La monja japonesa Kumiko Kosaka (42) integra la nómina de 14 imputados por abuso sexual y corrupción de menores a chicos sordos en el instituto Antonio Próvolo de Carrodilla. El caso tiene, además, a dos curas imputados y presos por los mismos delitos -Nicola Corradi y Horacio Corbacho-, y se trata del mayor episodio de abuso eclesiástico en la historia de Mendoza. Los primeros hechos denunciados datarían de 2006 y 2008.
Mientras que Corradi y Corbacho aguardan el comienzo del juicio previsto para el 5 de agosto. Todo el caso está dividido en tres causas y los religiosos integran la primera, junto al ex administrativo Armando Gómez.
Kosaka continúa detenida con prisión domiciliaria como la única integrante de la causa 2. Y durante las últimas horas sumó una nueva imputación, la séptima en su contra.
Se trata de un episodio denunciado en Cámara Gesell por un joven que hoy tiene 18 años, quien detalló que cuando era niño -tenía menos de 10 años- fue masturbado por la monja. La víctima indicó que también la religiosa lo obligó a él a masturbarla. Todo este episodio constituye la nueva imputación que el fiscal Gustavo Stroppiana (quien instruye la causa) oficializó el martes contra Kosaka, bajo la figura de "abuso sexual gravemente ultrajante".
Con este hecho, la monja ya suma siete imputaciones, mientras aguarda detenida que concluya la etapa de instrucción para llegar a juicio.
Hechos escalofriantes
Entre los hechos más escalofriantes por los que está imputada Kosaka, se destaca la acusación de dos niñas. La primera de ellas denunció que en una oportunidad, la monja la encontró en uno de los baños de los albergues del instituto minutos después de que Corbacho la hubiera violado y le colocó pañales con la intención de ocultar las hemorragias por las heridas que le había producido el abuso sexual del cura. Esta denuncia fue reafirmada por otra niña, quien declaró haber estado presente y observado cuando la religiosa le colocó el pañal.
Esta última ex alumna es, además, quien denunció a Kosaka por haberla "entregado" también a Corbacho para que él la violase en su habitación. Según su testimonio -ampliado en Cámara Gesell- la monja la envió a la habitación del más joven de los sacerdotes con una canasta de tortitas que preparaban en el taller de panadería y fue en ese momento que Corbacho cometió la vejación.
Prisión domiciliaria
En un principio Kosaka tenía tres imputaciones que la mantenían privada de la libertad. En abril, la Cámara de Apelaciones consideró que en dos de los hechos estaba acreditada su participación, mientras que en el tercero (el restante de los primeros) no era del todo clara su intervención. Amparándose en esto, los jueces dictaminaron que la religiosa podría recuperar su libertad bajo fianza y aguardar el juicio en libertad.
No obstante, la liberación no llegó a concretarse ya que el fiscal oficializó otras tres imputaciones por hechos en los que estaba denunciada y dictó la prisión preventiva por estos episodios. De esta manera y hasta el martes sumaban seis las imputaciones sobre Kosaka, siendo la del episodio de masturbación la séptima oficializada y notificada.
