A fines de julio, el Vaticano designó al obispo auxiliar de La Plata, Alberto Bochatey (62) como obispo comisario e interventor “para todas las comunidades y sodales de la Compañía de María para la Educación de Sordomudos”.
De esta compañía depende a nivel mundial el instituto Antonio Próvolo, y la decisión de la Santa Sede llegó como primera reacción eclesiástica ante las escalofriantes denuncias de abusos sexuales y casos de corrupción cometidos a chicos sordos en la sede mendocina del establecimiento.
A tres meses de su designación y en diálogo con Los Andes, Bochatey se refirió a la situación actual de la congregación a nivel mundial (tiene sedes en Italia, La Plata y Mendoza; y el sacerdote está al frente de todas), e insistió en que es “abusivo” que todavía no se le haya “devuelto” el establecimiento a la compañía.
“Es el único caso donde se ha cerrado definitivamente la escuela. Es llamativo y abusivo lo que se está haciendo con la propiedad, que también se está deteriorando. Más allá de todo esto, acá lo más importante es que que se busque toda la verdad y se denuncien todos los abusos que se han cometido”, destacó Bochatey.
El sacerdote indicó que desde el principio hay un equipo de abogados trabajando en nuestra provincia con la intención de recuperar la potestad sobre el establecimiento ubicado en Boedo 385 (Carrodilla) y sostuvo que no es “natural” que lleve más de 9 meses cerrado.
“Hay cosas que resultan increíbles, como que todavía no se logre terminar de rastrear o inspeccionar todo el lugar. También hay una falta de seriedad muy grave y hasta creo que se ofende al propio fiscal que se diga recién ahora que había un sótano con frascos con fetos. Si después de 9 meses e incontables rastrillajes no los encontraron, ¿resulta creíble que aparezca este dato ahora?”, cuestionó Bochatey. “Es un título que vende, y todos lo levantan”, agregó.
Destacó que sigue con mucha atención las novedades referidas a la causa en Mendoza, “con mucho respeto y tratando de chequear que se busque la verdad y no otros intereses”.
La sede central del Próvolo está en Verona (Italia), y Bochatey destacó que allí -salvo 2 curas-, todos superan los 80 años y viven en un “monasterio similar a una residencia para mayores”.
“Llevan una vida muy serena los padres italianos, y los más jóvenes están más dedicados a la atención de las personas sordomudas. Ya no están tan abocados a la parte educativa, sino más bien al acompañamiento espiritual”, resaltó el sacerdote.
Insistió en que -de acuerdo a sus averiguaciones- “no hay ni hubo causa en Italia contra Corradi (NdR: uno de los sacerdotes imputados y detenidos en Mendoza, y quien venía de esa ciudad)”.
Esta declaración no se condice con lo denunciado y la documentación presentada por el abogado de la Red de sobrevivientes de abusos eclesiásticos de Mendoza, Carlos Lombardi. Remitida desde La Rete L'Abuso -su par en Italia-, Lombardi aportó a la Justicia la documentación que prueba las denuncias contra Corradi y otros curas italianos en Verona.
Kumiko, otra vez fue denunciada
La monja japonesa Kumiko Kosaka -una de las personas imputadas y detenidas por los casos de abuso sexual y corrupción de chicos sordos en el instituto religioso Antonio Próvolo- sumó el lunes una nueva denuncia por abuso sexual.
La historia fue aportada en Cámara Gesell por una joven de 24 años, quien está identificada en el expediente como “Testigo de Identidad Reservada 3”, y quien en diciembre ya había denunciado haber sido abusada sexualmente por el cura Horacio Corbacho y el ex administrativo Armando Gómez (otros de los imputados y detenidos como autores por estos episodios, junto al también cura Nicola Corradi y a otros 2 ex trabajadores del albergue de dicho instituto).
Con esta nueva acusación, Kosaka -quien se encuentra con régimen de prisión domiciliaria al igual que Corradi- suma 6 acusaciones concretas como autora o partícipe de los episodios, aunque sólo está imputada por 3 de estos hasta el momento.
Según indicaron fuentes judiciales, la denunciante que amplió su declaración asistió al instituto ubicado en Carrodilla “hasta el año 2010”; y concretamente acusó a la religiosa de haberla recostado en una de las camas de las habitaciones y haberla “toqueteado”.
“En diciembre ella (la denunciante) había denunciado a Corbacho y a Gómez solamente. Pero ayer dijo que venía a ampliar su declaración y que se había animado a contar también lo que le había hecho Kosaka.
