenimiento. Desafortunadamente, la mayoría de estas obras anteriores a 1950 fueron demolidas.
Sin embargo, varios de estos hitos históricos aún continúan en pie, algunos en uso. Otros, abandonados, contemplan con nostalgia el nuevo puente construido a su par y hay los que han quedado sumidos en el olvido.
El trabajo de la unidad de investigación del CCT Mendoza continuará -según se promete- con catalogación de las obras en cuestión, de forma que el patrimonio histórico tradicional tenga en cuenta estas construcciones.
Obviamente, se necesitará de inversión para poner en valor algunos de estos hitos, que podrían inclusive ser inscriptos en algún circuito turístico, tanto los antiguos en uso como aquellos que, aunque fuera de servicio, están en pie, aumentándose la oferta de visitas a sitios patrimoniales mendocinos.