Propuestas de Trump para primeros cien días

Propuestas de Trump  para primeros cien días

Lo que prometió

En una reunión en Wisconsin, el 17 de octubre de 2016, el actual presidente de los EEUU, Donald Trump, sintetizó cuáles serían sus principales acciones, para los primeros cien días de gobierno, que expuestas en forma sintética son:

1.- Prohibir el ingreso de personas provenientes de países propensos al terrorismo. Edificar el muro para aislarse de México, dando por sobreentendido, que la víctima habría de hacerse cargo de los gastos.

2.- En su gobierno EEUU ahorrará miles de millones, que abona actualmente para los programas de cambio climático de la ONU, y los destinará a financiar proyectos propios del país.

3.-Además, retirará a EEUU del Tratado Comercial Transpacífico (TPP) y renegociará el Tratado de Libre Comercio de Norteamérica (TLCAN), para recuperar puestos de trabajo.

4.- Contempla, asimismo, una ley que disminuya los impuestos a la clase media.

5. Introducir una enmienda en la Carta Magna que reduzca la cantidad de mandatos a los que puede acceder un miembro de cualquiera de las dos cámaras.

6.- Como la Corte Suprema tiene una vacante de un miembro (8 en lugar de 9), se propone cubrirlo, con un antiabortista.

No cabe la menor duda que se trata de un programa ultraconservador, egocéntrico y sumamente egoísta y aislacionista, que pretende desentenderse del mundo, refugiándose en un idílico pero irreal aislacionismo.

Lo que propone hacer

A Trump se le podría decir: vives en un mundo globalizado, en una gran “aldea mundial”, donde nadie, chico o grande, puede desentenderse de lo que le ocurre al vecino, aunque esté situado en las antípodas de su territorio. Así como los EEUU abrieron a cañonazos el comercio con Japón, otro u otros pueden hacerle comprender que el mundo actual está íntimamente relacionado, con una amplia multipolaridad política y económica, donde casi nada se construye íntegramente en un país, sino que se buscan los centros de excelencia o los menores costos, o las ventajas políticas.

Qué dijo, en cambio, el trasnochado nuevo presidente: “Ya se trate de la producción de acero, la construcción de automóviles, o curar enfermedades, quiero que la próxima generación de producción e innovación tenga lugar aquí, en nuestro gran país, creando riqueza y empleos para los trabajadores estadounidenses”.

Asimismo, cuando el mundo se organiza en grandes bloques, él desintegra uno de los tratados de libre comercio más vastos del mundo. En su derredor se localizan los países de mayor producción, ecúmene poblacional y desarrollo comercial. Pretende sustituir semejante comunidad de Estados por “acuerdos bilaterales de comercio justo”. Un propósito totalmente anacrónico y desafortunado.

Muchas, sin embargo, de las poco inteligentes propuestas de Trump, requieren la aprobación del Congreso y su discusión llevará más tiempo. Si bien los republicanos controlan ambas cámaras del Poder Legislativo, pueden llegar a tener problemas en el Senado, donde los demócratas ocupan 48 bancas, cantidad suficiente para entorpecer cualquier proyecto demencial del Ejecutivo. Como era de esperar, Trump ha comenzado a flexibilizar algunas de las extravagantes posturas que lanzó en la campaña electoral. Según manifestó en una entrevista periodística, probablemente mantendría partes claves del Obamacare (plan de seguros médicos instituido por Obama). También a poco tiempo de su triunfo electoral, quitó de la página web su promesa de prohibir la entrada al país a los musulmanes.

Cabe esperar una reacción de la OEA o de países latioamericanos

Es de esperar que la OEA o países de América Latina en particular hagan oír su voz de repudio a la erección del muro de la ignominia que pretende erguir en la frontera con México. Lo hicimos cuando varios países europeos montaron vallas, alambrados o cerraron vías de comunicación para impedir el ingreso de los millares de refugiados, expulsados de sus hogares por la violencia bélica, en el caso de Oriente Medio y en especial de Siria o de África Subsahariana (ver nuestros libros “Geopolítica de África” y “Un Mundo creador de cultura, ciencia y riqueza pero violento e inhumano”). Donde la caradurez del presidente no tiene límites es cuando pretende hacer pagar a los mexicanos el alto costo del muro (a través de un recargo del 20% de las importaciones de sus vecinos). En el supuesto, que negamos, que un país necesitara defenderse de otro, como hicieron los chinos contra los ataques de los mongoles, jamás se les ocurrió a aquéllos pretender cobrarles a las tribus semibárbaras de la Siberia central el costo de la Gran Muralla, porque comprendieron lo que un presidente de un país de nuestro siglo no parece entender.

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