Finalmente A.M (25), la joven trans que comenzó a declarar de forma presencial la semana pasada y cuya entrevista en Cámara Gesell debió ser suspendida, pudo culminar con su testimonio en el juicio contra 2 curas y un ex jardinero por los abusos sexuales en el instituto religioso para chicos sordos Antonio Próvolo.
Para ello los jueces recurrieron a la declaración que había aportado en 2017 -también en cámara Gesell- durante la instrucción y que había sido grabada; algo que el tribunal autorizó durante las primeras audiencias y que resolvió sobre esta víctima a fines de la semana pasada.
En su declaración la joven reiteró que había sido abusada en reiteradas oportunidades por Jorge Bordón (el ex monaguillo que confesó ser autor de esos aberrantes episodios y ya fue condenado); y acusó al cura Nicola Corradi (83 años y uno de los enjuiciados por estos días) y a la monja Kumiko Kosaka de haber maltratado en reiteradas ocasiones a quienes estudiaban y dormían en el lugar, encerrándolos en un altillo.
Incluso, la joven manifestó que tanto ella como su hermana fueron expulsadas del instituto en 2008, luego de que su padre fuese al establecimiento a pedir explicaciones porque la víctima le había manifestado haber sido abusada por Bordón.
También terminó de reproducirse la declaración -vía cámara Gesell registrada durante la instrucción y filmada- de otra denunciante, quien manifestó haber visto mientras estaba en el instituto a niñas usando "algo como si fuese un pañal"; aunque no pudo asegurar que se tratara de ello. Durante la investigación, los imputados resaltaron una y otra vez que nunca hubo pañales en el Próvolo, aunque durante uno de los tantos allanamientos se encontraron paquetes. Y la joven manifestó también que observó como una de las chicas pedía que le acercaran papel y toallitas desde el baño.
Maltratos, tatuajes y cambio de sexo
La décima jornada del juicio comenzó a las 10 de hoy y se extendió durante casi 3 horas. Respecto a la declaración de A.M. (quien estaba en el Próvolo con su hermana), en su declaración la joven expuso que Corradi siempre defendió a quien abusaba de ella sistemáticamente, y consideró que el sacerdote "apoyaba" al abusador en sus hechos.
La joven indicó además que todos los abusos perpetrados por Bordón contra ella se registraron en horario nocturno; ya que el ex monaguillo -que estaba a cargo del albergue de hombres mientras se registraron estos hechos- dormía en una habitación contigua a la suya.
Mientras estudiaba y pernoctaba en el Próvolo, A.M. no era quien es hoy. Una vez que salió del instituto, la joven tomó la decisión de cambiar de sexo. "Como mujer no he sido abusada, pero como hombre sí", detalló durante uno de los fragmentos de la entrevista.
Además de referirse a los maltratos del cura italiano y de la monja japonesa (imputada en la segunda causa del Caso por abusos y participación primaria); la víctima sostuvo que en una oportunidad recibió una cachetada por parte de la monja. Incluso, contó que observó en varias oportunidades a chicos con moretones en su cuerpo.
En todo momento A.M. dejó bien en claro que había sido abusada únicamente por Bordón, y hasta relató que a veces la llevaban a ella y a otros ex alumnos a la habitación del ya condenado y les mostraban CDs con pornografía.
Al final de su relato también se detuvo en el origen y la historia de cada uno de sus tatuajes y los cortes que presentaba en sus manos al momento de la entrevista.
Respecto a las lesiones que se generaba a sí misma, detalló que eran una forma de "sobrellevar el dolor que sentía"; mientras que al momento de hablar del tatuaje que simboliza a una "monja diabólica" (con una calavera, un cuchillo y la cruz invertida) sostuvo que representa a Kosaka y a que se mostraba buena por dentro, pero era mala por fuera.
El juicio continuará mañana a partir de las 8.30.