Karen Lardé tiene sólo 11 años, sin embargo, a tan corta edad ya está trabajando para dar oportunidades a otras personas. "Nos preguntamos si existe material para niños con discapacidad visual y vimos que no", explica con impecable elocuencia.
"¿Se puede realizar este material?", agrega formal su compañero de la misma edad Jesús Casanova, de 5º grado de la escuela Entre Ríos de General Alvear. La respuesta llegó de sus propias manos: elaboraron junto a otros alumnos un abecedario en Braile, un rompecabezas con números y palitos que indican las unidades y está escrito en el mismo sistema y un "anticipador" que es una especie de muñeco con textura para que los niños toquen antes de contar un cuento, entre otras cosas.
"También hicimos un panel del tiempo (con un sol y nubes con algodón), pero no lo tenemos porque se lo dimos a una nena integrada de jardín", acota Jesús. Reunieron este material bajo el proyecto "Texturas para aprender" con el que llegaron a la Feria de Ciencia y Tecnología provincial que se realiza desde ayer y hasta hoy -de 10 a 18- en el polideportivo Vicente Polimeni de las Heras. La intención es seguir trabajando para donar su producción a la Escuela de Sensoriales de su departamento.
Aseguran no sentirse nerviosos por estar allí. "Lo importante no es ganar, sino que podamos seguir elaborando cosas", dice el niño. La docente que los acompaña, Andrea Fantinel, comentó que los alumnos del taller del núcleo de habilidades sociales se entusiasmaron mucho con la idea porque involucra la solidaridad y que todos han aprendido Braile.
Hasta el lugar llegaron alumnos de todos los puntos de la provincia cargando consigo sus proyectos de ciencias en los cuales han invertido tiempo de investigación y trabajo que en muchos casos les ha llevado años. Son 226 propuestas presentadas por 450 chicos y 225 asesores (docentes) que recibirán puntaje y consejos de 190 evaluadores.
Fueron elegidos en ferias departamentales. Los ganadores competirán en una convocatoria nacional, en la cual la provincia está segunda en cuanto a la participación con 32 cupos.
"Me ha encantado venir acá porque podemos compartir lo que sabemos con los demás", dice muy formal Lucía Gancia (9) de 4° grado de la escuela Alberto Schweitzer quien participó junto a Martín Tapia (9)en un proyecto para generar conciencia sobre el consumo de alcohol antes de conducir. "Nos preocupan las personas que mueren en accidentes de tránsito", fundamentó él.
Una sociedad mejor
La mayoría de los trabajos tienen un punto en común: son una apuesta al futuro. Sin ningún tipo de imposición por parte del Programa de Desarrollo del Aprendizaje Científico y Tecnológico en la Escuela de la DGE, que lo organiza, por iniciativa propia se han volcado en este sentido.
El agua es uno de los temas con destacada presencia, pero en general, el cuidado del medio ambiente, de la salud y la integración son los temas transversales, que apuntan al cambio de conductas sociales.
Uno de los más ambiciosos es el de la escuela técnica Integración de San Carlos, espera transformarse en una empresa que ya tiene nombre: Open. Se trata de una solución en aberturas para personas con alguna discapacidad motriz que puede adaptarse a las necesidades de cada caso por lo cual trabajan con una psicoterapeuta que evalúa las posibilidades del interesado.
Nicolás Hatem (18) es alumno de 5º 1ª y explica que hace dos años que estudian la problemática de la discapacidad en Argentina.
"En Mendoza hay 100 mil hogares que viven con esta situación y el Valle de Uco es donde hay más", afirma el adolescente. Detalla que han podido ver que las mayores dificultades las tienen para abrir y cerrar puertas y que una persona con alguna dificultad motora demora en promedio 30 minutos en salir o entrar de algún lugar y que muchas veces no pueden ni cerrar con llave.
Por eso, crearon un sistema que han ido perfeccionando que permite que la puerta (o cualquier otra abertura) se abra y cierre sola. "Agregamos un temporizador para dar tiempo a que pase y un haz luminoso para detectar la presencia de la persona", detalló Leonel Lascano, su compañero, mientras que se coloca una tarjeta de aproximación en la silla de ruedas para que se abra automáticamente cuando está cerca.
En el mismo sentido va el proyecto de la escuela María Martha Arenas de Zapata de Km 8. "Vimos que los chicos con alguna discapacidad asisten a la primaria, pero en general no continúan el secundario; hay muchas escuelas por ejemplo con rampas que no tienen alumnos con discapacidades. Por eso, queremos dar a conocer que la ley de Educación dice que todos los chicos pueden ir al colegio", explica Rita Ibarra (17).
También apuntan a promover la grabación de audiolibros en particular para la escuela Hellen Keller, pero que "también pueden usar personas mayores o con problemas motrices", apunta Belén Barrio (16). Ella destacó que participar de esta propuesta les ha permitido crecer como personas -"sabemos que tienen una lucha", dicen-, además han aprendido muchas cosas y gente nueva.
Preocupados por las consecuencias que el mercurio de los tubos fluorescentes puede tener sobre el sistema nervioso, Emiliano Roggerone (18), junto a seis compañeros y el profesor de Electricidad Dardo Morata idearon un aparato para molerlos.
Así es que desde la escuela técnica Nicolás Avellaneda de Palmira presentaron el "Neutralizador de tóxicos de tubos fluorescentes" que permite triturarlos y reducirlos a una mínima superficie para trasladarlos en una manga muy resistentes hasta donde sea reciclado para extraer vidrio, fósforo y mercurio.
"Participamos por nuestro interés por cuidar la naturaleza, la idea es presentar un prototipo para que se fabrique el aparato y lo tengan donde se venden los tubos para que la gente pueda dejarlos allí", explicó el joven.