La ordenanza de la municipalidad de la Ciudad de Mendoza es clara y concisa: en los 15 días posteriores a las elecciones, los partidos políticos deben proceder a retirar la cartelería o los afiches que se colocaron en la campaña electoral.
Sin embargo, aún persisten muchos de los elementos mencionados, especialmente las pegatinas que se realizaron en los postes de alumbrado público o en otros sectores del radio céntrico, situación que se multiplica exponencialmente en los departamentos vecinos, como sucede en Guaymallén, en Godoy Cruz o en Las Heras, situación que genera malestar en el grueso de la población.
Nadie duda de que las distintas agrupaciones políticas tienen la necesidad de utilizar distintos elementos, como afiches, pasacalles, cartelería diversa y hasta cartillas para hacer conocer a sus candidatos y de ese modo captar la atención de los votantes, siempre y cuando se respeten las normas de convivencia y no se moleste a los demás, como suele suceder con las pintadas con aerosol en las paredes de edificios públicos o particulares.
Una situación similar se plantea con las pegatinas de afiches en distintos sectores, especialmente en los postes de alumbrado público o de teléfono. Pero lo grave del caso se plantea en que, una vez pasado el período electoral, gran parte de esos partidos políticos, no todos, parecieran olvidar que tienen también la obligación de retirar esos elementos utilizados.
En Chile estas campañas se realizan de otro modo. Cada una de las agrupaciones políticas participantes se cuidó de destacar las virtudes de sus candidatos a través de novedosos carteles que se colocaban en las arterias más transitadas, muchos de los cuales eran retirados en horas de la tarde y vueltos a colocar al día siguiente.
Si nos atenemos a los hechos, debemos señalar también que parte de los sectores políticos locales utilizaron cartones con el afiche adosado, lo que permitió que fueran rápidamente retirados una vez terminadas las elecciones. Pero hubo otros que realizaron pegatinas muy difíciles de retirar y que obligarán a los empleados municipales a redoblar esfuerzos para poder dejar limpios los postes, árboles o paredes en los que fueron colocados. Una situación injusta en razón de que esos trabajadores son pagados por todos los mendocinos y deben dejar sus tareas habituales para dedicarse a retirar pegatinas.
Las agrupaciones políticas están en todo su derecho cuando utilizan la cartelería para impulsar a determinado candidato. Lo que no pueden hacer es generar molestias a los demás. Y así como reclaman el pago por la cantidad de votos obtenidos en las elecciones, deberían afrontar también los gastos que -en horas de trabajo y elementos- deben utilizar las comunas para la limpieza respectiva.
La aplicación correcta de las necesarias sanciones económicas generará también que para las próximas elecciones esos partidos se cuiden de ensuciar y utilicen otro tipo de cartelería fácil de erradicar. Será por el bien de la ciudadanía que no tiene por qué continuar soportando una verdadera contaminación visual que se produce en distintos sectores del Gran Mendoza, especialmente en muchos de los puentes de los principales accesos, como actualmente está sucediendo.
