Protegete de la alergia con una vivienda saludable

Te acercamos consejos para conseguir que tu vivienda sea saludable y así evitar elementos que pueden dar o acrecentar tu alergia.

Protegete de la alergia con una vivienda saludable

Muchas son las personas que son alérgicas al diversos pólenes durante gran parte de la primavera o el verano, teniendo que convivir con síntomas como el picor de ojos, estornudos, irritación de garganta, conjuntivitis...

Éstos síntomas se deben a la exposición de los pólenes, sobre todo en el exterior, pero en casa también se han de seguir una consideraciones para aminorar la influencia de las alergias y poder descansar mejor.

La mejor idea es adecuar tu vivienda para que dentro de ella no tengas que pasar por estas molestias.

A las sustancias que producen estas reaccciones se las conoce como alérgenos. Estos hacen que el sistema inmunitario de algunas personas reaccione de forma exagerada ante su presencia. Hay muchos tipos de alérgenos como el polen, los ácaros del polvo, las picaduras de insectos, algunos animales domésticos...

Lógicamente debemos intentar evitar que estos alérgenos entren en nuestra casa, aunque a veces como en el caso del polen puede ser muy complicado.

1. Un elemento clave es revisar tus instalaciones: cuanto más aislantes sean las puertas y las ventanas, mejor. Éstas actuarán como una barrera frente a la llegada de alérgenos a tu hogar. Y conviene que mantengas tanto ventanas como puertas  cerradas durante el máximo tiempo posible. Además, las paredes es mejor que estén pintadas (no empapeladas o enteladas) y, si es posible, con un material plástico y lavable. Y con respecto a suelos, mejor lisos y con materiales que faciliten la limpieza.

Es esencial, además, que ventiles cada día y que lo hagas bien. Recuerda que lo ideal en la renovación diaria del aire es que sea de 5 -10 minutos. Es importante también evitar las humedades que hacen que aparezcan mohos…

2. Si sos alérgica y vas a ser vos la que lleve a cabo la limpieza del hogar, usá una mascarilla protectora para evitar el contacto de los ácaros con las vías respiratorias, para que no sea peor el remedio que la enfermedad.

Recurrí a paños húmedos para limpiar el polvo y usá la aspiradora en vez de la escoba para barrer e intentá, si podés, prescindir de alfombras, tapices y cortinas aparatosas, ya que acumulan mucha tierra.  La clave en la limpieza es que te deshagas del polvo, no que lo levantes.

3.

Las flores y las plantas pueden convertirse en un problema.

¿Por qué no probás que sean artificiales? Son bonitas, prácticas (porque no requieren el mantenimiento de las reales, aunque sí deberás limpiarlas a menudo para evitar las acumulaciones de polvo) y, sobre todo, no te producirán las desagradables reacciones alérgicas.

4. Limpiá con regularidad las fundas y el mobiliario y, más aún, si tenés mascotas.

5. Por último, te recomendamos que te hagas amiga de las tecnologías y te descargues aplicaciones para tu móvil como: Alertapolen o Alergo Alarm que llevarán un registro personal de tu alergia y su evolución. Además, cuentan con un sistema de alarma que te informará de los datos de pólenes en el sitio donde te encuentres.

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