Aunque el Puente Olive representa una postal típica de Godoy Cruz, por donde pasan hasta 35.000 vehículos en hora pico, son pocos los mendocinos que conocen la historia de su nombre. Hace casi dos siglos en el lugar no se destacaba la rotonda ni la Virgen, sino un gran molino harinero perteneciente a Pablo Olive, inmigrante francés que llegó a la provincia en 1800.
Con motivo de su reciente remodelación, desde el área de Patrimonio de la Municipalidad de Godoy Cruz encararon una investigación para averiguar los detalles de sus orígenes. La idea es declararlo sitio histórico y difundir su pasado entre los vecinos.
“La inquietud principal era saber por qué se llamaba Puente Olive”, recordó Guido García Zalazar, empleado de la comuna que se ocupó de la tarea por encargo de Gabriela Testa, ex directora de Cultura. En un principio recurrió al archivo de ordenanzas municipales para comprobar si alguna normativa le había dado el nombre al lugar, pero fue en vano.
Luego, consultando documentos en el Archivo General de la Provincia y en Irrigación, pudo dar con el molino harinero de Pablo Olive. “En realidad el apellido era Olivé, porque era francés. Hay un documento de 1844 que refleja la compra de una finca con edificios y molino a 11 cuadras al sur de la Plaza San Vicente”, relató el investigador.
Como el molino era impulsado por el cauce de lo que hoy conocemos como Cacique Guaymallén, Olive debía cruzar un puente para buscar su mercadería ayudado por una mula, tal como explicó García Zalazar. El problema se suscitó cuando un aluvión se llevó el puente. “En ese entonces el hombre le escribe una carta al gobierno de Mendoza para que reconstruyera el puente y como no fue posible, él mismo lo construyó”, remarcó el investigador, que también sacó información del libro “De los caciques del agua a la Mendoza de las acequias”, de Ricardo Ponte.
Con el paso del tiempo los vecinos comenzaron a llamar al sitio Puente Olive, tal vez como una forma de honrar a su pionero. García Zalazar trabaja actualmente para que el lugar se declare de interés histórico y que su cronología se dé a conocer. “Es importante para que la gente sea consciente del patrimonio y la cultura que tiene Godoy Cruz”, aseguró.
La llegada de la Virgen
El encargado de la investigación calcula que en 1920 el molino dejó de existir y el zanjón se modificó. Recién en 1990 se construyó allí la actual rotonda. Un año después, por iniciativa de los vecinos, se colocó allí la imagen de la Virgen Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa del artista plástico local Ricardo Cubisino.
“Charlando con los vecinos decidimos que queríamos hacer una virgencita porque en la rotonda solamente había un montón de tierra”, recordó Cubisino. En un principio la imagen iba a ser de un metro pero cuando lo charlaron con el intendente de aquella época, Carlos de la Rosa, decidieron hacerla de tres metros para que no se perdiera entre el paisaje. Los materiales para su realización fueron donados por el Club de Leones del departamento. Debajo de la Virgen se colocó una fuente con forma de rosario.
Hace un año, la comuna encaró una gran remodelación en el Puente Olive que incluyó la restauración de la imagen a cargo de su creador. “Se le colocó un pedestal para que la virgen estuviera más alta y se remplazó la fuente que estaba debajo”, contó Cubisino.
Leticia Parisi, jefa del departamento de Programación y Proyectos Especiales del municipio, dio más detalles sobre las obras. “La Virgen estaba sobre una fuente que representaba un rosario y que estaba muy deteriorada, por lo que se decidió remplazarla”, precisó. Lo que se hizo fue correr la virgen unos metros y en vez del espejo de agua se la rodeó de dados de hormigón que simbolizan todo el rosario. “Las cuentas del Padre Nuestro son más grandes y contienen la escultura de un angelito”, indicó.
Recuerdos de antaño
Ana María López llegó a vivir a las inmediaciones del Puente Olive cuando todo alrededor era un baldío. “Fue hace como 50 años. Mi marido vio el lote y se enamoró del lugar”, relató. Si bien ya pasaban por la puerta de su casa muchos vehículos, asegura que con el tiempo el tránsito se ha ido incrementando. “Por acá pasan infinidad de autos y micros, pero me gusta porque estoy muy conectada con todos los puntos a los que quiero ir”, expuso.
Lo que más disfruta de vivir en la zona es "darse una vueltita" por la rotonda de la Virgen, que está rodeada de verde y flores. "Camino por el costado del canal y me siento en los banquitos a charlar con la gente", comentó.
Más o menos en esa misma época se mudó al barrio Mónica Cesaretti. A pesar de la curiosidad que le despierta, ella desconoce por qué a esa zona se la conoce como Puente Olive. “Lo único que sé de la historia del sitio es que una vez vino un aluvión que se llevó el puente”, manifestó. La mujer está muy satisfecha en su barrio. “A pesar de que hay muchos comercios es un lugar tranquilo donde se puede vivir bien”, aseguró.
Un sitio remodelado
Por la gran cantidad de autos que pasan, hace un año la Municipalidad de Godoy Cruz decidió refuncionalizar el Puente Olive. La obra incluyó el ensanche del puente y de las calles que circundan la rotonda para mejorar la transitabilidad.
“La obra fue muy ambiciosa, incluía una cuestión funcional y estética”, remarcó Diego Kotlik, director de Planificación Urbana de la comuna. Entre los trabajos más importantes el funcionario mencionó la ciclovía de República del Líbano, el ensanche del puente y de las demás calles de entrada a la rotonda. “Hoy está funcionando muy bien, ya que pueden entrar dos autos en todo el recorrido”, aseguró.
Por otro lado, Kotlik mencionó la restauración de veredas, la reestructuración de espacios intermedios y los trabajos estéticos, que incluyeron la remodelación de la Virgen y su atrio. “La obra gruesa ya está terminada, aunque todavía se están ajustando unos pequeños detalles”, cerró.