"Este año, la economía tuvo un ACV. De eso nadie se recupera rápido. El escenario optimista es que empieces a caminar y hablar de a poquito, y esa es una excelente noticia. Pero no se puede esperar que rápidamente puedas jugar un partido de fútbol", ilustra Gustavo Reyes, del Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana. El economista plantea que los primeros meses de 2019 pueden definir si la balanza se inclina hacia las perspectivas más alentadoras o las pesimistas para el resto del año, pero sin olvidar que se parte de esta situación y que se puede sufrir "otro ACV".
Reyes explicó que lo habitual, en esta época del año, para estimar lo que puede ocurrir en el próximo, es armar tres escenarios: uno optimista, uno pesimista y uno intermedio, y que el último es el que más probabilidades tiene de concretarse. Sin embargo, sostener la situación actual -con un nivel de recesión muy fuerte y tasas de interés altísimas-, que sería el escenario de "más de lo mismo", es muy difícil. Por eso, consideró que lo que ocurra hasta marzo será importante para establecer si la economía mejora o empeora.
Lo que debería empezar a suceder para que el escenario optimista se vislumbre como una posibilidad es, en opinión del economista, que las expectativas de devaluación, que hoy están cercanas al 45%, empiecen a caer. En octubre, recordó, cuando se puso en marcha el plan monetario actual, estaban en 55%. Pero si bien han caído, la disminución no ha sido suficiente. Una merma significativa permitiría al Banco Central bajar las tasas. De lo contrario, arriesga que los ahorristas compren dólares y aumente la inestabilidad.
También debería sostenerse la desaceleración de la inflación que se registró en noviembre y se anticipa para diciembre. En la medida en que esto ocurra, los salarios, que perdieron varios puntos frente al incremento de los precios, podrían empezar a recuperar terreno y, de este modo, reactivarse el consumo. Gustavo Reyes estimó que en el primer trimestre de 2019 no se verían número positivos, pero sí se frenaría la caída de la actividad.
Pablo Salvador, doctor en Economía, manifestó su coincidencia con la opinión de la mayoría de los economistas, de que el año próximo va a ser difícil. "En principio, no tan malo como 2018. Recordemos que va a terminar con una caída de 2,4 o 2,5% del PBI y una inflación más cercana al 50% que al 45%. En el 2019 también va a haber una baja del PBI, pero menor, y la inflación va a ser mucho menor. El gobierno calcula que va a estar entre el 23 y el 25%", detalló.
De todos modos, señaló que esta leve mejoría con respecto a 2018 depende de que no haya algún evento internacional que impacte en la economía nacional y que tampoco se generen conflictos internos, entre el gobierno y la oposición. "Si todo se mantiene más o menos estable, vamos a empezar a ver números positivos para algunos sectores en el último cuatrimestre, pero no va a ser suficiente para que el año cierre con cifras positivas", planteó.
"De persistir las actuales medidas restrictivas de política monetaria y fiscal, si hay una recuperación, será bastante lenta", señaló el economista Carlos Rodríguez. Es que puntualizó que las medidas que apuntan a mantener el tipo de cambio controlado, para que a su vez no se dispare la inflación, generan un daño colateral en términos de descenso de actividad, aumento de la pobreza y del desempleo, como muestran hoy los indicadores.
Rodríguez estimó que el escenario más razonable presenta una disminución paulatina de la inflación, que el tipo de cambio se mantenga relativamente controlado y que el Producto Bruto Interno se vaya recuperando lentamente, a partir de mediados de año.
Esto estaría atado a que aumenten las exportaciones y sigan cayendo las importaciones, lo que le permitiría al gobierno tener una mayor afluencia de dólares y estabilizar la economía. “Si eso se da, creo que estaríamos ante una reactivación lenta, con un cierto ordenamiento. No me parece que pueda haber grandes cambios porque lo que persiste es una gran desconfianza, tanto interna como externa”, dijo.
