Cuando se confirmó que el recital del Indio Solari se iba a realizar en San Martín, varias personas se acercaron al municipio a averiguar qué debían hacer para instalar un puesto de comidas y bebidas durante el fin de semana.
Desde la comuna se les indicó un sitio donde podían ubicarse y se les cobró un canon. Sin embargo, un numeroso grupo llegó entre jueves y sábado en forma espontánea y se fue instalando clandestinamente, en un lugar más cercano al público. Esto provocó malestar en quienes cumplieron el trámite, ya que aseguran que tuvieron importantes pérdidas.
Los titulares de los puestos que habían firmado el contrato con la comuna manifestaron su disconformidad el mismo sábado a la noche y se reunieron con funcionarios el lunes.
Desde el Ejecutivo municipal les ofrecieron devolverles el monto que habían pagado -unos $1.700, a los que en algunos casos se añadían otros 480- para compensar en parte la inversión que realizaron. Pero un grupo reducido reclamó un resarcimiento adicional y cortó ayer la intersección de Boulogne Sur Mer y 9 de julio, frente al edificio comunal, durante más de una hora.
Víctor Calderoni comentó que su especialidad son los platos criollos a la llama y que ha participado en diversos festivales, como la Fiesta de la Cerveza, la clasificación para Jesús María y Feriagro.
Por eso, el hombre, oriundo de Godoy Cruz, decidió instalar un puesto de comidas rápidas en el entorno del recital. El jueves fue el segundo en llegar al lugar, aunque recién podían empezar a vender desde las primeras horas del viernes, a quienes fueron a acampar en la previa.
"Hicieron mal las cosas. Nos pusieron a nosotros en un lugar donde no pasaba la gente y los clandestinos se fueron a donde estaba todo el mundo", resumió Calderoni. Esto, para distinguir a los 170 emprendedores que firmaron un contrato con la comuna, pagaron un canon y cumplieron con los requisitos -entre otros, cumplir con ciertos recaudos sanitarios-, de quienes llegaron espontáneamente y simplemente tomaron un espacio.
El hombre indicó que perdió unos 10 mil pesos y que se ha quedado con cerca de 600 chorizos y mil salchichas en un freezer. "No estamos en contra de que se trabaje, pero todos en las mismas condiciones y con los mismos riesgos. Nos perjudicaron". Calderoni fue uno de los que aceptó que le devolvieran el canon porque sostiene que tiene deudas que afrontar.
El secretario de Gobierno de San Martín, Oscar González, planteó que algunos titulares de los puestos de comida se quejaron porque habían vendido poco, pero que esta apreciación depende de lo que habían calculado vender.
Reconoció que los vendedores empezaron a plantear esto el mismo sábado, pero que desde la organización les aseguraron que el mejor momento era a la salida del recital.
En cuanto a quienes se ubicaron de forma clandestina, sostuvo que el principal objetivo era evitar los disturbios y que si hubieran intervenido con la policía para sacar estos puestos, corría riesgo la seguridad.
Como entendieron que el municipio cumple con un rol de promoción económica, pidieron al Concejo Deliberante que apruebe una exención al canon establecido por ocupar espacio público. González añadió que las pérdidas aducidas son parte del riesgo empresario.