Los argentinos estamos protagonizando un hecho histórico. Un partido que comenzó a forjarse en la ciudad de Buenos Aires el 10/12/2007, se está imponiendo en las elecciones primarias del país al peronismo y al cristinismo, con excepción de algunos distritos locales.
Este solo hecho tiene de por sí una significación política de relevancia, porque se ha derrotado a un partido hegemónico y en especial a otro, autoritario y populista, que gobernó desde 2003 hasta 2015.
En sus delirios, Cristina Fernández y sus acólitos creyeron que serían eternos en el poder y por ello no se preocuparon mucho en borrar las huellas de sus actos de corrupción presuntamente delictuales, algunos ya con condenas firmes y otros en vías inminentes de serlo, si la cuestionada Justicia Federal de Comodoro Py cumple con sus obligaciones.
El 22 de octubre de 2017 serán las elecciones definitivas y todo apunta a que el resultado será similar o superior a las del 13 de agosto. De confirmarse, el Presidente habrá sido avalado por la voluntad popular con comodidad para terminar su mandato el 10/12/2019. Es muy temprano para pensar en una reelección de Mauricio Macri hasta 2023. Mientras tanto analizaré las primeras consecuencias conforme al título de este trabajo.
Situación de Cristina Fernández
Luego de dos períodos presidenciales en los que hizo mucho daño al país, logrará seguramente una senaduría en elecciones muy reñidas en la Provincia de Buenos Aires. Salir técnicamente pari passu con Cambiemos, aun con una leve superación, después de doce años de kirchnerismo duro, es un fracaso.
Seguramente le será útil a Cristina para obtener fueros que le eviten una eventual detención por condena judicial, pero si éste es el triunfo estaríamos en presencia de una victoria a lo Pirro. De ser así arriesgo mi opinión de que el partido kirchnerista entrará en una espiral de extinción imposible de revertir, tal como sucedió en forma muy parecida con el menemismo.
Para que ello suceda, Macri deberá lograr, en el resto de su mandato, éxitos tangibles extendidos y sentidos por las clases más perjudicadas, que les permitan usufructuar todos los beneficios de un país moderno en vías de desarrollo.
Como se sabe, Cristina tiene un núcleo duro de votantes a los que no les importa la corrupción ni los delitos, como al cómico Dady Brieva que sostiene: "Yo me banco el prontuario". ¡Qué alarde y prueba eximia de virtud ciudadana y moral pública de un fanático irresponsable!
¡No importan la corrupción, los procesos ni las condenas, sólo el amor incondicional a la "diosa" Cristina, aunque fuera una delincuente! ¡Es difícil creer que así piense un tercio de argentinos herederos de las glorias, honorabilidad y honestidad de próceres como San Martín y Belgrano!
Pero no todo está consumado. Deberá observarse qué hacen los senadores cuando la señora presente sus pliegos en el Cuerpo respecto de su admisión o rechazo en el Senado de la Nación.
María Eugenia Vidal
Sorprende en el arco político una figura aparentemente frágil pero llena de vigor y convicciones republicanas como lo es la Gobernadora.
Ha refugiado a su familia en una base militar para protegerla de las mafias, focos de corrupción y delitos que está desarticulando en la Provincia de Buenos Aires. Décadas de formación de estas asociaciones ilícitas no encontraron en ningún gobernador la energía y fuerza moral de María Eugenia. Sin dudas es la política con mayor aceptación pública que se conoce en los últimos decenios.
No me extrañaría y es más, deseo que la postulen para una próxima Presidencia, porque todos o la gran mayoría de los argentinos intuimos que es "la" persona indicada para concretar los cambios que el país necesita para proyectar el futuro mejor que nos aguarda.
Cuando decidieron que ella debía asumir la campaña electoral de Cambiemos, sabiéndolo o no aseguraron su triunfo a nivel país. Fue memorable su respuesta a Diego Brancatelli en Intratables -otro fanático insoportable- cuando demostró enojo por primera vez y un vasto conocimiento de cifras y datos políticos que apabulló al periodista militante y defensor a lo "Brieva" del cristinismo y de Cristina en particular.
Creo que puso un antes y un después que volcó la campaña decididamente a favor de Cambiemos. Tanto que los propios compañeros de Brancatelli lo acusaron de haber sido funcional a los intereses del macrismo.
Y una panelista caracterizada por su seriedad dijo que le encantó el enojo de María Eugenia y con independencia de ideologías y banderías políticas, los argentinos "no podemos perder una mina (sic) como María Eugenia Vidal". Suscribo esta afirmación porque ella es un valioso descubrimiento de la política que enaltecería a cualquier partido sano y democrático contarla entre sus cuadros como figura emblemática.
Posible proyección de las PASO
Si se confirman las PASO en las elecciones del 22/10/2017 y Cambiemos resulta ganador en el país, el gobierno tendrá tranquilidad hasta el 10/12/2019 para continuar con las reformas iniciadas en 2015. Pero fundamentalmente deberá disponer todas las medidas necesarias para que las buenas noticias que se están dando en la macroeconomía desciendan al pueblo y en especial a las clases más necesitadas.
La baja de la inflación a un dígito, la disminución de la pobreza al 10% o menos, la reducción del narcotráfico, el aumento de la seguridad, la reforma del sistema educativo y del impositivo, la radicación de capitales propios y extranjeros, el aumento del consumo y el crecimiento del PBI, entre otras, son las tareas básicas que tienen que tener un evidente comienzo de ejecución. Estoy cierto en que no todo se puede producir en forma acabada, lo que resultaría imposible, pero sí se deben avizorar los "brotes verdes" tan anhelados que permitan consolidar la confianza que el pueblo está otorgando al gobierno con grandes sacrificios.
En un año y medio Argentina está revirtiendo su historial político. El ambiente de cambio se siente en el ambiente. No todo es perfecto y se cometen errores. Lo bueno es la esperanza de tener un país mejor y que posiblemente dejemos atrás al populismo y la demagogia que nos han perjudicado por décadas y condenado al subdesarrollo y al fracaso. Se necesita un partido de centro derecha capaz de ganar elecciones y un peronismo renovado y democrático que pueda funcionar como alternancia en el poder si el pueblo así lo decide.