Daniel Garro, de Value International Group, expresó que la recuperación será leve "producto de medidas estadísticas comparativas contra un año muy recesivo; siempre y cuando no estalle por los aires este entramado que han realizado y que está agarrado con pinzas". Asimismo, advirtió que lo más complejo se espera para 2020, cuando no habrá financiamiento para solventar las medidas que están profundizando la crisis.
En cuanto a la inflación, señaló que se puede ver una merma en el aumento de los precios, pero con un piso cercano al 2% mensual, y agregó que el dólar, más allá de los movimientos diarios, seguirá subiendo. Las tasas de interés, en tanto, y debido al esquema armado con las Leliq, no podrán bajar demasiado. Incluso consideró que es posible que deban volver a subirlas. Esto, porque de no solucionar la encrucijada, los inversores de plazos fijos se verán tentados con el dólar.
Pesimismo u optimismo
El economista Gustavo Reyes indicó que hay varias cosas que pueden hacer que se pase de un escenario optimista a otro pesimista, como problemas en el mundo, aumento de las tasas de interés, dificultades en otros países emergentes vinculados al nuestro, caída en el precio de los commodities. De hecho, explicó que la guerra comercial entre Estados Unidos y China se ha traducido en un debilitamiento del precio de las exportaciones argentinas y en una afectación de las economías de ambos países, que son clientes muy importantes del país.
Carlos Rodríguez también hizo referencia a circunstancias externas y señaló que la Reserva Federal aumentó sus tasas de interés pero ha manifestado que no volverá a hacerlo y que eso podría significar un pequeño alivio para la Argentina, porque cuando esas tasas son altas, atrae los fondos internacionales a Estados Unidos y reduce las posibilidades de financiamiento. De todos modos, estas están bastante complicadas con un riesgo país en 800, ya que cuando se llega a los mil se considera que la deuda es impagable.
Como contraparte, planteó que cuando empiecen a ingresar las divisas de la cosecha de la Pampa Húmeda, el valor del dólar podría mantenerse, moderarse la inflación y con ello empezar a notarse una leve reactivación. Asimismo, con un alto nivel de reservas, el Banco Central podría permitirse bajar las tasas.
También Reyes mencionó la buena cosecha en la Pampa Húmeda como un factor que haría más esperable una mejora en la situación general. Explicó que este año se perdieron cerca de 8 mil millones de dólares de exportaciones porque el clima perjudicó los cultivos, pero cuando se analizan los últimos 50 años, cuando ha habido una mala cosecha, le sigue un año muy bueno ya que los rindes se elevan. De ahí que para 2019 se espera que se exporten unos 10 mil millones de dólares más que en 2018.
Año eleccionario
Otro factor que puede ser determinante en el curso económico es cómo se desenvuelva el panorama político en un año eleccionario. "Al oficialismo la economía no lo va a ayudar a ganar las elecciones. Va a tener que hacer algo más para que los números respondan y posiblemente se aleje de las reformas estructurales de mediano y largo plazo. Es probable que empiece a dar paritarias más cercanas a la inflación, incentive el consumo privado de alguna manera y congele el ajuste de la tarifas", estimó Pablo Salvador.
Por otra parte, opinó que, como la oposición ha perdido varias elecciones seguidas, “va a hacer todo lo posible para poner palos en la rueda en cuanto al cumplimiento de metas económicas a mediano y largo plazo, porque va a buscar volver al poder”.
Así, planteó que el gobierno, en un año electoral, enfrenta una encrucijada: o se mantiene en el camino que considera que debe tomar para que la Argentina tenga políticas de Estado de mediano y largo plazo, o intenta asegurarse la reelección. Y consideró que entre agosto y octubre, después de las PASO, podría “pegar un volantazo” y apelar a medidas electoralistas.
Jorge Pérez Cuesta, Bolsa de Comercio de Mendoza
Creo que el primer trimestre de 2019 va a ser difícil y a partir del segundo, empieza a mejorar y lo vamos a notar fuertemente. Por lo menos es la esperanza que uno tiene. Algunos consideran que recién en el tercer trimestre crecería, pero yo creo que en el segundo se va a empezar a notar. Y como salimos de tan abajo, lo poco que se haga se va a notar más. Tendría que venir un ajuste en los estatal, que hasta ahora no se ha visto, porque el ajuste ha sido para los privados.
