La declaración de una joven sorda de San Luis que estudiaba y dormía en el instituto Próvolo, fue el eje de la jornada número 11 en el juicio por los abusos sexuales y episodios de corrupción de menores registrados en el instituto religioso para chicos sordos; y que tiene a 2 curas y un ex jardinero imputados por 28 hechos.
Durante su declaración (registrada en dos cámara Gesell grabadas en 2016 y 2017 durante la investigación -con la participación de intérpretes de Lengua de Señas- y que fueron reproducidas durante la audiencia de hoy), la joven manifestó haber sido abusada por el más joven de los curas (Horacio Corbacho, de 59 años) y por el ex jardinero (Armando Gómez, 49 años) cuando tenía 13 y 16 años respectivamente. Además, acusó al otro cura (Nicola Corradi) por tocamientos (abuso sexual simple). Y hasta acusó a la monja Kosaka Kumiko también por otros ataques. Desde que comenzó el juicio, esta declaración es la quinta que transcurre en audiencia con la metodología que fue pedida por los abogados de las víctimas y el Ministerio Público Fiscal y autorizada por el juez: la reproducción audiovisual de las entrevistas en cámara Gesell y con especialistas del Edeas desarrolladas durante la investigación.
En el caso de la víctima que declaró (entre las dos entrevistas son más de 3 horas de entrevista, dividida en 3 discos), se trata de la primera que acusa directamente por los abusos sexuales agravados con acceso carnal a 2 de los 3 imputados que están en juicio, y a Corradi por tocamientos. Es que si bien las declaraciones anteriores fueron de ex alumnos víctimas de otros imputados que tiene la causa -en total son 14 y uno ya está condenado- y a quienes se citó para que aportaran como testigos de los delitos aquí enjuiciados; en el caso de esta joven (identificada como Testigo de Identidad Reservada 3) se escuchó la primera declaración que ubica directamente como autores de las violaciones a Corbacho y Gómez. Según la testigo, el ex jardinero abusó de ella en el baño del instituto; mientras que Corbacho lo hizo en su habitación.
Dolor
La joven que declaró tiene 24 años, es de Villa Mercedes (San Luis) y estuvo en el Próvolo hasta séptimo grado. En su ciudad natal vivía con su familia cuando tomaron conocimiento de la existencia del Próvolo en Luján de Cuyo (Mendoza) por medio de otros chicos sordos mercedinos que estaban estudiando en el lugar. Con el discurso de que era un "instituto de excelencia" para la educación de chicos sordos -porque así se vendía en todo el país-, viajaron hasta esa ciudad para entrevistarse con la familia y presentar el establecimiento, Corradi (por entonces regente del instituto) y la ex representante legal, Graciela Pascual (asistente social aún en aquel momento). En la reunión les comentaron de la oferta académica, y también de toda la propuesta integral (que incluía equipo interdisciplinario y albergue).
"En aquel momento nos pareció lo mejor que podíamos ofrecerle a mi hermana. No sé si se alcanza a comprender el dolor que siente la familia y la propia persona cuando no podés ser parte ni tenés las condiciones para integrarte, hacerte entender", resumió la hermana de la joven en el documental "Víctimas del Próvolo", producido por Los Andes.
"Vinimos con mi hermana y mi mamá, y vimos algo que era bellísimo; muy diferente a la condición incluso en que vivíamos. La propuesta eras de pocos estudiantes, con una maestra, una escuela que tenía un albergue increíble", continuó la joven con la voz entrecortada.
"Con mi hermana compartimos muchas cosas, sin poder compartir quizás lo más profundo de lo que estaba sucediendo. Yo siento que en diciembre del 2016 conocí a mi hermana. Porque nunca había sido tan sincera con algo tan duro", se sinceró la joven.
Casi al final de la entrevista, la hermana de la víctima rememoró lo que fueron sus días y sensaciones a fines de noviembre del 2016 y cuando estalló públicamente el escándalo. "Me acerqué a preguntarle y ella vino. Pudo no sólo comentarme, sino también reunirse con sus hermanas. Y pude acompañarla a hacer la denuncia. Finalmente pudo decirlo con mucho temor y vergüenza, decir esas cosas que le habían metido en la cabeza; eso que le habían dicho que no podría decir. Pudo expresar todo un cúmulo de violencias", sintetizó.