La miniserie de HBO volvió a poner en agenda el desastre nuclear ocurrido el 26 de abril de 1986 en Chernobyl, en la ex Unión Soviética, a tal punto que revivió debates acerca de la seguridad de las centrales que hay repartidas por el mundo, incluidas las tres que hay en Argentina.
Hace 33 años, y tal como lo adapta el exitoso programa, hubo una explosión en el reactor número 4 de la central nuclear Vladimir Illich Lenin. En ese momento, se estaba haciendo una prueba de rutina para aumentar la seguridad del reactor, pero una serie de errores condujeron al incendio, tal como consta en el informe del GrupoA sesor Internacional de Seguridad Nuclear del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).
El exceso de presión provocó que la placa de cubierta de 1.000 toneladas del reactor se desprendiera parcialmente, rompiendo los canales de combustible y atascando todas las barras de control, lo que generó una explosión de vapor y liberó productos de fisión a la atmósfera. La inestabilidad evitó el apagado de emergencia: el famosos AZ-5.
El resto de la historia es conocida: se liberaron dióxido de uranio, carburo de boro, óxido de europio, erbio, aleaciones de circonio y grafito expulsados en unas 500 veces mayor que el liberado por la bomba atómica arrojada en Hiroshima en 1945. El gobierno soviético reportó apenas 31 decesos, pero 600.000 personas sufrieron dosis de radiación.
En nuestro país hay tres centrales nucleares: Atucha I y II (Zárate, provincia de Buenos Aires) y Embalse (Córdoba). Desde el área nuclear de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) afirmaron a Infobae que, en el caso de nuestro país, todos los sistemas de seguridad están actualizados y cumplen con las exigencias locales e internacionales proporcionando a la planta elevados niveles de confiabilidad y disponibilidad.
Atucha II, que tiene un probado diseño, cuenta con sistemas de seguridad actualizados al concepto de defensa en profundidad con barreras sucesivas, doble contención de acero y hormigón, separación física entre sistemas de seguridad y programa de vigilancia en servicio.
La doble contención estructural es otro punto a favor de Argentina. Las tres centrales poseen una defensa estructural de hormigón reforzado (el típico domo), que mantiene encapsulado al reactor y lo protege incluso de ataques militares desde el exterior. Además están preparadas para un evento del tipo Fukushima, donde el tsunami provocado por el terremoto inundó las instalaciones e inhabilitó los motores Diésel de respaldo para hacer funcionar las bombas de refrigeración.
También una prueba de presión se programa con anticipación bajo protocolos internacionales, teniendo en cuenta la "baja cultura de la seguridad" en la URSS y las condiciones políticas de ocultamiento del régimen.
El tipo de reactor de Chernobyl es distinto al que está en Argentina. El de la actual Ucrania era un reactor RBMK moderado por grafito y refrigerado por agua en ebullición, peligroso y con pocos márgenes de seguridad, un diseño militar adaptado a uso civil.
Pero los de Atucha I y II son del tipo PHWR (reactor presurizado de agua pesada) refrigerado y moderado con agua pesada (D20) funcionan con uranio natural. Ambas tienen esfera de contención de hormigón reforzado, separación física entre sistemas de seguridad y vigilancia en servicio, además de tener todos los sistemas certificados por el OIEA.
La ingeniera nuclear Julieta Romero, de la Asociación Jóvenes Nucleares Argentina (AJNA), aporta la explicación en Perfil: "El agua pesada es como el agua común, pero en vez del hidrógeno en la fórmula H2O se forma con el isótopo deuterio: un primo del hidrógeno que, en vez de tener un solo protón en su núcleo, tiene además un neutrón. El agua pesada absorbe menos neutrones que el agua común, permitiendo que esos neutrones sean luego absorbidos por el uranio y se libere energía con la fisión (es decir, se moderen)".
"Cuando algo se calienta mucho, preferible tener agua que cuando se calienta lo suficiente se evapora y deja de moderar (apaga el reactor) a tener grafito, que es básicamente carbono y al aumentar su temperatura sigue moderando a los neutrones (no se apaga el reactor)", señaló.