Juan Wachowicz, Bayton
Nosotros habíamos hecho una proyección de que íbamos a terminar muy mal el 2018. Crecimos mucho hasta julio, de julio a octubre empezamos caer fuertemente y en octubre no sólo dejamos de caer sino que en algunos momentos hemos crecido. Nuestra perspectiva es que el año que viene, el primer trimestre va a ser muy duro para todos, pero después empieza una recuperación. Entendemos que se están haciendo los deberes en el país y que si se si acomodan los números vamos a salir adelante.
Juan Carlos Floramo, Montemar
La evolución creo que va a estar muy asociada a la disminución de la tasa de interés. En la medida en que se pueda bajar, la económica va a empezar a mejorar y también a reactivarse el consumo. Lo más complejo ha sido el déficit fiscal. En la medida en que gastemos más de lo que ingresa, es imposible que podamos tener una economía sustentable en el tiempo. El gobierno tendría que hacer un esfuerzo para acompañar el ajuste que está haciendo el sector privado.
Julio Totero, Surtécnica
Esperamos que el 2019 nos traiga algunas satisfacciones, que podamos retomar la senda del crecimiento o, por lo menos, equilibrar los negocios de las empresas. Pero una cosa son las expectativas que uno tiene y otra son los deseos: la expectativa es que continúe la recesión y el bajo nivel de actividad; la esperanza es que esto se revierta. Ojalá que los primeros meses del año próximo no tengamos una catarata de concursos, que se entienda esta situación y se tomen medidas al respecto.
José Zuccardi, Bodegas Zuccardi
Las perspectivas para el año próximo son malas, con bajo consumo nacional y crecimiento del stock de vinos, lo que permite ver una situación de bajos precios. Son necesarias algunas modificaciones de la macroeconomía para poder mejorar esto: que se mantenga un tipo de cambio competitivo, que se eliminen las retenciones al vino y que se genere un esquema financiero con tasas aceptables para el productor. Necesitamos ser competitivos en las exportaciones.
Alberto Jakubson, Titulizar
Este ha sido un año difícil porque se ha intentado ordenar la economía con medidas restrictivas de las posibilidades de desarrollo empresario y de generación de empleo. Hay algunos planes del gobierno provincial para la construcción que permiten paliar un poco la coyuntura. Mucha gente opina que el año que viene puede haber una oleada fresca por el hecho de que vienen las elecciones, pero también está el temor de que una cierta recuperación disparen nuevamente el dólar y la inflación.
Jerónimo Vargas, Aconcagua Software
En nuestro sector, de los servicios basados en el conocimiento, esperamos crecimiento, porque vamos a tener mucha más demanda del exterior. También esperamos mucha más competencia de las empresas extranjeras por los recursos humanos. Y en términos generales, como es un año electoral, es muy probable que aumente la inversión desde el gobierno y que eso termine haciendo efecto derrame sobre el sector privado. Pero vemos también desaceleración del consumo.
Federico Martin, Automotores Gral. San Martín
Lo más complicado ya pasó o lo estamos atravesando. Creo que va a ser un primer semestre muy duro y en el segundo se va a empezar a crecer, pero a un ritmo paulatino. Nosotros hemos trabajado para adecuar nuestras estructuras y hacerlas lo más eficientes posible, para que el cimbronazo que sufrimos no nos ahogara, porque nuestra industria fue una de la más afectadas. La perspectiva que tenemos es que va a ser un año difícil pero dentro de todo que va a terminar siendo bueno.
Diego Lago, Palmares Open Mall
Estimamos que el año que viene, por ser electoral, va a haber cierta incertidumbre pero que el consumo, en líneas generales, va a estar bien. De todos modos, va a tener etapas y depende del escenario que se plantee en el primer trimestre, antes de las PASO, y después, con el resultado de esa votación. El driver del consumo siempre es el precio y seguimos con precios altos hasta en dólares, que tendrían que ser más razonables con respecto al exterior.