Proteger a los que nos salvan

Proteger a los que nos salvan
Proteger a los que nos salvan

En general, la mayoría los llama “héroes” por la labor que realizan en los hospitales, centro de salud y clínicas privadas frente a la pandemia del coronavirus.

Aunque la mayoría de la sociedad reconoce y agradece la labor de profesionales y auxiliares de la salud (médicos, enfermeros/as, camilleros y conductores de ambulancias), incluso dedicándoles aplausos diarios, se han conocido agresiones o insultos a los trabajadores sanitarios.

Son lamentables y tristes casos que se han repetido en muchas partes del mundo y también, desafortunadamente, en el país, pero en baja medida en Mendoza, lo que habla bien de nuestra comunidad.

Incluso, en el colmo de la cobardía, se ha atentado contra los domicilios o los vehículos particulares de estos médicos o demás componentes del grupo sanitario, como ocurrió en La Rioja.

La doctora Claudia Salguero es jefa de la terapia intensiva del hospital Vera Barros de esa ciudad del noroeste argentino. El test del patógeno le dio positivo y ahora está en franco proceso de recuperación. Pero la médica recibió una ignominiosa cachetada de uno o varios inadaptados, que seguramente son sus vecinos. Le quemaron su camioneta y, además, le dejaron un cartel sobre el parabrisas del vehículo que decía: “Ratas infestadas. Váyanse” (sic).

Como la mayoría de los cientos de colegas que contrajeron el mal en el resto del planeta, esta médica se contagió en uno de los centros asistenciales en los que trabaja. Ella cursó una enfermedad de leve a moderada que no requirió internación.

En esta penosa historia vemos incomprensión, una elevada cuota de ausencia de solidaridad y falta de conocimiento sobre la labor de un médico, una médica, porque estos servidores son los más cuidadosos en atenerse estrictamente a las normas de bioseguridad.

Para colmo, el gobernador riojano, Ricardo Quintela, tuvo el desafortunado comentario de vincular la llegada del virus a la provincia con el sector sanitario, al señalar con mucho infortunio que “los sectores de la salud son los que tienen que tomar conciencia con relación a la prevención: no tomar mate (compartido) y evitar los abrazos”.

El mandatario luego lamentó el ataque a la médica y se solidarizó con ella.

Estos atentados deben cesar y, en la medida de lo posible, deberían ser castigados por la Justicia, pese a que por la enorme cantidad de causas en los juzgados tememos que difícilmente prosperen.

La narrada es sólo una de las variadas agresiones que enfrenta el personal de la salud en medio de la crisis por Covid-19.

Antes de este período también se registró violencia contra miembros del sistema sanitario, como lo advirtió muchas veces la Asociación Mendocina de Profesionales de la Salud (Ampros).

Lo que debe imponerse son los aplausos a los profesionales de la salud y a otros servidores (policías, recolectores de residuos, etc) como muestra de agradecimiento por su labor en tiempos de mucho riesgo ante la amenaza de las infecciones generalizadas.

También están las cartas de los lectores de los diarios ponderando la misión altruista y beneficiosa de galenos y demás auxiliares.

Los Andes recibe muchas expresiones de este tipo, que se están publicando.

En síntesis, con actitudes de respaldo nos estaremos oponiendo a las cobardes acciones de quienes han decidido sacar lo peor de sí en contra de los integrantes de los equipos de salud que están muy cerca de los pacientes y procurando su cura.

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