Para la mayoría de los niños el comienzo de clases viene acompañado del entusiasmo de estrenar todas las cosas nuevas de la mochila. La emoción de la primera hoja del cuaderno, el paseo por la librería para elegir los colores y guardarlos en la cartuchera forman parte de ese ritual.
Sin embargo, esto no es así para todos. Algunos a duras penas llegarán al primer día con algún cuaderno que sobró del año pasado, colores que le sobraron a algún hermano y algún lápiz que ya sabía dibujar.
Pero al menos 2.500 niños que podrían pasar por esta situación de no tener sus útiles, no lo harán este año gracias a la solidaridad de "Proyecto Mochi Mendoza". Esta iniciativa apela a la generosidad de los menocinos para que reúnan los útiles y los destinen a algún pequeño que los necesite. A ese número apunta el proyecto. Les faltan alcanzar 400. Pero hay niños en lista de espera que se verán benficiados si se supera.
Paola Lavilla es veterinaria y una de las referentes de este grupo, que se inspiró en una iniciativa similar en Buenos Aires y la replica en Mendoza. Ella integra el equipo con seis mujeres más, que son docentes y conocen la realidad de escuelas y familias.
Este es el tercer año que llevan adelante la iniciativa y Paola contó que en esta oportunidad empezaron con los pedidos en diciembre: "Empezamos antes para que la gente se organizara mejor, hay quienes hacen mucho esfuerzo para colaborar y ponerle mucho amor a esa mochila; se juntan de a varios, familias completas y reúnen de a poco", detalló.
Y sumó una historia: "Una señora pidió para su cumpleaños que no le regalaran nada, pero que llevaran útiles para armar mochilas. Juntó cinco".
Prueba superada
La idea le surgió en Mendoza a Adriana Infante, y ella le propuso imitarlo a sus amigas docentes. "¿Cómo no vamos a juntar unas 50 mochilas?", se preguntó. Y consiguieron el objetivo... pero multiplicado por 40. Al comenzar las clases en 2017 le dieron mochilas a 2.000 niños. El año pasado se superaron y llegaron a 4.000. Este año estarán abocadas a cubrir las necesidades de niños de escuelas albergues y rurales. Es conmovedor ver en las redes las fotos de las mochilas ya listas con el nombre del destinatario.
La entrega es un momento memorable por sí mismo. “Yo he llorado mucho, lloran las maestras, los padres, los niños, su cara de sorpresa es lo más maravilloso”, recuerda Paola.
"No aguantan a llegar a la casa: abren la caja ahí nomás para ver qué tiene adentro, emocionados por mirar cada paquetito. A veces las mochilas son usadas, pero llegan impecables", agregó.
Paola explicó que el proceso comienza con una solicitud a las directoras de los colegios de que detecten a niños con estas necesidades y les envíen a ellas un listado con sus datos. Allí está la identidad del niño y el grado que cursa, lo que permite identificar qué necesita. Las mochilas se dividen por ciclo y así se conforma una lista tentativa de útiles.
"Es común que pongan más de lo que hay en la lista. Muchos incluyen meriendas y elementos de higiene", comentó y destacó la solidaridad de los mendocinos.
Esto es destacable porque hay familias para las que ya cuesta armar mochilas para sus propios hijos pero igual aceptan el desafío.
Más que un cuaderno
Alejandra Videla tiene tres hijos (uno en la facultad, uno en la secundaria y uno en la primaria) y reconoce que hace un gran esfuerzo, pero entre ella y su hermana arman una mochila.
“Compramos un poco cada una. Los gastos está complicados hoy y buscamos alguna mochilita que tengamos de nuestros niños y esté en condiciones. Las dos somos docentes y sabemos de la situación de las escuelas albergue”, relató.
Agregó que algunos llevan las cosas a la escuela en bolsas de supermercado y "de repente se encuentran con una mochila de Barbie. Quizás era una ilusión y encontrar adentro más de un cuaderno, tener colores nuevos y no las sobras, influye mucho en su desempeño académico. Significa encarar de otra manera el año", dijo.
Fernanda Lordi, junto con una organización solidaria que conforma, está armando actualmente 20 mochilas. Son 50 familias y lograron precios mayoristas: "Cada uno aportó dinero, lo que podía, somos todas familias con hijos, de clase media, así que a todos nos cuesta. Pero al menos sentís que podes aportar algo".
Destacó también que le gusta saber a quién se entrega y que las arman con mucho cariño.
Cómo colaborar con esta iniciativa
Quienes quieran colaborar pueden hacerlo contactándose con la organización Proyecto Mochi Mendoza. Una opción para llegar a ellos es buscar sus perfiles en Facebook o en Instagram.
También se los puede contactar por teléfono, llamando a Adriana (2616112243), a Fabiana (261578840) o a Paola (2616574839). Ellas asignarán un niño a quien desee colaborar. Luego, recibirán las mochilas hasta el 15 de febrero.