A propósito de la "nueva vieja casa" del General San Martín

Frente a la reciente ordenanza municipal que plantea, al parecer, la “reconstrucción” de la casa donde vivió el Libertador durante su estadía en Mendoza, previo a la campaña libertadora, el autor de esta nota formula algunas reflexiones.

A propósito de la "nueva vieja casa" del General San Martín
A propósito de la "nueva vieja casa" del General San Martín

Aquí no corresponde plantear una reconstrucción de la casa de San Martín porque no se conoce cómo era esa casa. En realidad lo que se está proponiendo sería una "recreación" que, al parecer, es una "invención". He leído que quieren hacer una casa con patio y aljibe. ¿Quién dijo que había aljibes en las casas mendocinas de comienzos del siglo XIX? El aljibe en la colonia es de la "revista infantil Billiken", de cuando yo era chico.

Hay que tener cuidado con hacer extravagancias en este tema. Por eso, más que aprovechar la oportunidad para criticar a la gestión municipal, con la cual discrepo en muchos temas puntuales, me quiero poner en el lugar más vulnerable de la propuesta y ayudarlos con algunas ideas.

En el mundo hay decenas de ejemplos de falsos históricos, algunos más logrados e ingeniosos que otros. Uno para destacar es el balcón de los Capuleto en la ciudad italiana de Verona. No hace falta decir que se trata de una obra literaria de Williams Shakespeare que, en la ficción, ocurre en dicha locación.

Para la pléyade de turistas que visitan Verona todos los años y que buscan conocer el famoso balcón de Romeo y Julieta, los veroneses han "recreado" uno. En efecto, el balcón se había construido en 1935 sobre una casa del siglo XIII. En ningún lado se dice que ese sea el famoso atril donde se desarrolla el nudo de la obra.

Sutilmente, una placa pegada en la pared de ese balcón reproduce los famosos versos del enamorado más famoso de la historia: "¡Silencio! ¿Qué resplandor se abre paso a través de aquella ventana? ¡Es el Oriente, y Julieta, el sol!..." Ellos no dicen que ese sea el balcón de Romeo y Julieta? pero lo dan a entender.

Quienes han destruido sistemáticamente, por razones económicas, inmobiliarias y hasta de desprecio de nuestra arquitectura de barro tradicional, el patrimonio edilicio mendocino, han desdeñado el fuerte poder evocador que tiene la arquitectura. Hoy lo lamentan y tratan de volver sobre sus pasos.

Por eso, y consciente de que no es lo mismo colocar un cartel que diga: ?aquí estuvieron las famosas pirámides de Egipto' que ver sus ruinas, es que entiendo el espíritu de la ordenanza municipal que no tiene nada de científica, ni tampoco lo pretende. Es tan solo poner en palabras un deseo popular de gran parte de los mendocinos.

Los mendocinos comunes, desconocedores de los saberes científicos, sienten como "una falta y una pena" debido al gran terremoto de 1861, el hecho de que no podamos tener como testimonio material a la casa donde vivió el Libertador en Mendoza.

Por ello quiero aclarar que, si me parara sobre mi saber científico y sobre la ortodoxia de la temática patrimonial, podría desarticular con argumentos, muy válidos por cierto, la propuesta municipal. Por eso no he querido, en esta oportunidad, opinar desde mi conocimiento profesional, sino liberarme de esa carga y opinar como vecino de Mendoza.

Con estas salvaguardas me permito darle los siguientes consejos a la Municipalidad para evitar sea acusada de estar produciendo un "falso histórico" y seguir adelante con la idea, desde otro lugar, que es el que proponemos a continuación:

Así como en la ciudad de Florencia, Italia, existe una casa museo antigua que se llama "la casa fiorentina antica", donde se muestra como era una sala y la cocina de la toscana medieval, los utensilios que se usaban, como eran las chimeneas y los elementos de aseo, sería estupendo tener a esta casa del Libertador como un ejemplo escolar de cómo debe haber sido la arquitectura doméstica mendocina previa al terremoto de 1861 de la cual no quedan, lamentablemente, sino pocos vestigios.

Es decir, hacer una recreación con fines didácticos. Mezclando lo original que pueda encontrarse en viejos desvanes mendocinos con otros elementos nuevos que ilustren o reproduzcan elementos del pasado, sin mentir respecto de ellos diciendo que son elementos históricos. La verdad desde el inicio de la visita hasta el fin del trayecto museográfico. Para que se entienda. Nada molesta más a un turista cultural que ser engañado a sabiendas.

No mezclar esta labor didáctica con una defensa o salvaguarda del patrimonio cultural mendocino. Esta obra correría por un carril diferente. Por eso está de más hacer una declaratoria específica con rimbombancias históricas o patrimoniales. Abstenerse de tales excesos. Como se dice en el truco: vengan callados?

Demoler la construcción de tres pisos existentes. Aclarar en la señalética que el solar es histórico y no la casa. Recordar que la Mendoza de comienzos del siglo XIX era una ciudad "muy achilenada" tanto que había pertenecido desde 1561 a 1776 a la Capitanía General de Chile.

Recordar que la Mendoza de comienzos del siglo XIX era muy parecida a las ciudades chilenas del Valle Central. Ejemplo: Los Andes, San Felipe, Talca, etc. Y, obviamente, Santiago, que era el modelo común a todas.

Encomendar a un arquitecto/a con conocimientos de historia de la arquitectura y del urbanismo (ojo, me excluyo para que no piensen que estoy buscando un conchabo) para que visite las ciudades de los Andes, San Felipe y Talca buscando ejemplos supérstites de arquitectura doméstica de inicios del siglo XIX para elaborar "una planta tipo y modelo" que se adapte a las medidas del solar a expropiar.

Incluso iría más lejos. Buscaría información de una pequeña ciudad que conozco en Colombia que se llama "Villa de Leiva" (aprovechando que el ex gobernador mendocino Jaque es embajador en ese país). Una ciudad histórica detenida en el siglo XVIII que cuando la visité, inmediatamente me provocó la percepción que así debería haber sido la Ciudad de Mendoza en el siglo XVIII. A pesar de todos estos recaudos históricos, habría que construir una casa reglamentaria (de ladrillo y hormigón armado) respecto de las normas sísmicas actuales. De una sola planta, con techo plano y sin tejas, ni coloniales ni actuales.

1) Decir claramente en la señalética que se trata de una "recreación" de "lo que se supone" era una casa mendocina típica de inicios del siglo XIX.

2) Trabajar piso y revestimientos con ladrillos y baldosas criollas. Techos con rollizos hacheados, techo de madera, puertas de madera (no pintadas de verde tipo "Billiken" sino recordar que las puertas del Cabildo de Mendoza eran de color rojo).

3) Diseñar la casa con varios patios. El primero y principal con piso, y los otros interiores de tierra, con árboles frutales y huerta y, obviamente, un sistema de riego interno por acequias.

4) Blanquear con cal las paredes internas y la fachada.

5) No estaría de más incorporar las rejas de madera muy típicas del siglo XVIII.

6) En el interior trabajar el guión museográfico en lo posible utilizando la última tecnología de manera de acentuar el contraste.

Y, finalmente, esperar. Con el tiempo y con el abandono presupuestario con que el Estado mendocino suele tratar a los bienes patrimoniales, seguro que el nuevo viejo edificio se irá deteriorando y cada vez parecerá que se trata, efectivamente, de una casa de casi 200 años?

Las opiniones vertidas en este espacio, no necesariamente coinciden con la línea editorial de Diario Los Andes.

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