La lucha contra la pobreza, prioritaria para el gobierno y la oposición hasta no hace mucho, ha pasado a un segundo plano con motivo de la pandemia Covid 19.
Antes, detener o limitar la emisión monetaria sin respaldo, era vital para controlar o disminuir la inflación, motor principal de la generación de pobreza.
Ahora que el país no tiene ahorros ni crédito internacional, la emisión es la única alternativa para atender la demanda de fondos extras que requiere la pandemia para salud pública, mantener el estado en funcionamiento, subsidiar empresas y socorrer a los más débiles.
Producto de la crísis la emisión alcanzó niveles históricos, en abril último: $310.000 millones, cifra sin precedentes para un mes; en lo que va del año alcanza la suma de $543.000 millones, cifra equivalente a 5 puntos del Producto Bruto Interno (PBI) y totaliza $711.000 millones desde que asumió la administración Fernández.
Estos números extremos desequilibran el poder entre la Nación, accionista exclusiva del Banco Central que tiene la potestad de crear papel moneda, y las autonomías provinciales, haciendo del federalismo consagrado en la Constitución Nacional, una mera expresión declarativa.
Si bien en estas horas con la prioridad puesta en contener el contagio y con el Congreso de la Nación cerrado, se torna estéril hablar de economía, política o futuro, me permito aportar una idea a considerar para recomponer el federalismo, que podría ponerse en debate ni bien se normalice el funcionamiento de las instituciones republicanas.
La idea no es otra que refundar el Banco Central, incorporando como accionistas, junto al Estado Nacional, a las Provincias y bancos privados.
La idea de un nuevo Banco Central, a la manera de una verdadera Reserva Federal, se inspira en una herramienta de la Reforma Constitucional de 1994.
El Art. 75. Inc. 6, estableció que corresponde al Congreso la potestad de “Establecer y reglamentar un Banco Federal con facultad de emitir moneda”.
La posibilidad de creación de un Banco Federal surge a iniciativa del convencional por Mendoza Edgardo Díaz Araujo quien, en la discusión de la clausula federal, sostenía “que en la creación del Banco Central, se siguió el modelo del Banco de Inglaterra aconsejado por el asesor británico Otto Niemeyer y no el diseño del Banco Federal de Alemania, que hubiera resultado más adecuado a la organización federal de nuestro país”.
Aunque a Niemeyer, no se le respetaron varias de sus propuestas, como por ejemplo que el Central no podía implementar redescuentos, prestar al Tesoro, ni ejercer una activa supervisión de las entidades privadas, sí se le respetó la estructura mixta por él propuesta, la que sobrevivió hasta la estatización llevada a cabo en 1946 por el peronismo.
El proyecto de creación del Banco Federal, debería surgir de un amplio consenso político y centrarse en los siguientes objetivos:
1) Constituir una verdadera Reserva Federal con la Nación y las Provincias como principales accionistas e incorporando accionistas privados.
2) Tener como prioridad disminuir la inflación.
3) Proteger el valor de la moneda.
4) Iniciar el camino hacia el Desarrollo de la Nación.
Ideas preliminares para la creación del Banco Federal
1. Paquete accionario: El Banco Federal debería ser un ente mixto, integrado por el Estado Nacional, las Provincias y Capitales Privados. Provincias y privados deberían hacer sus aportes de capital, en activos de reserva a valores de mercado. Las provincias podrían hacer sus aportes de capitalización con una retención de Fondos de Coparticipación.
2. Accionistas privados: Entre los accionistas privados deberían contarse los principales bancos del país. También se podría incorporar al sector corporativo como Banco de Valores del MERVAL, la UIA y la Sociedad Rural.
3. Directorio: El Directorio debería estar presidido por el representante del PEN con acuerdo del Senado y entre los directores deberían estar los directores de las provincias, divididos en regiones y representantes de la banca privada y el sector productivo.
4. Emisión con respaldo: El BF no debería emitir sin respaldo de Activos de Reserva en Oro, Dólares o Euros.
5. Competencia con otras monedas: Es fundamental que el Peso emitido por la Banco Federal compita, en el territorio del país, con el resto de las monedas preferidas del mercado, euros y dólares.
6. Financiamiento al tesoro: Deberían establecerse excepcionales condiciones para financiar al Tesoro, como por ejemplo exigir garantía de ingresos futuros de Comercio Exterior:
7. Financiamiento a provincias: El financiamiento a las Provincias por parte del BF, se podría hacer a través de Bonos Provinciales de Energía, garantizados con Regalías de Petróleo, Gas, Litio y Eléctricas, calculadas sobre Reservas Certificadas a muy altos estándares internacionales.
8. Inversión en oro nacional: El BF podría invertir en proyectos explotación de reservas de oro de yacimientos nacionales, siempre que los proyectos tengan garantía de bancos internacionales.
9. Deuda cuasi fiscal: No debería el BF emitir títulos de deuda, que provoquen por ejemplo, la denominada deuda “cuasi-fiscal”. Ni intervenir en operaciones de futuros o similares.
10. Deuda actual del Banco Central: Dado que la emisión de moneda y de Letras del BCRA, han sido emitidas para solventar desequilibrios fiscales del gobierno nacional, toda la deuda del BCRA, deberá ser canjeada por Títulos Públicos del Estado Nacional, de modo que el BF arranque totalmente saneado.
Estas son ideas preliminares, lo importante es que el Presidente, los Gobernadores y el Congreso de la Nación agenden esta posible reforma, para enfrentar las consecuencias Post Pandemia y restablecer el federalismo.