Proyecto para una Mendoza moderna

El Programa Integral para el Sistema Cacique Guaymallén planifica aspectos del Gran Mendoza a 50 años. Su realización, en 10 años, implica soluciones en riego, agua potable, residuos urbanos, ordenamiento territorial, contención aluvional, uso turístico y

Proyecto para una Mendoza moderna

En el reciente 14º Foro Latinoamericano de Liderazgo en Infraestructura “Creando un nuevo paradigma de Crecimiento en América Latina”, realizado en Buenos Aires, fue presentado como proyecto estratégico de agua y saneamiento el Programa Integral Sistema Cacique Guaymallén. Fue una de los 100 propuestas comentadas en el cónclave.

Desde fines de 2013, un grupo de especialistas argentinos, varios de ellos mendocinos, y extranjeros, estudió todos los problemas vinculados a nuestro vernáculo zanjón Canal Cacique Guaymallén, pensó soluciones integrales y planificó la cuenca a futuro. Se trata de un programa porque desarrolla una serie de proyectos a corto, mediano y largo plazo para ejecutarlos.

El histórico canal -de 38 kilómetros de extensión (sólo 10 de ellos revestidos) y una zona de influencia de 115.000 hectáreas, el más antiguo de la provincia, lleva años sin inversiones significativas y acumula una gran cantidad de dificultades. Las principales están vinculadas con sus funciones de regadío, provisión de líquido a las plantas potabilizadoras, contaminación, ocupación ilegal de sus márgenes y ser receptor de los desagües de efluentes cloacales tratados.

Los beneficiarios de este sistema se corresponden con los habitantes del área, que incluye a Capital, Godoy Cruz, Guaymallén, Las Heras, Lavalle, Luján de Cuyo y Maipú. Las personas relacionadas con la cuenca ascienden a un millón (13.162 corresponden a usuarios empadronados, destinatarios de la red de riego).

La deuda histórica que tenemos los mendocinos con este sistema se debe en parte a la gran dificultad de coordinar acciones entre organismos municipales y provinciales. La preparación de este programa logró reunir los aportes de 7 municipios y 35 instituciones para obtener las mejores alternativas de solución.

Los trabajos contemplados son el revestimiento total del zanjón, la relocalización de viviendas y la construcción de minicentrales hidroeléctricas; la separación del agua aluvional de la de riego; la defensa aluvional del pedemonte mendocino, protegiendo áreas de alto valor que hoy están en riesgo; la construcción de cunetas y colectores para los municipios y el control y manejo de las precipitaciones en Lavalle mediante un reservorio.

También se prevé un acueducto metropolitano que llegará en forma entubada a las plantas potabilizadoras con el propósito de proteger la genuinidad del recurso; el abastecimiento a Lavalle a través de una planta en La Pega y la mejora y garantía del tratamiento en el establecimiento depurador de Campo Espejo, y de esa forma lograr un riego sin restricciones.

Mendoza se debe la realización de emprendimientos como éste, que aporten sustancialmente a la mejora en la calidad de vida de los habitantes. Esta obra es una oportunidad para acercarnos a una provincia moderna ya que planifica aspectos del Gran Mendoza a 50 años. En el foro se la puso como ejemplo de sustentabilidad y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) la destacó como un trabajo a replicar en otras latitudes.

El plan de labor insumirá 10 años. La gran pregunta es cuándo podrá empezar, inicio que necesariamente debe arrancar con la tramitación de créditos internacionales por la Provincia y la Nación. Es de esperar que los mendocinos seamos capaces de ejecutar un trabajo de esta envergadura. Su presupuesto es alto, no hay dudas de ello, ya que alcanza a 600 millones de dólares en una década. Parece mucho, pero es el 2% del presupuesto de un año de la Provincia de Mendoza.

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