Comenzaron a reunirse para hacer algo por la ‘vieja escuela Chaca’. Querían frenar su deterioro y preservar el edificio para uso comunitario. A más de un año, el objetivo es el mismo, pero este grupo de vecinos e instituciones de Tupungato ha dado grandes pasos.
En setiembre del año pasado lograron la declaratoria patrimonial del municipio y ahora la Provincia se comprometió a acompañar esta lucha vecinal por la puesta en valor del primer colegio construido en la villa tupungatina.
Su estructura y noble fachada ya aparecían en los mapas de la incipiente ciudad en 1939. “Escuela y biblioteca estatal” rezan los documentos, sobre el edificio que todavía se levanta emblemático en pleno centro cívico departamental.
Paradójicamente, el edificio sigue cumpliendo ambos roles iniciales. En la parte trasera funciona el Cebja Monseñor Fernández y en la construcción más moderna de adelante, recibe a la comunidad (por convenio con la DGE) la biblioteca popular Mirador de las Estrellas.
El grupo de vecinos devenidos en ‘rescatistas’ lo que buscan es que “este sitio tan querido y que guarda tanta memoria para los tupungatinos, conserve estas funciones iniciales, pero también pueda convertirse en un ‘Centro Cultural y Museo de la Ciudad’. Ya que aquí no hay muchos espacios para la cultura y la memoria que puedan visitar turistas y los mismos tupungatinos”, comentó Susana Santoni, escritora y hacedora cultural del lugar.
Con estos objetivos -y tras haber conseguido la declaratoria municipal- este colectivo inició a fines del año pasado las gestiones para que el lugar sea declarado Patrimonio Provincial. En este sentido, mantuvieron días atrás una reunión con el director de Patrimonio Cultural y Museos en Mendoza, Marcelo Nardecchia, quien destacó la importancia de que sea el mismo pueblo el que se preocupe por proteger y custodiar sus bienes culturales e históricos.
“Lo más difícil de lograr, aquí se da de forma natural: una comunidad que se organiza y gestiona para poner en valor su primera escuela. Estaremos acompañando con nuestro equipo técnico y de gestión para que este sueño se haga posible”, apuntó Nardecchia, quien explicó que los próximos pasos son “presentar un programa de uso comunitario del lugar y comenzar con la restauración del edificio”.
En paralelo, algunos de estos profesionales locales junto con docentes de la escuela artística 5-018 de Tupungato, están llevando a cabo un proyecto de rescate de la memoria colectiva del colegio, que es avalado y financiado por la UNCuyo.
Karina Castañar, una de las referentes de la iniciativa, explicó que la idea es trabajar con entrevistas y recopilación de documentos, pero también con un trabajo pedagógico para involucrar a toda la sociedad local en la preservación y la puesta en valor del colegio.
El material que resulte del proyecto, será la base del futuro centro de interpretación que cobijarán estas aulas, por las que pasó más de la mitad de la población adulta del departamento. Además, existe un trabajo de investigación patrimonial encarado por el IES 9-009 Tupungato.
El Concejo Deliberante local sancionó la ordenanza 27/2015 en setiembre del año pasado, después de un interesante y polémico debate. Pese a que el informe técnico presentado por una especialista en restauración destacaba las buenas condiciones generales del inmueble, el año anterior los ediles habían aprobado una ordenanza para que se demoliera basándose en un estudio municipal, que sostenía que estaba muy dañado.
Antes de los años ‘40, este edificio fue construido para albergar a la primaria Emilia Herrera de Toro, la primera escuela que funcionó en la villa cabecera tupungatina.
Sin embargo, después -en distintas etapas- ha sido sede de la primaria Dionisio Chaca, la secundaria Domingo Faustino Sarmiento, algunos profesorados del IES 9-009 Tupungato y, actualmente, funciona el Cebja 3-062 Monseñor Fernández en un grupo de aulas que fue edificado en su patio trasero con posterioridad.
