Hace 6 años que Mili vive con Paola González (44). Desde ese momento -y antes también- son madre e hija, al menos de corazón y en la práctica. "¡Pero ustedes hace años que ya son madre e hija!" fueron las palabras pronunciadas por el juez -y que reconstruyó Paola emocionada- luego de la audiencia del jueves, en la que la Justicia confirmó que el vínculo de corazón también es legal a partir de ahora. "Aún restan algunos trámites administrativos, pero ya me confirmaron que legalmente Mili es mi hija", agregó Paola con una inocultable emoción. "Salimos del despacho del juez y volvimos bailando por la vereda, riéndonos", rememoró, con una sonrisa. Mili (16) es sorda, es ex alumna del instituto Próvolo y uno de los más de 20 jóvenes que denunciaron haber sido abusados en el lugar mientras estuvo abierto. A fines de noviembre se conocieron las primeras condenas a los acusados.
Tras varios años de trámites judiciales, entrevistas, idas y vueltas -de esas que por momentos parecen interminables- finalmente la mujer y la niña concluyeron el trámite de adopción. Y ante los ojos de la ley tienen el vínculo que las une en el amor y en la realidad desde hace ya más de 6 años.
"Durante la audiencia, Mili le dijo al juez (con Lengua de Señas) que quiere que yo sea su madre toda la vida. Termino el año con todas las alegrías. Con la sentencia, por un lado y con el juez confirmando que somos madre e hija", siguió emocionada la mujer, que actualmente está trabajando en limpieza.
Desde siempre
Hace 6 años, la mamá biológica de Mili falleció. "Aún la extraño. Para ella, yo y los míos éramos su única familia. Y para mí, ella fue como una hermanita menor. Tenía una larga enfermedad y yo la cuidé hasta el último día", contó Paola al explicar el vínculo que la une desde siempre a su hija. La mujer tiene otros 6 hijos, entre ellos una niña con discapacidad. "Somos todos una gran familia, estamos siempre unidos", agregó.
Volver a empezar
Mili es una de las sobrevivientes del Próvolo. Y, como tal, su vida tuvo un antes y un después de su paso por el instituto. "A pesar de las falencias de no tener ni haber tenido mucho acompañamiento luego de que saliera todo a la luz, mi hija está avanzando. Está aprendiendo a leer y a escribir, y también lengua de señas. Todo esto lo está haciendo recién ahora, en un CEBJA al que está asistiendo y empezó de cero", relató su madre.
Paola aclaró que su hija arrancó la primaria prácticamente desde cero en el nuevo establecimiento. "Apenas salió del Próvolo, ella empezó a ir a la escuela Pavón. Y allí prepararon un informe donde evidenciaban que era prácticamente analfabeta. Lo llamativo es que ella estuvo 7 años en el Próvolo, y había quedado seleccionada por su desempeño como parte del cuerpo de bandera", agregó. E hizo hincapié en que todo esto tiene lugar cuando su hija ya ha cumplido los 16 años.
"Cuando salió del Próvolo, mi hija cambió muchísimo. Tenía algunas reacciones violentas, y que le duran hasta la actualidad en algunos casos. Pero con la sentencia ahora encontró algo de paz", concluyó.